El paso por el orfanato
“La mayoría de niños rusos vienen de orfanatos. Las instalaciones han mejorado mucho estéticamente y los padres adoptivos se quedan tranquilos cuando los visitan, pero la verdad es que no están al nivel deseado. Hay mucha frialdad, privación de afecto y de estímulos”.
“El paso por el orfanato es muy duro. Hay chicos que, con cinco o seis años, han pasado situaciones muy desagradables. Además, suelen tener cuidadores distintos, con lo que les cuesta crear vínculos y muchos tienen actitudes post-orfanato: hipercontrol, autodefensa, estado de alerta permanente…” 
Habilidades sociales
“Hay adopciones que son un éxito, pero una proporción alta de niños venidos de Rusia  presenta dificultades en habilidades sociales. Muchas veces la adaptación es aparentemente positiva, pero, si profundizas, te das cuenta de que la manera de establecer los vínculos no acaba de ser la óptima, por ejemplo, pueden ser muy invasivos con los otros niños, requerir la atención de los adultos de una forma exagerada o tener en apariencia muchos amigos, pero ninguno de verdad.”
 Mireia Sala, psicopedagoga especialista en postadopción. Fuente: Gabinete Trivium
“Las habilidades sociales se crean desde muy pequeños, ya desde bebés. Si han tenido carencias significativas, esto repercute después en las relaciones con los otros”. 
Ansiedad
“Son niños que han pasado mucha ansiedad. Cuando un niño llora, lo normal es que se le atienda enseguida, pero en un orfanato no suele ser así. Por eso, cuando estos niños son adoptados, durante una temporada larga, no asocian el llanto al malestar, por ejemplo, un niño con una otitis grave, que no se queja porque no relaciona dolor y llanto. Piensa que si llora, nada cambiará”. 
Déficit de atención y afecto
“Les cuesta mucho regular la atención porque no están acostumbrados a la conversación; a que les expliquen cuentos y entiendan que tienen que escuchar; a que mientras les cambian el pañal, les susurren o les hagan carantoñas… Hay una serie de aspectos de relación que sirven para canalizar la atención y a estos niños nadie les ha enseñado estos hábitos”.
“Son niños con mucha necesidad afectiva, son casi insaciables. Los padres tienen la sensación de que siempre tienen que estar pendientes de ellos”.
Alcoholismo
“El alcoholismo fetal preocupa a los profesionales. Realmente hay muchos casos de madres que han tomado tóxicos y que no se han cuidado durante el embarazo. Y hay un índice importante de niños rusos muy impulsivos, muy movidos  -a menudo se les diagnostica TDAH-, con actitudes desafiantes, y esto viene dado por madres alcohólicas. Además, muchos niños son prematuros y esto también comporta problemas de concentración”.
“Estos chicos necesitan ambientes muy reparadores, tanto en casa como en la escuela. En los casos más graves, tienen que recurrir a la educación especial. Y aquí hay mucho dolor y unas familias que lo llevan con una gran dignidad, pero no todo el mundo es capaz de reparar tanto”.
Un idioma nuevo
“Los niños vienen con una lengua materna, empobrecida, pero es su lengua y de repente, tienen que cambiarla  y este cambio idiomático tiene repercusiones. No les pasa a todos, pero hay una proporción importante de niños, que el diálogo lo llevan bastante bien, pero si entran a explicarte algo más a fondo, les cuesta y luego eso se nota en la expresión escrita. A muchos les cuesta la lectoescritura porque tienen que aprender un idioma nuevo y, además, a leer y escribir. Eso es muy difícil”.
La escuela
“También nosotros tenemos que hacer una reflexión sobre si nuestro sistema escolar es adecuado para niños que necesitan manipular más, aprender poco a poco, revisar y sobre todo reparar muchas cosas… Además, su necesidad en el mundo escolar es básicamente afectiva, no es académica, con lo cual, no priorizan esta parte y lo que quieren es gustar, que la gente les quiera”.
Mantener el vínculo con Rusia y con el ruso
“Mantener un idioma tiene sentido si es funcional en tu vida, si lo usas. Normalmente, los niños adoptados quieren olvidar su lengua de origen. Es la ilusión de los padres, pero hay un abismo entre las expectativas de los padres y lo que los niños realmente necesitan. Un niño que viene de un contexto donde ha sufrido, quiere olvidar aquella lengua. No puede conservar aquel idioma porque hay dolor. El problema no es Rusia, son las situaciones que han vivido”.
Las dudas de los padres
“Cuando una familia adopta un niño, piensa que podrá reparar el bagaje que lleva consigo el niño, pero cuando se encuentra con la realidad, se siente indefensa sobre cómo actuar, cómo educar. Solo con amor y una mejor alimentación, no reparas del todo”.
“Las familias ponen todo el empeño posible, la ilusión y hacen unos esfuerzos enormes. Hay padres dispuestos a asumir estas dificultades, pero necesitan una información fiable para poder gestionar la situación desde el punto de vista familiar y emocional”.
(Fuente: Rusia Hoy)