domingo, 31 de enero de 2016

Los recortes en cooperación provocan el desplome de adopciones internacionales.

La brutal caída de los recursos públicos destinados a cooperación al desarrollo es uno de los factores clave para explicar el desplome sufrido por la adopción internacional en los últimos años. Así, en tan solo una década el número de solicitudes de adopción internacional registradas en Galicia ha caído un 86 %, al pasar de las 683 del año 2004 a tan solo 90 registradas el año pasado, según los datos aportados por la Xunta de Galicia. Cifras que parecen estar muy relacionadas con el recorte que el Gobierno central aplicó en los últimos ejercicios a los presupuestos destinados a cooperación al desarrollo, que las propias ONGD cifran en un 70% desde que comenzó la crisis.

La relación entre cooperación y adopción viene dada porque -explica Mamen García, directora de Adecop y Piao, dos entidades colaboradoras de adopción internacional (ECAI) que trabajan en Galicia- los países de origen de los niños ven en esta "retirada de subvenciones para proyectos de cooperación una falta de compromiso" por parte de España , y, en consecuencia, " en igualdad de condiciones de idoneidad, "priman a las familias de países que hacen cooperación con ellos". "Hay paises que viven de la cooperación internacional", recuerda.

Las ECAI no solo se dedican a tramitar y mediar en las adopciones, también tienen proyectos de cooperación en los países, para los que se han retirado la mayoría de las subvenciones y está peligrando su continuidad. "Para adoptar en un país necesitas tener cooperación allí porque necesitas dotar al orfanato de infraestructura y recursos para que los niños, no solo el que tú vas a adoptar si no todos, incluso los no adoptables, estén atendidos. Si falla la cadena se cierran las orfanatos y los niños se van a la calle", explica.

(Fuente: www.elcorreogallego.es)

Niños que buscan padres. (Acogimiento familiar en Palencia).

  • 40 menores han encontrado una familia de acogida en Palencia en este año, aunque se siguen necesitando más hogares.

Esta es una provincia solidaria, en particular en lo que se refiere a la acogida de niños, pero todavía se necesitan más familias para ofrecer un hogar a menores que están bajo protección de la Junta en centros residenciales por situación de riesgo o desamparo. Y son los niños en circunstancias especiales los que tienen más dificultades para disfrutar de una familia de acogida, como los adolescente, menores con algún tipo de discapacidad o grupos de hermanos, «porque no queremos separarles», según indica el gerente de Servicios Sociales, Eduardo García Brea. No obstante, el gerente aclara que no se trata tanto de que no haya familias, sino de hallar la idónea para acoger a niños en estas circunstancias.

Durante este año, hasta el 30 de noviembre, 40 niños se han beneficiado del programa de acogimiento familiar. Se trata de un recurso que permite a los menores disfrutar de forma temporal de un hogar mientras se solucionan los problemas en su familia biológica y pueden volver a hacerse cargo de sus hijos, o de niños que están a la espera de adopción, hasta que se terminen los trámites. También hay casos de niños que están en centros residenciales porque sus padres han renunciado al no poder hacerse cargo de ellos. En todo caso, se trata de que los menores, desde bebés hasta adolescentes, estén en un entorno familiar y no en residencias.

De los 40 niños acogidos, 19 están con otros familiares que se ocupan de ellos, normalmente, tíos o abuelos, y los otros 21 están acogidos por familias ajenas. «Por el bien del niño, se intenta que sea algún familiar del propio menor el que le acoja para que permanezcan en un entorno conocido, pero no siempre es posible», señala García Brea. Actualmente hay cuatro menores a la espera de una familia de acogida. 

El número de menores acogidos en la provincia es ligeramente inferior al del año pasado, cuando estaban en esta situación 44. En Castilla y León, hay 640 niños acogidos, frente a los 623 del año pasado.

El Programa de Acogimiento Familiar de la Junta, a través de la Gerencia de Servicios Sociales, fue una iniciativa pionera en el país cuando se puso en marcha hace 26 años, y se gestiona en colaboración con Cruz Roja. La organización se encarga de la captación de familias, de la formación de los padres de acogida y presta apoyo y orientación durante el tiempo de estancia del menor en su hogar.

