miércoles, 27 de mayo de 2015

Más de 13 mil niños bordean el “viacrucis” de los abandonados. (Adopción en Bolivia).

Emma recuerda el día en el que Gabriela llegó a su hogar cuando la madre de la niña le pidió que la cuidara por tan solo unos días, éstos se hicieron meses y finalmente años. Rememora que la madre volvió al cabo de seis meses sólo para decirle que no podía hacerse cargo de su hija y pese a que obtuvo de ella un documento firmado en el que ésta renunciaba a todo derecho de reclamarla algún día, el trámite para legalizar la adopción duró más de tres años.
Recuerda que la principal dificultad que se le presentó era la edad; pues si bien tenía recursos económicos suficientes y un hogar con un padre para Gabriela, Emma se aproximaba a los cincuenta años de edad.  
Explica que en una de las etapas de adopción le dijeron que la niña debía pasar a manos de una familia, cuyos padres fueran más jóvenes. Pero Gabriela ya tenía más de dos años, por lo que Emma contrató los servicios de un abogado decidida a no permitir que nadie le arrebatara a quien ya formaba parte de su familia.
“Me citaron para decirme que iban a recoger a la niña debido a mi edad. Entonces les dije que quien les haría un juicio sería yo, porque la niña me reconocía a mí como madre y a mi esposo como su padre. ´Ha crecido en mi hogar y nosotros somos su familia´, les dije y contraté los servicios de un abogado. La larga duración del trámite hizo que Gabriela entre al kínder sin tener documentos legales”, recuerda Emma.
También añade que hasta que Gabriela cumplió los ocho años recibía cada mes la visita de una psicóloga y de una visitadora social, quienes evaluaban el hogar que había acogido a la niña y constataban sí vivía en las condiciones adecuadas.
“Ven dónde está durmiendo, qué está comiendo, si tienen empleada. Gracias a Dios en ese tiempo conseguí una empleada que ayudaba con su cuidado, porque yo ya estaba mayor”, nos cuenta.
Pero hay algo que la visitadora social no sabía y es que Emma, por esas casualidades de la vida, vivió en carne propia el drama de perder, de un momento a otro, el calor de un hogar. Ella creció en el Hogar de niños Moisés Navajas y aunque reconoce que fue una etapa muy feliz de su vida, afirma que esto le permitió comprender a Gabriela y entender las dificultades que tiene al sentir el abandono de sus padres, ya que la niña es consciente de que fue adoptada.

Una marca para siempre
Emma cuenta que perdió a su madre cuando era apenas una niña, su padre asumió el cuidado de sus cinco hijos; sin embargo, al cabo de un tiempo tuvo que salir exiliado del país dejando abandonados a sus pequeños.
Al ser muy niños aún, Emma de cuatro años y una de sus hermanas ingresaron al Hogar Moisés Navajas, los demás hermanos mayores tuvieron que acomodarse con sus familiares más cercanos.
Esto ocurrió en el año 1952, cuando el Hogar Moisés Navajas albergaba tanto a niñas como a niños. Recuerda que creció rodeada de todos los cuidados; pues tenían un techo, comida y acceso a la educación. Cuenta que la única tarea que cumplían era asistir a la escuela, debido a que había personas encargadas del planchado y hasta la costura de sus prendas de vestir.
“Crecimos como en una familia grande, todos los niños nos queríamos como hermanos y aún ahora nos reunimos de vez en cuando para recordar esos tiempos”, relata Emma. Empero, esto ocurrió hace más de medio siglo.
Para finalizar explica que la gran diferencia entre ella y un niño abandonado es que ella sabía perfectamente quiénes eran sus padres y entendía que su madre había perdido la vida y eso era algo inevitable. Tenía claro que no fue abandonada.
También entendía que su padre tuvo que irse por motivos ajenos a su voluntad, en cambio asegura que “un niño abandonado no supera ese sentimiento de haber sido rechazado por sus padres y eso es algo que lo marca para siempre”.

