domingo, 29 de noviembre de 2015

Las primeras propuestas electorales del PP. (Propuesta de deducciones fiscales por Adopción?).

(Marcado en negrita el párrafo referente a adopciones...que es lo importante y llamativo para este espacio del blog: ojalá no se quede en meras intenciones).

Rebajas fiscales, ampliar la cuantía de los cheques para familias, una nueva ayuda de 100 euros al mes para todo discapacitado que trabaje, un plan nacional para impulsar la FP, incentivos en las cotizaciones a la Seguridad Social para contratos de calidad... Estas son algunas de las medidas que avanzó ayer Mariano Rajoy en Valencia, en la presentación del programa electoral del PP con el que pretende que se «mire al futuro» y los españoles le den suficientes votos para repetir en el Gobierno.
Rajoy está convencido, tras cuatro años de pesadilla, de que lo mejor es dejar el pasado atrás, fijarse en lo que ha salido bien y centrarse en el porvenir. De ahí que haya fijado prioridades, cuantificado las medidas que propone, todas ellas, aseguran en su equipo, realizables. Andrea Levy, la vicesecretaria de Estudios y Programas, ha sido la encargada de batallar con los ministros y presentarle al presidente el documento de propuestas, que éste ha revisado hasta en tres ocasiones antes de darle su visto bueno.
Aunque Rajoy ha decidido reservarse una docena de grandes anuncios del programa electoral para realizarlos personalmente a lo largo de la camapa, a continuación te presentamos las primeras de estas propuestas:


Cheque a discapacitados

Cien euros al mes de ayuda a todo discapacitado que trabaje y haga la declaración del IRPF. «Es la mayor ayuda de la historia para dependencia», dijo Andrea Levy, vicesecretaria de Estudios del PP.

Cotización y contratos fijos

Se modificará el sistema de cotización a la Seguridad Social para que se permita una conversión del trabajo temporal por indefinido.

Menos IRPF

Cambio de la escala del IRPF: disminución de dos puntos del tipo mínimo y el máximo, lo que supone de hecho la rebaja del resto de tipos.

Plan Nacional de la FP

Se impulsará especialmente este tramo educativo, y el modelo de Formación Profesional dual por el que se compagina el estudio con trabajo, según el modelo alemán.

Hacer crecer las pymes

El presidente anunció una gran operación para favorecer el aumento del tamaño de las pequeñas y medianas empresas.

Deducción por adopción.

Los gastos de las familias que inician un proceso de adopción internacional serán deducibles del IRPF. Además, se ampliarán las cuantías de los cheques de 1.200 euros que ahora se abonan a familias que tienen a su cargo a ascendientes o descendientes con discapacidad.


IRPF y vida laboral

Se estudiarán las fórmulas del IRPF aplicables a aquellas personas que quieran alargar la vida laboral más allá de la jubilación.

Senado

Reforma de los reglamentos de las cámaras legislativas. Es uno de los puntos que hoy se anunciarán y podría afectar al Senado, pendiente desde hace años de esta reforma vital.

Reforma de la Justicia

Dentro del capítulo de las reformas, se prevé que hoy se anuncien medidas concretas en materia de Justicia. El ministro del ramo participa en el acto que se celebrará a tal efecto.

Alcalde, el más votado

El Partido Popular va a incluir en su programa la propuesta de modificar la Ley Electoral de manera que sea el partido más votado el que gobierne en los ayuntamientos.

Aborto

Las propuestas relacionadas con el derecho a la vida, la maternidad, la conciliación y la familia se darán a conocer el próximo lunes en un acto en el que participa el ministro de Sanidad Alfonso Alonso.

(Fuente: ABC.es)


sábado, 14 de noviembre de 2015

Bolivia restablece adopciones internacionales tras ocho años.

La Paz•
Después de una “pausa” de ocho años, el Gobierno de Bolivia restableció las adopciones internacionales con los países de Italia y España, a través de un convenio firmado ayer por los tres Estados, en la Cancillería. El país elaborará un protocolo para el seguimiento de cada adopción.
“Los Estados (Italia y España) se convierten en garantes de los organismos que se dedican a la adopción internacional, y estos Estados tienen que estar adheridos, lo dice nuestra ley, a la Convención de La Haya, sobre la protección de niños, niñas y adolescentes”, informó el canciller David Choquehuanca durante el acto.
Bolivia, Italia y España suscribieron un Acuerdo Marco de Adopciones Internacionales, con el que se retoma el proceso y se regula la relación con los organismos intermediarios.
En 2006, el Ministerio de Justicia hizo una auditoría al área de adopciones para regularizar los trámites y documentación. En abril de 2007 emitió la Resolución Administrativa 002/07, que establecía una “pausa” administrativa para las adopciones internacionales por un año, en ese tiempo se evaluó el proceso de trámites.
“No había reglas claras (en) estas adopciones. Sucedieron muchas irregularidades, por eso hemos entrado en una pausa”, justificó el Canciller. El artículo 100 de la Ley 548 Nuevo Código Niño, Niña y Adolescente, del 17 de julio de 2014, establece las disposiciones de adopciones mediante organismos internacionales.
Cinco organismos intermediarios de Italia y uno de España se encargarán de los trámites. “Haremos el seguimiento correspondiente para que los niños estén bien tratados”, indicó la ministra de Justicia, Virginia Velasco. El compromiso de la vigilancia de niños que salen de Bolivia ya adoptados también será competencia de los organismos intermediarios.
“Son dos años de seguimiento, pero el Gobierno, a través de sus embajadas y consulados, puede hacer en cualquier momento la vigilancia hasta que el niño cumpla su mayoría de edad”, explicó la representante legal en Bolivia de la Asociación Motivación, Familia y Recursos Matrimoniales (de España), Anselma Linares.
PROTOCOLO. El canciller Choquehuanca resaltó que es importante el seguimiento para que los niños puedan desarrollarse e integrarse a su nueva familia. “No basta un ambiente familiar, los niños deben tener privilegios”.
El viceministro de Igualdad de Oportunidades, Antonio Pérez, señaló que en los próximos días informarán sobre el protocolo a seguir para las adopciones, que estará basado en las normas nacionales y leyes internacionales.
“Haremos conocer en su momento, son requisitos muy minuciosos que nosotros ponemos”, anticipó Pérez. Carlos Remuzzi, vicepresidente de la Asociación Boliviana de Familias Adoptivas, indicó que la reapertura de las adopciones internacionales es muy importante para las familias y los niños que buscan una adopción.
La Razón publicó en septiembre de 2012 la historia de Remuzzi, un boliviano que fue adoptado por una familia italiana, lo que significó una segunda oportunidad de vida para él. La asociación impulsó de alguna manera esta nueva apertura de adopciones internacionales, dijo Remuzzi, a través de campañas para concienciar sobre la importancia de una familia para los niños que no la tienen.
“Estamos muy felices de que por fin se hayan firmado estos acuerdos, es un punto de inicio para que vuelvan a darse las adopciones otra vez en el país, es una buena noticia”, señaló. Agregó que por medio de sus contactos con otras familias extranjeras se enteró de que hay la predisposición de adoptar adolescentes, niños con enfermedades crónicas o discapacidad.
Organismos que harán el proceso
Lista
Servizio Polifuncionale Per L’adozione Internazionale, Asociación Ai. Bi. Amici Dei Bambini, Asociación IL Conventino, Fundación Patrizia Nidoli y la Asociación Amici Trentini, todas de Italia. De España está la Asociación Motivación, Familia y Recursos Matrimoniales.
(Fuente: www.la-razon.com)

viernes, 13 de noviembre de 2015

Bolivia restablece los trámites de adopción con Italia y España trasocho años de ‘pausa’.