Cualquier familia o núcleo familiar puede ser acogedora, ya que no se establecen límites de edad, sexo estado civil o posición socioeconómica. Solo se requieren «ganas e ilusión», según indican los responsables del programa. 

Las familias de acogida deben asistir a un curso, que dirigen psicólogas de Cruz Roja, en el que reciben formación sobre los conocimientos y habilidades que deben adquirir para afrontar con eficacia la acogida de niños. Asimismo, los padres reciben orientación y un seguimiento personalizado, en función de las características de cada caso, y tienen acceso a bajas por maternidad, ayuda a familias numerosas, recursos de respiro y apoyo telefónico para situaciones de emergencia, entre otros. Los padres de acogida reciben ayuda económica por la estancia de los niños y por gastos que se deriven de su atención.

(Fuente: www.elnortedecastilla.es)

sábado, 30 de enero de 2016

La adopción es una elección de amor. (Artículo Opinión. Adopción en Colombia).

La adopción de niños e infantes es una medida de protección bajo la suprema vigilancia del Estado, a través de la cual se establece una relación filial entre personas que no la tienen por naturaleza, porque no hay relación genética directa con ellos. Con respecto a esto, el artículo 61 de la Ley 1098 de 2006, el Código de la Infancia y Adolescencia, expresa su propósito fundamental así: “Tiene por finalidad garantizar a los niños, a las niñas y a los adolescentes, su pleno y armonioso desarrollo para que crezcan en el seno de la familia y de la comunidad, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión. Prevalecerá el reconocimiento a la igualdad y la dignidad humana”.

Entonces, la adopción pretende garantizar todos los derechos y deberes que esto implica, con la responsabilidad de ofrecer un ambiente de bienestar, de afecto, respeto y solidaridad a los infantes que, no cuentan con la protección de sus padres biológicos. No es una transacción comercial, es un acto legal en el que necesariamente debe intervenir Bienestar Familiar, sin constreñimiento alguno, pero con la agilidad y vigilancia que esto debe implicar.

Sin embargo, me asombra saber que unos 80 mil niños estén en el Sistema de Protección del Icbf, a la espera de padres adoptantes y solamente mil 148 niños lo lograron en 2014.

Y es que existe una gran preocupación , como lo expresa Gonzalo Gutiérrez Lleras, Director ejecutivo del Centro para el Reintegro y Atención del Niño, porque “se evidencia que cada vez tenemos más desprecio por los derechos de los niños: Los violentamos, los abusamos, los matamos y lo estamos haciendo con un grado alto de insensibilización al respecto”…

Es dolorosa la situación de nuestros niños colombianos abandonados, porque a pesar de que sean llevados a Bienestar Familiar y cuenten con las denominadas “madres sustitutas”, sus condiciones no son óptimas, se evidencia atraso social, emocional, psicoafectivo, comportamental, oral, nutricional, entre otros.

Los niños merecen una oportunidad de restablecimiento de derechos en un hogar que verdaderamente subsane un pasado que generalmente no ha sido el mejor, y por lo tanto la paciencia, el afecto, la disciplina con amor, deberán ser los invitados diarios durante las 24 horas, de tal manera que se aporte a la formación de un ser humano que trae un pensamiento libre y espontáneo que sería ideal, fortalecer. La lectura del libro ‘Educar sin castigar: ¿Qué hacer cuando mi hijo se porta mal?’, de Pilar Guembe y Carlos Goñi plantea que “sí es posible educar sin castigar, a golpes y sanción no hay logros, el castigo no ha de ser la norma sino la excepción, no ha de ser lo ordinario sino lo extraordinario. Una dinámica de premios y castigos conlleva a un retroceso. Lo inteligente es adoptar el diálogo, estrategias para ejercer la autoridad”, más aún cuando los niños superan los cinco años, dado su desarrollo cognitivo, como lo plantea Piaget.

Habrá que esperar para conocer qué pasa en el corazón y las mentes de estos niños cuando crezcan. Lo deseable es que de ellos se logre unos mejores seres humanos, y ante todo, se desarrolle la capacidad de ser felices.

(Fuente: www.elnuevodia.com.co)