13.770 niños de Tarija en riesgo de ser abandonados 
En Tarija existen tres hogares de niños que dependen del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges), se trata del Hogar Sagrada Familia, el Hogar Moisés Navajas y el Hogar Nueva Esperanza.
El Hogar Sagrada Familia recibe a los niños de entre 0 a 8 años de edad, varones y mujeres. Pasada esa edad las niñas son llevadas al Hogar Moisés Navajas y los niños al Hogar Nueva Esperanza. El Hogar Sagrada Familia alberga al momento a 73 menores. 
Pero la situación es crítica en el departamento, la directora de Aldeas SOS en Tarija, Patricia Serrano, informó que 13.770 niños y niñas en la ciudad de Tarija corren el riesgo de ser abandonados, es decir que podrían quedarse sin familia debido a los casos de desintegración familiar.
Serrano advirtió que de no tomarse las medidas necesarias para asegurar una inversión social en beneficio de las familias tarijeñas, el futuro de estos niños será incierto, ya que estarían privados de la protección y del derecho a una familia.
 “Estamos hablando de una cifra muy alta. Este estudio también revela que hay 1.260 niños que tienen el riesgo de perder muy próximamente el cuidado de sus padres, ya sea del padre o de la madre”, aseguró Serrano.

El “viacrucis” de los abandonados
Según la Defensora del Pueblo la gran mayoría de los niños en abandono está perdiendo día a día la oportunidad de adopción, debido a que sobrepasan la edad que a menudo requieren las parejas adoptantes, mismas que solicitan recién nacidos o que no pasen de los cuatro años.
Del total de niños resguardados en los hogares de Tarija, sólo 30 aún no cumplieron los cuatro años; empero no tienen los trámites concluidos de extinción de paternidad. Lo que significa que no poseen la renuncia expresa de sus padres ante su derecho de progenitores y por lo tanto aún no pueden ser adoptados. 
El abandono de un niño, más allá de las cifras, significa privar a esa persona de la posibilidad de contar con una familia y de todos los beneficios materiales como emocionales que esto implica. Muchas veces esto ocurre apenas nacido el menor y de esa manera, y sin saber, el infante se convierte en un número que engrosa las estadísticas de niños abandonados. Así comienza una especie de “viacrucis” o carrera contra el tiempo para lograr el sueño de tener un hogar. 
El País eN intentó, en dos ocasiones,  visitar los hogares de niños abandonados que están a cargo del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges); sin embargo las dos veces esto fue negado. De esta manera, se inició una investigación para escribir este reportaje con diversas fuentes.

El caso de un niño NN
Para la Defensora del Pueblo, Gladys Sandoval, los niños sin padres tienen muy pocas probabilidades de ser adoptados. “A veces el proceso tarda años y esto imposibilita de manera definitiva que gocen del derecho de crecer en el seno de una familia”, indica. 
  Por toda esta burocracia el índice de adopción en Tarija es bajo, sobre todo por el largo proceso legal que se debe afrontar. Sandoval relata el caso de un niño de un mes que el pasado año fue abandonado por la zona de El Tejar. 
Se trata de un niño NN (sin identidad), quien hasta que no tenga un nombre no puede ser dado en adopción, dicho proceso se denomina pérdida de autoridad. Hasta el momento han transcurrido nueve meses y este menor, con cada día que pasa,  está perdiendo la oportunidad de pertenecer a un hogar. 
Para Sandoval esto sucede por la burocracia, la carga procesal de los jueces y porque no se ponen como prioridad los derechos del niño.
Añadió que otro caso es el sucedido a un infante que fue abandonado en San Lorenzo, la Defensoría de ese municipio lo trajo  al Hogar Sagrada Familia y ahí se encuentra sin que su situación se formalice. No posee documentos y también está en riesgo de convertirse para siempre en una cifra.  