La Paz•
Hace ocho años fueron suspendidos los trámites de adopción internacional y hoy se los  restableció con Italia y España a través de un acuerdo que habilita a seis instituciones de ambos países a intermediar en los procesos de adopción de niños bolivianos. El canciller David Choquehuanca informó de la existencia de similar interés de Dinamarca y Suecia.
“Este es uno de los primeros acuerdos, pero hay interés de varios países, entre ellos Dinamarca y Suecia. Seguramente, si es que cumplimos con todos los requisitos (se hará la firma correspondiente del acuerdo)”, informó la autoridad, quien estuvo acompañado por su colega de Justicia, Virginia Velasco. El acto se desarrolló en la Cancillería.
Las instituciones habilitadas de Italia son: Servizio Polifuncionale Per L’adozione Internazionale – S.P.A.I. , Asociación Ai. Bi. Amici Dei Bambini, Asociación IL Conventino, Fundación Patrizia Nidoli, y la Asociación Amici Trentini. Y de España: la Asociación Motivación, Familia y Recursos Matrimoniales – AMOFREM.
El acuerdo establece obligaciones, procedimientos, plazos, informes post adoptivos, entre otros, que configuran el nuevo marco regulatorio en la materia.  Los embajadores de España, Angel Vazquez, y de Italia, Plácido Vigo, firmaron los documentos que permiten restablecer los procesos y trámites de adopción de niños bolivianos.
Velasco explicó que el interés del Estado es asegurar que los niños adoptados logren formar parte de una nueva familia. “Nosotros tenemos que tener esa familiaridad con los otros Estados de que nuestros niños sean adoptados y  parte de una familia. Que tengan una madre sustituta para que nuestros hijos bolivianos sean realmente cuidados, alimentados y protegidos”.
En 2006, el Ministerio de Justicia realizó una auditoría especial al área de adopciones con la finalidad de regularizar los trámites y documentación. El 17 de abril de 2007, emitió una resolución que establecía una pausa administrativa para las adopciones internacionales por un año, durante ese tiempo, se evaluaron los procedimientos y normativas sobre los trámites.
En los centros de acogida del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) de La Paz se reportaron hasta 2014 cerca de 280 niños y niñas desde los cero hasta los seis años que esperan por una familia que los adopte.
(Fuente: www.la-razon.com)

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Amor contra las balas: miles de argentinos desean adoptar a niños sirios para salvarlos de la guerra.

Autoridades diplomáticas de Siria en Argentina han confirmado que cada día cientos de argentinos se ofrecen para adoptar a niños sirios que perdieron a su familia en medio de la guerra. Las llamadas se han acrecentado en el último año. Dadas las trabas internacionales que existen para realizar trámites de adopción, es difícil de concretar las solicitudes.

Sergio y Andrea son un matrimonio que desea adoptar a un niño sirio porque están conmovidos con lo que está sucediendo en Oriente Medio. Desde su departamento en Buenos Aires, este ayudante de portería y médica veterinaria se ofrecen para dar cobijo.

Hace 20 años que están casados y por un problema de salud de Andrea, no pueden tener hijos y están dispuestos a hacer lo que sea para formar una familia. "Aunque nosotros tengamos que cambiar parte de nuestra forma de vida para darle ese cariño porque tienen otras formas, costumbres, cultura, pero uno es capaz de aprender el idioma o hacer lo que sea, para brindarle cariño a esos chicos, que uno lo ve por televisión por RT y por otros canales del mundo (...) que están sufriendo mucho".

De esa manera este matrimonio se suma a los cientos de familias argentinas que a diario se comunican con la Dirección Nacional de Migraciones para ofrecerse como adoptantes.

Las llamadas, que son incesantes, también recaen en las seis sedes diplomáticas que Siria posee en el país sudamericano. "Lo importante es el interés de las familias argentinas que están ofreciendo alojamiento, adopción para huérfanos, ayuda económica, vestuario, alimentos, etcétera, hay quienes dejaron su nombre y apellido", dice a RTAbdala Saddi, cónsul honorario sirio en Córdoba. Estas consultas que realizan las familias, para postularse como adoptantes, se dificultan a la hora de convertirlas en realidad, ya que Argentina no tiene convenios con ningún país para facilitar trámites de adopción.

De todas maneras si un ciudadano argentino quiere adoptar en otra nación e ingresar con el menor al país, lo puede hacer aunque deberá ajustarse a la reglamentación del lugar donde intente adoptar. Aunque, las trabas en los trámites de adopción y los más de 12.000 kilómetros que separan a Argentina de Siria no logran frenar el deseo de Sergio y Andrea de adoptar a un niño desprotegido en medio de la guerra.

"Si tenemos que viajar, viajaríamos para conocerlo, donde estén los iríamos a buscar para abrirle nuestro corazón y todo el amor que precisa y contención, para que sea feliz, nada más", dice la pareja.

Según datos oficiales, en el último año han llegado a Argentina 90 refugiados sirios, en su mayoría son solteros o familias enteras. Aún no hay registros de adopción porque no hay convenios internacionales para ello. Pero en ese país latinoamericano hay miles de ciudadanos que están dispuestos a abrir su hogar y su corazón.

(Fuente: Russia Today)

El cuento de Navidad kafkiano de Daniela Fejerman

La cineasta argentina Daniela Fejerman se emociona al hablar de su película. Después de meses de escritura, búsqueda de financiación, rodaje y postproducción, todavía se le humedecen los ojos. Porque La adopción es una ficción basada en su propia experiencia de adopción en Ucrania. Con Nora Navas y Francesc Garrido en el reparto, y la participación de TVE, La adopción se estrena el 13 de noviembre en salas.

Fejerman pasó junto a su pareja dos meses en Ucrania envueltos en un laberinto burocrático que parecía no tener salida. “Siempre lo digo: era como estar viviendo dentro de un cuento de Navidad contado por Kafka”. Buscaba vías de escape halando con amigos como el guionista y director Alejo Flah. “Me decía: Ya verás como con el tiempo lo verás con distancia, hablarás sobre elle sin problemas”.

Dicho y hecho. El propio Flah fue el elegido par coescribir La adopción y, de alguna manera, tomar distancia de sus vivencias. Rodada íntegramente en Lituania, es la primera incursión de Fejerman en el drama tras dos comedias: A mi madre le gustan las mujeres (2002) y Semen, una historia de amor (2005).

"Cuando la película empieza, la pareja llega con mucha ilusión, pero llegan con mucho vivido: llevan años de tratamiento y han intentado tener un hijo de todas las formas", explica la directora sobre el planteamiento. "Piensan que llegan para culminar un proceso, pero se encuentran que no es el final, es el comienzo de una aventura que les mete en un terreno desconocido para el que no están preparados".

Ese terreno son las complicaciones de los organismos encargados de facilitarles la adopción. Primero mostrándoles niños con graves enfermedades y luego siendo tentados por un mercado negro que ofrece agilizar trámites. Todo en un idioma que no conocen y desconfiando hasta de su traductor. Situaciones que ponen a prueba a una pareja que llega con las mejores intenciones.

“Es horrible. Cuando te ves ahí, en caliente, enfrentado a la existencia de niños con problemas. ¿Qué hago? ¿Dónde pongo la frontera? Te sientes como una especia de médico genésico que va allí a elegir”, recuerda Fejerman.

La adopción, que fue ovacionada en el último Festival de Valladolid, funciona por la honestidad de Fejerman al narrar sin sentimentalismos y por el gran trabajo interpretativo de Navas y Garrido. "Son grandes actores y tenían que crear su personaje: el saber que había una raíz personal les aportaba mucho compromiso, pero también libertad".

La tensión acumulada explota en la relación de la pareja protagonista. “En situaciones de estrés extraordinario es fácil que salgan cosas que no conoces, y también que asomen conflictos que en una pareja se tapan porque provocan conflictos. Y entonces salen como reproche o acusación”.

Coproducción entre España y Lituania, Fejerman no cita Ucrania y sitúa la acción en un país indeterminado. La directora explica que necesitaba nieve para el clima opresiva y, felizmente, la encontraron contra pronóstico. Quizá era un augurio que recuerda que las lágrimas de Fejerman también son las de un buen final feliz.

(Fuente: RTVE.es)

Queja por los trámites impuestos para jugar el fútbol a menores extranjeros.

Ocio Latino.- SOS Racismo Madrid ha presentado una queja ante el Defensor del Pueblo por la vulneración de derechos fundamentales de los menores extranjeros y nacionales, no de origen, provocada por una reciente circular de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).

Con el loable objetivo de proteger a los menores de edad ante el creciente tráfico internacional de jugadores, la FIFA aprobó en enero una reforma del procedimiento de inscripción de los menores extranjeros en los clubs de fútbol. Al transponer esas instrucciones a la normativa española, la RFEF emitió en febrero la circular nº 37 que endurecía el procedimiento de inscripción de los “extranjeros residentes y nacionales no de origen” menores de 10 años. Esta medida introduce varios elementos de discriminación que vulneran la ley y la Constitución española, según manifiesta SOS Racismo en su comunicado.

Por un lado, la circular introduce el concepto contrario al ordenamiento jurídico español de “nacionales no de origen”. La RFEF rompe así el principio de igualdad recogido en el artículo 14 de la Constitución Española e introduce una discriminación entre españoles al establecer categorías por razón de nacimiento u otra condición o circunstancia personal o social. Los niños adoptados mediante el procedimiento de adopción internacional y que han adquirido la nacionalidad española son en consecuencia cuestionados por su origen. Además, los menores extranjeros nacionalizados ocuparían un segundo nivel de nacionalidad. Alejándose del marco jurídico actual, se recupera un concepto de nacionalidad obtenida sólo por la consanguinidad, más propio del peligroso discurso de “pureza de la raza”.

Por otro lado, la reforma ha endurecido los trámites de inscripción y exige a los menores extranjeros una exhaustiva y desproporcionada relación de documentos, así como un proceso adicional de autorización de la inscripción por parte de la RFEF. SOS Racismo Madrid ha recibido numerosas quejas sobre este nuevo procedimiento, lleno de trabas administrativas, que ha dejado en la grada a decenas de niños extranjeros.

(Fuente: www.ociolatino.com)

En Puerto Rico hay 150 menores listos para adopción.

El Departamento de la Familia tiene listos para adopción a 150 menores, informó la secretaria de la agencia, Idalia Colón, durante una actividad en el Centro para Puerto Rico, en Río Piedras, para padres que desean adoptar.

“En noviembre es el Mes de la adopción y nosotros lo hemos dedicado a promover la adopción sobre todo de niños que ya están bajo la custodia del Departamento de la Familia, que son mayores de 8 años.  Nosotros tenemos listos ya para adopción alrededor de 150 menores, así que hoy aquí celebramos un panel de niños y jóvenes que han sido adoptados en el que hablaron de sus experiencias”, dijo la secretaria . 

Agregó que muchas veces existen mitos en el que las familias desean adoptar a menores de un año y es por eso que quedan niños que continúan viviendo en hogares temporeros e instituciones.

Ante esta situación, la agencia celebró la actividad para, entre otras cosas, aclarar que las personas en la isla están adoptando sin importar la edad. 

Entre los padres participantes se encontraba una pareja de lesbianas, dos parejas heterosexual y un padre soltero

Una de las historias que resaltó fue la de las madres Zulnette Ramos García y Helga García Casillas, quienes adoptaron a Dalialis, de siete años, y a su hermano Rey, de ocho. 

Mencionaron que no estaba en sus planes adoptar cuando conocieron a Rey, que residía en un hogar sustituto cerca de su casa y comenzó a frecuentarlas buscando ayuda.  

Se decidieron cuando un día le preguntaron cuál era su sueño y él contesto “que ustedes me adopten”. 

El proceso de adopción ha ido mejorando, ya que existe la Ley de Reforma Integral de Procedimientos de Adopción de 2009, la cual agilizado los procesos. Muchas veces la gente piensa que la adopción es lenta y realmente es porque la familia viene buscando unas características en particular y la disponibilidad de los menores que están bajo la custodia no siempre cumplen con esas expectativas”, agregó Colón.  

A preguntas de Inter News Service (INS), la funcionaria aclaró que existen tres formas de adopción en estos momentos: por familia tradicional, pareja del mismo sexo y padres solteros

Aseguró que el Departamento ha concedido la adopción a personas de la comunidad  Lesbianas, Gays, Bisexuales y personas Transgénero (LGBT).

La secretaria añadió que “para nosotros no es buscarle un hijo a una familia, es buscarle una familia a ese menor”

En el evento se encontraba la administradora de la Administración de Familias y Niños (ADFAN) Vanessa Pintado, y la exgobernadora Sila María Calderón.