El proceso de adopción
Las parejas que han decidido adoptar a un niño saben por experiencia que el trámite puede demorar años y conocen la larga lista de dificultades por las que tienen que atravesar para culminar con éxito este anhelo. Muchas de ellas renuncian en el proceso. 
Claudia Escalante, encargada de la parte legal del Sedeges en este tipo de trámites, nos da a conocer los principales aspectos legales de las adopciones con el objetivo de que los solicitantes tomen en cuenta y puedan proceder a una adopción. 
La adopción es una figura legal que concede la calidad de hijo al niño que naturalmente es de otra persona. Para que un niño sea adoptado debe poseer la extinción de paternidad; es decir la renuncia de sus padres biológicos al derecho que tienen sobre el niño como su hijo. Los adoptantes deben solicitar la adopción mediante un memorial enviado a un juez, los solicitantes sólo podrán elegir la edad y en algunos casos el sexo del menor. 
Otra etapa es La Guarda, se trata de una figura legal que es reconocida por el Código del Niño, Niña y Adolescente. Los adoptantes requieren ante el juez la Guarda de un niño con fines de adopción, es como si lo estuvieran cuidando por un tiempo. 
Durante este proceso que dura dos años, no le pueden cambiar el nombre, no pueden viajar y después si el niño se acostumbra y si el hogar ofrece todas las condiciones se puede proceder a los trámites de adopción.  
La Guarda se da, sobre todo, cuando determinada persona encuentra a un niño o cuando un familiar deja a su hijo a otra persona para que se lo cuide y no regresa, o fallece. Se destaca que todos estos trámites deben ser autorizados por orden judicial. 
De acuerdo a Sandoval los trámites de extinción de paternidad duran mucho tiempo porque los jueces no están trabajando con prioridad los intereses superiores del niño. “En Tarija y a nivel Bolivia los padres que quieren adoptar a niños mandan  un memorial a los jueces y piden recién nacidos o menores de un año, pero sí los tramites demoran dos años o más la oportunidad se pierde”, resalta. 

Dejados a su suerte
Sandoval destaca que el modelo que se aplica en Aldeas Infantiles SOS es el mejor entorno en el que puede crecer un niño abandonado. Detalla que en dicho hogar se presenta la figura de madre sustituta, misma que se encarga del cuidado de un número determinado de niños, a los que ven como sus hermanos. La madre sustituta les da de comer y los manda a la escuela. 
Sin embargo, todos los hogares de niños en Bolivia se encargan del cuidado, alimentación e instrucción de los menores hasta que cumplen los 18 años, momento en el cual deben afrontar la vida solos. 
Según Sandoval ésta es una realidad que debe cambiar; pues muchos de los jóvenes que se han criado en estos hogares  se ven de un momento a otro sin un techo y sin un trabajo que les permita sobrevivir. Dicha situación los ha llevado muchas veces a dedicarse a la delincuencia.
Carlos (Nombre ficticio) al salir del hogar, sin nada de estudios, ni dinero para optar por una carrera universitaria se dedicó a lavar autos, de ahí comenzó a aprovechar y a sacarles pequeños artefactos como espejos, tapas de llantas, parabrisas, entre otros. Pasado el tiempo aprendió “la destreza” de abrir los vehículos y extraer la memoria de las radios. Luego intentó algo más osado y se animó a encender una vagoneta y se la llevó, pero cuando creía que lo había logrado fue capturado  por la Policía. 
Ahora está en el penal de Morros Blancos, lamenta lo sucedido pero admite que tal vez no hubiera sobrevivido en las calles. “Con qué plata iba a comer señorita”, se lamenta. 
La defensora del pueblo corrobora que existen este tipo de situaciones y añade una experiencia, “un día fuimos a la cárcel con Carmen Molina, ex directora del Sedeges y ella comenzó a reconocer, uno por uno, a niños que crecieron en los hogares”, lamentó.

Un esfuerzo para lograr un plan departamental

 La defensora del pueblo, Gladys Sandoval, informó que actualmente se está trabajando un proyecto para que la Gobernación de Tarija pueda hacerse cargo del cuidado de los niños abandonados pero de una manera integral, es decir sin dejarlos a su suerte pasados los 18 años.
De acuerdo a Sandoval uno de los grandes problemas es que cada institución trabaja por separado. En ese sentido dijo que el actual proyecto es un esfuerzo conjunto con Aldeas Infantiles SOS y la Red de niños en riesgo de perder el cuidado parental. Para Sandoval esto podría ser el inicio de un plan departamental. 
“Hemos empezado con niños de la cárcel, ahora hay 60 niños en este programa”, afirma y explica que si un niño queda huérfano de padre y madre se le buscará una familia afectiva que tenga algún parentesco con el menor. Luego de identificarla la Gobernación le brindará un apoyo económico en contraparte con Aldeas Infantiles SOS. 
Según asegura se ha demostrado, con varios estudios, que lo que puede invertir el Estado para salvar a un niño en un hogar afectivo es siempre menor a lo que se gasta en mantener a un niño institucionalizado.