Homenaje a una familia ejemplar
Por su parte, el DF homenajeó a Milagros Rivera Díaz y José Nogueras Vivas, quienes adoptaron a tres niñas cuanto tenían 4, 10 y 14 años.
La familia Nogueras Rivera recibió un reconocimiento por la excelente labor de crianza y de superación, tras adoptar en tres ocasiones a niñas que no eran hermanas y en diferentes etapas de desarrollo.  

Además, nuevamente están en proceso para adoptar a un varón. 
Rivera Díaz señaló que tiene como lema “escuchar para sanar” para poder ayudar a sus hijas en los procesos de perdonar y dejar atrás la sombra del maltrato. 
“Esto es un privilegio y un honor y le exhorto a todos esos padres que si sienten esa necesidad y ese deseo de compartir y tener una familia que se atreva a adoptar”, dijo en tanto el padre adoptivo Nogueras Vivas. 
Agregó que es necesaria una ley que cobije a los padres en procesos de adoptar para lograr la sensibilización de los patronos.
Rivera Díaz habló de su experiencia en adoptar a las niñas Milena, Yamillet y Emillie, que ahora tienen 10, 13 y 18 años. “Nosotros también teníamos esa idea que nos implementan cuando pequeños de tener un bebé porque grande te dan problemas y la verdad nos metieron miedo, pero no fue así. Cuando recibí la llamada de departamento de que había una niña de cuatro años lista, no lo pensé dos veces y dije que sí”. 
Expresó que al momento de verla se enamoraron de Milena y viceversa.  
Eventualmente, adoptaron a Emillie, a los 14 años, quien residía en un hogar del cual ellos eran padrinos y finalmente se sometieron nuevamente al proceso con Yamillet, que venía de un hogar de maltrato. 
“Ellos se adaptan, aprenden y se integran, porque el deseo de ellos de tener una familia es algo tan grande que se acoplan, es una cosa inexplicable. Al sol de hoy estas niñas son un milagro en nuestras vidas. Ellas nos han enseñado y dado la oportunidad de entenderlas y de ayudarles, no ha sido fácil, pero hay que tener paciencia”, añadió Rivera Díaz.
(Fuente: www.univision.com)

sábado, 7 de noviembre de 2015

Abriendo la puerta al acogimiento familiar.

Tras el llamamiento que hizo la Diputación de Bizkaia para encontrar familias dispuestas a acoger a  niños y niñas menores de 9 años, 190 personas se han interesado en solicitar información sobre este programa. Y aunque no todas se ofrecerán para empezar el proceso de valoración, el equipo de Acogimiento Familiar se muestra optimista de que cada vez haya más gente que sepa en qué consiste la medida. 
A. CARRILLO | Cuando María tenía 5 años solía decir que todos los niños tienen derecho a una familia. Y no es que ella no la tuviera, sino que las circunstancias vitales de sus padres les impedían hacer frente a la crianza de María y de su hermano y por eso vivían en un centro de acogida de la Diputación, separada de sus padres. Pero un día de febrero, cuando Olentzero y los reyes Magos ya habían pasado repartiendo sus regalos a los niños que se han portado bien, María recibió el suyo. Eran Belén y Enrique, una pareja con tres hijos que se animó a abrir la puerta de su casa y de su corazón a la pequeña María, a ofrecerle un hogar, una oportunidad. La misma que esperan 25 niños y niñas que se encuentran tutelados por la Diputación, para los que se pide con urgencia familias que les arropen, que les den la estabilidad y la seguridad que necesita cualquier menor. 

"Hay niños que llevan más de 10 o 12 meses a la espera de una familia de acogida. Hay grupos de hermanos a los que no es posible encontrarles una. Y también están los más pequeños, los de 0 a 3 años, que son los que más necesitan protección", señala Alberto Rodríguez, coordinador del equipo de Acogimiento Familiar de la Diputación. Una familia que los trabajadores sociales y psicólogos entienden en su sentido amplio, parejas con o sin hijos, parejas homosexuales o heterosexuales, o personas solas. "Hemos tenido padres de acogida a jubilados que se encargan de los acogimientos urgentes, de bebés que no pueden esperar mucho tiempo para encontrar una familia. Y gente joven que no supera la treintena que acoge durante los fines de semana o las vacaciones", puntualiza. Cualquier modelo de familia que esté dispuesta a ofrecer su tiempo, su cariño y su hogar a estos pequeños puede acoger. Eso sí, advierte, el proceso es duro y exigente. 

"Todos los niños que van a ser acogidos han sufrido la separación de sus padres y esto ha sido traumático para ellos. Por eso las familias que valoramos tienen que ser capaces de sostener, acompañar y hacer frente a las dificultades que tienen los pequeños", continúa Rodríguez. El proceso por el que atraviesan suele durar cuatro meses y medio en los que se mantienen entrevistas con psicólogos y trabajadores sociales para ver las debilidades y fortalezas del núcleo familiar. Luego pasan por una formación para que entiendan cuáles son esas dificultades que entraña el acogimiento y hagan una autoevaluación de sus capacidades para asumirlas. Y finalmente se les visita en su hogar. Otro de los aspectos que se valora es que las familias tengan una estabilidad económica para que puedan asumir la incorporación de un nuevo miembro. Aunque la Diputación aporta una compensación económica todos los meses y se hace cargo de gastos como las visitas a un psicólogo, la ortodoncia o unas gafas, son las familias las que se encargan de buena parte del sostenimiento del menor. 

Los lazos del cariño, tan fuertes como los de la sangre  

Rodríguez insiste en que todos los modelos de familias pueden acoger, pero quienes pasan por el proceso de valoración tienen que entender que el acogimiento no es una adopción. "Los niños siguen en contacto con sus padres biológicos porque a pesar de que se hayan dado situaciones de abandono, o maltrato, a los niños y niñas les proporciona tranquilidad y seguridad verles, hablar con ellos. Aquí no se trata de juzgar a los padres, sino de entender que se trata de una crianza compartida entre dos familias, la de acogida y la biológica", continúa. 

Esta relación está mediada permanentemente por profesionales que orientan a las familias -a las de acogida y a las biológicas- en el proceso de reparación del daño emocional de los pequeños. "Los niños han vivido muchas situaciones con miedo y ese sentimiento muchas veces lo manifiestan con mentiras, enfados o bajo rendimiento escolar. El objetivo es que muchos de estos problemas pueden ser abordados por una familia, pero las heridas que llevan en la mochila son importantes y no todas se pueden resolver de la misma manera", reconoce Rodríguez. Y no es fácil. Por eso la importancia del programa para que los niños recorran ese camino hacia su recuperación en compañía de una familia estable, capaz de darle cariño y respeto. 
A su vez, los padres también tienen que recomponer muchos aspectos de sus vidas, sus problemas con el alcohol, las drogas o con su carácter violento. En muchos casos son ellos mismos los que presentan a sus hijos a los padres de acogida para que los niños no entren en conflictos de lealtades y sepan que estar en una familia de acogida no significa renunciar a su familia biológica. 

Abrir una puerta que cierra muchas heridas

El temor a abrir la puerta al acogimiento lo experimentaron Enrique y Belén hace muchos años, cuando fueron a informarse por primera vez y les echó para atrás la posibilidad de encontrarse con la familia biológica del menor y tener problemas. "Pero el sistema tutelado te da muchas garantías porque los encuentros están supervisados por un equipo técnico y mantienes tu privacidad con respecto a la familia biológica", señala Enrique. 

Disipados los miedos, la pareja pasó por el proceso de valoración y formación. Unos meses en los que los técnicos les pintaban un panorama negro. "Alguna vez me dijeron que una semana antes de la visita tutelada, los niños están jodidos. Una semana después de la visita tutelada están jodidos otra vez. Y las visitas tuteladas son cada dos semanas...pues están jodidos permanentemente", suelta Enrique y se echa a reír. Pero nada más lejos de la realidad. Su experiencia con María ha sido como la que ha tenido con sus otros hijos. Momentos duros en los que le ha echado un pulso, como cuando se tiraba en el cuarto de baño y Belén iba a acostarse junto a ella para hablar. Y otros que lo compensan, como verla mejorar su estado de ánimo, madurar y pintar. 

"Al principio tienes que trabajar, te requiere un esfuerzo, paciencia, comprensión hacia su situación tan revuelta. Ya una vez superada esa fase para María somos su familia y para sus padres biológicos somos parte de su familia también", indica. Otro de los temores que sienten las familias que atraviesan por el proceso de valoración está relacionado con sus propios hijos y con la manera en que estos encajarán el nuevo escenario. Pero la experiencia indica que los niños entienden de manera más natural el acogimiento y se convierten en un apoyo fundamental porque le restan importancia a muchas situaciones. 

"Para nuestra familia ha sido un experiencia gratificante tener a María, tan gratificante como un hijo propio", señala Enrique. "Gratificante y difícil", le completa Alberto que añade que es complicado a veces entender por qué resulta positivo que un niño vea a sus padres biológicos a pesar de que le maltrataban o de que se iban del hogar y le dejaban solo durante horas. "Pero siempre debemos pensar en la clave del menor, de eso se trata el acogimiento, de salvar a un niño".

Información944 479 242 

Los niños sin fotos.

Cerca de tres años permanece un niño en un hogar de menores. Saber quién lo cuidó, cuándo dio sus primeros pasos y tener fotos, es un derecho que un grupo de psicólogos busca resguardar. El derecho a tener historia e identidad.
Por Paulina Sepúlveda Garrido
Desde la primera ecografía, su primer mechón de cabello o cuando comienza a caminar. No hay evento en la vida de un niño que no tenga registro. Tarea que generalmente hacen los padres. ¿Pero qué ocurre con niños en hogares o instituciones? ¿Quién los fotografía? 
Para resguardar ese registro emocional e historia de niños en situaciones vulnerables, el psicólogo Matías Marchant, director de la Corporación Centro de Salud Mental Casa del Cerro, creó los denominados Libros de la Vida, en los que se van registrando los acontecimientos importantes de estos menores y en los que se incluyen fotografías. 
Hace cuatro años que en Casa del Cerro desarrollan estos libros, gracias al apoyo financiero de la Fundación San Carlos de Maipo. Camilo Morales, psicólogo coordinador del programa de revinculación familiar de Fundación Casa del Cerro, dice que trabajan con menores separados de su familia de origen, por lo que esta herramienta busca revincularlos. 
El proyecto se inició en el hogar de menores Santa Catalina, y se ha replicado en otros tres. A la fecha ya se han confeccionado 80 Libros de Vida.
Los niños son acompañados en la creación de estos textos con psicólogos o tutores garantes de derecho. Estos se reúnen semanalmente por cerca de una hora con el menor. Si este tiene más de tres años, juntos van construyendo cómo ha sido su experiencia de internación y su historia previa. En el caso de los más pequeños, quienes los cuidan van anotando cada uno de sus eventos. 
 “Los niños proponen temas que para ellos son importantes. Uno de los primeros es hablar de su familia, cuál es el vínculo que tiene con su papá, mamá y hermanos”. Todo acompañado de dibujos o fotografías. Esa preocupación de guardar fotos de los niños de sus primeros años de vida, de sus familias, les da sentido de pertenencia y les permite formar su identidad.
Esta herramienta rescata sus orígenes, sostiene Morales, independiente de que haya sido una historia dolorosa y de abandono: “Él tiene una historia que le da un lugar en el mundo”.
El derecho a la historia
Esteban Gómez, psicólogo y director ejecutivo de Fundación América por la Infancia, dice que los tiempos de permanencia en una institución son en promedio 2,7 años. “Es mucho tiempo, para un bebé o para un niño de tres años. Se supone que la medida es transitoria”.
Por la lógica de las instituciones se tiende a uniformar todas las rutinas y procesos, dice Gómez. Pero no se ajustan al interés superior del niño. “Antes del año 2000 todo estaba bien si tenía pan, techo y abrigo. Hoy se obliga a mucho más que eso. Se entiende que es dueño de una continuidad histórica que se debe proteger. Para construir esa identidad tiene que tener recuerdos”.
Camila de la Maza, abogada de la Facultad de Derecho de la U. Diego Portales, y autora principal del capítulo “Derechos humanos de la infancia y adolescencia: ¿Asegura el Estado a los niños, niñas y adolescentes el derecho a vivir en el seno de una familia?”, del Informe de DDHH 2015, destaca que el derecho a identidad no se limita a tener un nombre y conocer su origen. “La Ley 19.620 reconoce que es parte de los derechos de los niños conocer su origen. Esta iniciativa los observa desde sus inicios como objeto de derecho, para que sepan cuando grandes quién los cuidó y quién los contuvo. Es determinante saber que alguien se preocupó de ellos y fueron importantes para un otro”.
En el seguimiento de niños en adopción, destaca Gómez, se ha visto que dos de cada tres tienen posteriormente problemas en la construcción de su identidad. Y de eso no somos  conscientes, advierte. “Se asume que cuando un niño es adoptado es como borrón y cuenta nueva. Pero eso no es así, hay que entender que somos responsables no sólo de lo que ocurre ahora con ese niño, sino lo que pasará en 10 ó 15 años más. Cuando crezca hará preguntas y esto los ayudará a conocer su historia”, aclara.
(Fuente: Blog "Familia adoptiva"... www.familia-adoptiva.blogspot.cl)

«Hay gente maravillosa que no le importa que sea adoptada, ni china».

Así afrontan la adolescencia los primeros niños adoptados por familias españolas. He aquí sus vivencias.

Miles de niños fueron adoptados por las familias españolas a finales de los noventa y primeros años del siglo XXI. Entonces una aventura que nadie sabía cómo iba a acabar, y sobre la apenas existían experiencias, mas que en Estados Unidos y Suecia. Los niños que junto a sus familias afrontaron este reto se han convertido hoy en adolescentes. Y encaran esta etapa de la vida como todos los demás chicos de su edad

La Asociación para la Defensa y el Desarrollo de la Adolescencia y la Infancia (Addai) les ha dado voz en una jornada celebrada en Madrid, donde chicos adolescentes que han sido adoptados contaron sus vivencias y experiencias. ABC ha recogido dos testimonios de dos chicas que :

«Es una botella de gaseosa agitada en plena ebullición». Esta es la simpática definición que Carmen hace de su hija Beatriz, un niña adoptada de China que está a punto de cumplir los 17 años. A la familia llegó en 1999 con poco más de un año y tras un proceso que duraba entonces más bien poco: los nueve meses de un embarazo, pero tras una serie de pruebas de selección que a estos padres les hace entender su maternidad y paternidad de forma diferente. «A los padres biológicos nadie les hace un test, ni estudios, ni exámenes... para tener hijos», se queja en cierto modo Carmen.

Beatriz sufre ahora su adolescencia como cualquier niña de su edad, una época difícil en la que busca su propia identidad. Dice Carmen que hay días en que «nada le parece bien, que quiere pero luego ya no quiere...». Sin embargo, como a todo hijo, sus padres le prodigan un amor incondicional y se deshacen en halagos hacia ella. «Es inteligente, sensible, responsable... Tengo mucha suerte —dice Carmen—. Además, Beatriz no es una joven problemática».

Beatriz 

estudia 1º de Bachillerato 

Internacional, canta en un coro, le apasiona el Arte (algo que le viene de su madre, como ella misma reconoce, es profesora de historia), le gusta el baile y viajar, comenzó a estudiar chino y lo quiere retomar, su color preferido es el azul... Y es 

«muy feliz»,

afirma la joven. «Me considero afortunada —dice—, doy muchas gracias por la familia que me ha tocado. Me podía haber tocado unos padres menos cariñosos o que no me mimasen tanto. 

Mis padres me cuidan muchísimo.

Quiero que sigan disfrutando de la vida conmigo, porque estando solo nadie es feliz».

Sin duda no es todo de color rosa, como ella misma reconoce. Ahora en la adolescencia, la relación con sus padres «tiene sus altibajos, pero en general nos llevamos muy bien. Aunque discutamos por tonterías, ellos son mis padres, quieren lo mejor para mí y son mi mejor apoyo».

Beatriz aún no ha decidido qué carrera estudiar, sin embargo sorprende que a su edad ya tenga maduradas cuestiones que determinarán el resto de su vida. «No me voy a rendir —insiste—, quiero conseguir que mi vocación sea a lo que me dedique toda mi vida, algo que me llene por dentro y por fuera». Y no descarta ninguna opción para su futuro, como asentarse el día de mañana en alguna ciudad extranjera.Nueva York y Londres parecen las candidatas.

Su origen chino le ha traido algún episodio incómodo en la vida. Pero esta joven no se amilana por ello. «Si no haces frente, nadie te va a defender, tienes que aprender a lanzarte. No voy a dejar que nadie me derribe porque soy china, tengo los ojos rasgados o el pelo negro —se defiende—. Siempre hay gente que quiere destrozar tus sueños, pero si les demuestras voluntad no pueden. También hay mucha gente maravillosa que no les importa que sea adoptada, ni china. Esas son las personas que me gustan».

"Con la adopción se forma una familia como cualquier otra"...


(Fuente: ABC) Artículo del 16 enero 2015.


Historia de una adopción.

Visto con perspectiva, llegué a la decisión de adoptar muy tarde. Y digo tarde porque antes me sometí a varios tratamientos de fecundación in vitro que machacaron mi cuerpo, mi espíritu y mi relación de pareja.

Además, estos tratamientos hicieron que el deseo de ser madre -un deseo que se despertó en mí tardíamente- se convirtiera en una obsesión. 

Cuando te metes en la lógica de los tratamientos de fecundación te metes en la lógica del jugador compulsivo. Esta vez no ha tocado, pero ¿por qué no a la próxima? Y sigues apostando. Sólo que aquí no se trata sólo de dinero (que también), es mucho más lo que está en juego. Los médicos exhiben sus porcentajes para demostrarte que estás en manos de la ciencia, pero en realidad estás en manos del azar.

Voy a adoptar

Finalmente me planté. Ya digo, tarde, pero me planté.   Y entonces empieza esta historia. Decides que vas a adoptar. Enseguida sabes que lo primero es obtener la “idoneidad”, un certificado que emite tu comunidad autónoma en el que te declaran “apto” para adoptar. Primero pasas por unos cursos de formación. Psicólogos y especialistas te hacen ver que adoptar no es un juego. Te explican que no se trata de defender tus derechos como adoptante sino los derechos del menor. Hablan de la “mochila” con la que llegan a una nueva familia los niños adoptados: una historia pasada de abandono, institucionalización o acogida que va a determinar su identidad. Piensas que está bien que hagan que te tomes en serio el asunto. Pero también ves cómo a veces se deslizan de la “formación” a la “presión”: por ejemplo, sobre las mujeres solas que desean adoptar.

Las cuestionan de tal manera que resultan disuasorios.Después, te entrevistan psicólogos y asistentes sociales. Te interrogan sobre tu historia familiar. Sobre tu relación de pareja. Sobre tu trabajo.  Y claro, temes mostrar alguna fisura. Temes que ser hija de padres divorciados, o de exiliados políticos de Argentina, juegue en tu contra. Intentas dar una visión idílica de tu relación. O sea, construyes un relato pensando en lo que esperan de ti.


La asistente social visita tu domicilio y examina cómo vives, y cómo y dónde vas a instalar al niño o niña. Y piensas: está bien, deben garantizar que eres capaz de recibir a un menor y criarlo, pero... ¿es necesario este escrutinio fiscalizador? 

Cuando por fin te conviertes en idóneo para la administración, viene la elección del país. ¿Dónde adoptar? ¿Nos planteamos una adopción transracial o no? ¿Averiguamos dónde hay más facilidades? En mi caso, una amiga que había adoptado en China nos habló muy bien de su experiencia. Pero aquí entran en juego las legislaciones de los distintos países. Y en China te exigían dos años de matrimonio. Llevo con mi pareja desde la adolescencia, pero no nos habíamos casado. Acabamos haciéndolo porque vimos que eso ampliaba nuestras posibilidades. 

Intentando buscar algún lazo emocional que me ayudara en la elección del país, pensé en Ucrania. El lugar de origen de mis abuelos paternos, emigrados a la Argentina en los comienzos del pasado siglo. No es que mis abuelos me hubieran hablado mucho de Ucrania de niña: eran judíos y salieron huyendo, y su único nexo con el pasado era la lengua Yidish.  Pero encontré ese vínculo irracional que andaba buscando. 

Por supuesto, no es que elijas dónde vas a ir y ya está. No. Vienen entonces las exigencias del país en cuestión. Certificados de penales, informes sobre tu situación socioeconómica, informes médicos exhaustivos, pruebas que ni sabías que existían... Intentaba tomarme todo este proceso con calma. Mi pareja iba acumulando papeles y papeles. E intentábamos no desesperarnos con las esperas ni cuando un certificado caducaba porque el expediente no avanzaba y había que volver a empezar. 

En España no hay ECAI para Ucrania. Ah, que no os lo he explicado. Las ECAI son agencias intermediarias entre los países de adopción y España. Visto lo que vino después, creo que si hubiéramos ido a un país con una ECAI hubiéramos estado algo más protegidos.

Tratábamos con una intermediaria ucraniana que nos había recomendado un conocido. La información que nos llegaba era escasa e incierta. Una tónica que no era más que un ligero anticipo de lo que nos íbamos a encontrar allí.

Por fin nuestro expediente se puso en marcha y salimos pitando para Kiev, en pleno mes de diciembre. Lo que siguió es lo que, ficcionado, relato en “La adopción”, la película que se estrena este 13 de noviembre: la inmersión en un mundo hostil, donde rige la opacidad y donde la corrupción lo impregna todo.

El proceso

Os cuento sólo el comienzo. Los adoptantes tienen opción a tres citas en el Centro Nacional de Adopciones de Kiev. En cada una te enseñan fichas de niños que viven en orfanatos de todos los rincones del país, fichas con muy escasa información. Pero suficiente para saber que en la primera cita sólo te ofrecen niños con enfermedades gravísimas. Quizá el Estado prueba a ver si suena la flauta y se libera de un niño que implica un gasto mucho mayor que el de un niño medianamente sano.

Nos habían advertido de esta primera cita. Pero una cosa es que te lo cuenten y otra verte ahí, mirando fotos borrosas de niños que vas rechazando, uno tras otro. Parálisis cerebral, minusvalías psíquicas y físicas gravísimas. Aunque sabes que si hubieras estado dispuesto a hacerte cargo de un niño enfermo podrías haber adoptado en España, no dejas de plantearte dónde están los límites. Qué estás dispuesto a aceptar y qué no. Y no dejas de sentirte fatal por plantearte estas preguntas.

Lo que ocurrió después, como tras el fracaso de la segunda cita nos enteramos (porque la desesperación de nuestra intermediaria y la necesidad de salvar su cara ante nosotros la llevó a hablar más de la cuenta) de la corrupción que anida en el corazón mismo de ese Centro Nacional de Adopciones que supuestamente vela por la seguridad de los menores de Ucrania, cómo funcionarios de ese centro “trapichean” con las fichas de los niños, cómo el grueso del dinero que pagas (unos 7000 euros en el año 2008) van a parar a manos de uno de esos funcionarios para que se haga con la ficha de un niño que no esté gravemente enfermo y la “reserve” para tu intermediaria... Y cómo confrontarnos con esa realidad empezó a crear conflictos entre nosotros (era inevitable que surgiera la disyuntiva de plantarse o seguir adelante)... Todo eso lo dejo para que lo veáis en la pantalla.

Dos recuerdos

De lo que viví allí, sin embargo, quiero dejaros un par de imágenes, que se han quedado grabadas en mi memoria de manera especialmente intensa. Una es la del primer encuentro con mi hijo. Una sala de juegos en un orfanato de una ciudad remota del este de Ucrania. Expectación, taquicardia. Un pasillo. Y de pronto, por el pasillo, un niño que asoma de la mano de una cuidadora. Viene dando pasitos, y la cuidadora murmura cosas que no entendemos, pero donde se distinguen las palabras papa-mama. El niño es pequeñito. Lleva un peto corto azul claro y una camisetita. Y sonríe. Una sonrisa dulce y triste. Como todos los niños de orfanato, lo que notas en él es casi una ausencia de expresión. Es como si no tuvieran cara, como si la falta de figuras de apego les hubiera impedido, hasta ese momento, empezar a ser alguien. 

Mirando las fotos de las sucesivas visitas que fuimos haciendo al orfanato, se ve cómo la expresión de Sergio (Serguei era su nombre ucraniano) se va transformando. Aparece la curiosidad. Aparece la diversión del juego. Aparece la picardía. Aparece la risa. Aparece la pena cuando nos marchamos. Os podéis imaginar lo poco que se tarda en crear un vínculo en una situación así.

La otra imagen aún me encoge el alma. Un día cualquiera, voy a visitarle y entro en la habitación a recogerle. Allí, doce camitas, y otros tantos niños de la edad de Sergio, en torno a los dos años. Van en medias y camisetas, algunos juegan, otro miran una pantalla de TV.

Cojo a mi niño en brazos para llevarlo a la sala de juegos. Y entonces, todos los demás se arremolinan en torno a mí, tendiéndome sus brazos, buscando que les coja. Una niña llora, llena de mocos, y sólo dice “mamamamamama”. Salgo de la habitación conteniendo las lágrimas. La puerta tiene un cristal. Allí se quedan los niños apoyando sus manitas. No saben hablar, pero saben que los que son cogidos en brazos por estas presencias nuevas y extrañas se van de allí. ¿Qué será de todos estos niños? ¿Por qué la funcionaria del Centro de Adopciones de Kiev se empeñaba en decirnos que no hay niños menores de tres años adoptables en los orfanatos?

Sólo una cosa más, a modo de apunte final: lo mal que lo pasé allí no tiene nada que ver con la gratificante experiencia de maternidad que vivo con Sergio. La adopción no es una cuestión de  solidaridad sino de deseo: el deseo de ser madre o padre. Pero aún ahora hay veces que miro a mi niño y recuerdo de dónde salió. Recuerdo ese orfanato en esa antigua ciudad industrial desmantelada al Este de Ucrania, casi en la frontera con Rusia.  Esa ciudad ahora invadida por los tanques rusos. Y pienso: “qué suerte que te sacamos de allí”.

 

Daniela Fejerman es la directora de la película La adopción

(Fuente: www.serpadres.es)

El país de los huérfanos. (Artículo de Adriana Cooper).

Hay una historia que siempre hace que se me agüen los ojos. Corría el año 1945, la Alemania nazi había sido derrotada y las cenizas del holocausto cubrían literal y figuradamente los cielos de Europa. En ese entonces, un rabino llamado Eliécer Silver decidió ir a varios pueblos para encontrar a los niños judíos que estaban en orfanatos descuidados. Para poder reconocerlos y reclamarlos sin problema ante autoridades o cuidadores de paso, dijo en voz alta una oración que suelen recitar los padres judíos a sus hijos antes de dormir. Cuando eso ocurrió, niños de todas las edades comenzaron a llorar y a abrazarlo mientras llamaban a sus papás desaparecidos. La misma situación se repitió en diferentes pueblos y ciudades de Europa. Gracias al deseo de una persona, miles de niños pasaron el resto de sus días en una familia.

Quienes hemos conocido de cerca a varios huérfanos, conocemos la marca indeleble que deja la pérdida familiar durante la infancia. Y mucho más si ella ocurrió en condiciones violentas. Conozco a una mujer fuerte y mayor que cuando está en situación de peligro, llama a su papá, un hombre que fue asesinado entre las montañas de Antioquia cuando ella era niña. Quienes hemos sido profesores de niños abandonados o hemos visitado los albergues, vemos la dificultad que tienen muchos para recibir o expresar afecto. Vemos sus ojos tristes conmoverse con facilidad, escuchamos sus inseguridades, temores o la incapacidad de algunos para destacarse en el estudio o creer en ellos mismos.

Esta semana y con la decisión de la Corte Constitucional de permitir la adopción a parejas del mismo sexo, volvió a tratarse el tema de los huérfanos en Colombia. Según cifras del Instituto de Bienestar Familiar, alrededor de cinco mil niños esperan dejar los albergues y ser adoptados por una familia. A estos se suman los miles de menores que perdieron a uno de sus padres y abandonaron los estudios para trabajar o ser cabeza de hogar. Las cifras al respecto son confusas porque es un fenómeno que no ha sido estudiado o medido con total precisión. En el año 2009, la revista Semana publicó un informe titulado “País de Huérfanos” que reveló cifras al respecto e impactó tanto a Sergio Estrada, un profesor universitario de Medellín , quien después de leerlo presentó con sus alumnos una demanda contra el Código de Infancia y Adolescencia. Su acción provocó la histórica sentencia de la Corte Constitucional de esta semana.

Esta decisión de la Corte es una victoria. Y no debe ser la única acción al respecto en un país como el nuestro con tantos niños huérfanos dentro y fuera de los albergues. ¿Qué acción grande o pequeña puede hacer cada uno para mejorar la situación de los huérfanos? ¿Cómo lograr que el tema interese a más personas? ¿Qué hacer para que ese mismo interés que despiertan entre muchos los animales desprotegidos ocurra también con los niños? Y es que al final de cuentas, todos estamos y estaremos conectados. Los huérfanos infelices de hoy serán los empleados, jefes y habitantes de nuestras ciudades de mañana.

(Fuente: www.elcolombiano.com)

jueves, 5 de noviembre de 2015

Cuento de Navidad por Kafka.


Daniela Fejerman no tenía hijos y tras, un largo calvario de estudios y tratamientos in vitro de los que ahora se arrepiente, decidió recurrir a la adopción internacional. Ahí empezó otro infierno, pero de éste no se arrepiente. Desde febrero de 2009, es madre de un delicioso niño ucraniano que hoy tiene ocho años. “Todo mereció la pena”, asegura. La directora ha volcado toda su experiencia, esa especie de fiscalización de tu vida y de duros exámenes para comprobar “si eres merecedor de ser padre y madre”, y esos trámites eternos y dolorosos que vivió durante tres meses en Ucrania en La adopción, primer filme español a concurso en la sección oficial de la Seminci.

Protagonizada por Nora Navas y Francesc Garrido, la película se adentra en la trama burocrática y corrupta, en medio de un paisaje desolador de frío y nieve, que se encuentran las parejas que quieren adoptar niños en ese país. Con elementos reales, pero con una progresión y una tensión cinematográfica de ficción, que se acerca en ocasiones al thriller, en La adopción no se identifica en concreto a qué país del Este de Europa se refiere, aunque el rodaje se llevó a cabo a lo largo de seis semanas en enero pasado en Lituania. “Nuestra experiencia personal, la mía y la de mi pareja, fue un infierno. Cuando estábamos allí me escribía por correo electrónico con mis amigos contándoles nuestras pesadillas. Era como estar en un cuento de Navidad narrado por Kafla. Era un mundo opaco, lleno de burocracia y corrupción. Una amiga me consoló diciéndome que con el tiempo lo vería con distancia y hasta podría escribir de ello”. Así fue. Y poco después, junto a Alejo Flah, comenzó a escribir el guion basándose principalmente en su historia personal pero también en la de otras parejas en la misma o similar situación. “Nuestra obsesión fue que lo que inventáramos estuviera en el mismo tono que la realidad. No podíamos ser peliculeros, ni salir del anclaje real que tiene la historia”, asegura la realizadora catalana.

Fejerman explica que la felicidad que siente hoy junto a su hijo no esconde –“muchos padres adoptivos tienden a olvidarse o a tapar los momentos más dolorosos de los trámites”- lo mal que lo pasó en aquellos tres meses de duro invierno en Ucrania. “Lo más revulsivo fue escribir el guion, porque después todo el trabajo con los actores y el rodaje me sentía un poco más alejada, era como un material de ficción”. Una de los puntos fundamentales del filme, además de ese retrato cruel de la burocracia, fue la relación de pareja entre los dos actores, Garrido y Navas. “Los dos se metieron en la historia con un compromiso total. Intentamos recorrer el camino de cada uno de los dos. Es una relación que se va descompensando. Ella empieza siendo como la débil, la que busca el soporte en él, para poco después ser él el que se hunde y ella se muestra dispuesta a seguir en solitario”, explica la realizadora.

En Lituania encontraron todas las puertas abiertas para esta historia, rodada en cuatro idiomas diferentes –castellano, catalán, inglés y ruso-. “Tenía claro que la complejidad lingüística refleja la complejidad real que se convierte en otro de los dramas de esa situación”. Realizada en coproducción, hubo una mezcla de equipos lituanos y españoles. De los actores rusos que aparece en el filme, la que interpreta a la intermediaria de la adopción, una mezcla de madre, de aprovechada pero en el fondo una superviviente, y a la estricta funcionaria y psicóloga, Larisa Kalpokaité y Arünas Puidokas, está más que satisfecha la realizadora. “Luego, me he enterado que son consolidados actores de teatro en su país”. Al igual que de la elección del niño, que encontró en un jardín de infancia en Lituania, y que tenía el mismo tono en el rostro que dice Fejerman que tienen los niños de los orfanatos en Ucrania. “Son niños como sin expresión. Nunca les han cogido, ni abrazado, ni sonreído. No tienen tono muscular. No saben apretar la mano”. Y aunque el chico de la película tiene padre y madre, a Fejerman le recordó a su hijo cuando le conoció, en las Navidades de hace ya ocho años.

Hoy esta directora, nacida en Argentina en 1964 y afincada en Madrid, lamenta las dificultades y las restricciones que existen cuando hay tantos niños sin familia y tantos padres con deseos de adoptar. “Mi intención no ha sido tanto denunciar sino mostrar una realidad”.

(Fuente: www.cultura.elpais.com)