(Fuente: www.elpaisonline.com)

Niños desafiantes.

pataletasSon esos niños a los que se atribuía “mala conducta” o “mala educación”; hoy algunos los rotulan como “trastorno negativista desafiante” o “trastorno oposicionista”. La autora sostiene que esa conducta “abarca problemáticas muy diferentes”, y la vincula con determinaciones familiares y sociales.

“Alan tiene siete años. No respeta las reglas de la escuela, contradice a la maestra, desafía a las autoridades. Debe tener un problema orgánico. ¿No necesitará medicación?” “Pedro tiene cuatro años; discute todo lo que se le dice, se pelea con los otros chicos y se enoja cuando se lo reta. Se tira al suelo cuando se le niega algo que quiere. Nos dijeron que consultemos a un neurólogo.”

“Juan tiene cinco años. Se niega a hacer lo que se le pide, dice a los gritos que no quiere obedecer y trata de imponer su voluntad todo el tiempo. Lo retamos, le pegamos y le ponemos penitencias, pero cada vez es peor. ¿Qué podemos hacer?” Y una escena en la calle: La mamá: “Cuando hablo con otro adulto no me interrumpas”. El nene, de cinco años (en el mismo tono de voz autoritario): “Y vos contestame cuando yo te hago una pregunta”. La mamá: “Me estás desafiando”. El niño: “Y vos me estás desafiando a mí”.

Son niños a los que antes se les adjudicaba “mala conducta” o “mala educación”. Algunos de estos niños fueron rotulados por diversos profesionales como “síndrome de déficit de atención con hiperactividad”. Otros, como “trastorno negativista desafiante” o “trastorno oposicionista desafiante”, una nueva clasificación que circula por los ámbitos de la salud y la educación. Otro “trastorno de época” con una supuesta “solución” de época. Así, algunos niños a los que se les pone este sello son medicados con antipsicóticos en dosis leves, para mejorar su conducta.

Nuevamente, como en el caso del trastorno por déficit de atención, nos encontramos con la descripción de una conducta frecuente en nuestra cultura, frente a la cual se arma una clasificación psiquiátrica y se supone un remedio mágico.

Por consiguiente, es una nominación que suele abarcar patologías y problemáticas muy diferentes. Desde las respuestas impulsivas y agresivas de un niño que siente que su psiquismo estalla frente a las exigencias del mundo, hasta las dificultades de otro que no tolera las normas: todos son ubicados del mismo modo. A la vez, es frecuente que estos niños susciten la hostilidad de los adultos. Es decir, no se lo piensa como una conducta que suscita preguntas, que dice algo, sino como algo a acallar. Consideradas como un cuadro psicopatológico o como respuesta a una educación permisiva, las conductas de los niños que se oponen a las reglas escolares y familiares se piensan como algo a silenciar más que como un llamado a escuchar.

Pero el comportamiento transgresor y desafiante de los niños de hoy no tiene que ver necesariamente con una falta de castigos o con actitudes demasiado permisivas de los padres. Sucede que los adultos presentan dificultades para sostener las diferencias niño-adulto, no pueden ser garantes de un futuro mejor y esperan que los niños los sostengan narcisísticamente. Así, generan actitudes y respuestas frente a las que luego se violentan. A estos niños se los ha imbuido de un poder omnímodo. Son los mismos adultos los que los han convencido de que son seres poderosos, de que deben cumplir ya con todo lo esperado y de que este cumplimiento les traerá satisfacciones inmediatas.

¿A qué se oponen los niños? ¿A qué se niegan? ¿Qué desafío está en juego? ¿Qué nos están diciendo con tanto “negativismo”? Es frecuente que los niños de hoy traten a los adultos como pares e intenten imponer su voluntad a toda costa. Pero hay determinaciones sociales, familiares e individuales que debemos tener en cuenta en la producción de estas conductas, que suelen denunciar dificultades en la estructuración narcisista.

Al considerar el comportamiento como algo estático, un trastorno que el niño trae y que es atemporal, no se toma en cuenta su sufrimiento. Estos niños, a su vez, suelen desmentir el dolor, justamente porque suponen que tienen que funcionar como poderosos y que si se muestran débiles quedan a merced de un tirano. Generalmente son sancionados, castigados, expulsados, lo que refuerza la idea de un mundo hostil y arbitrario.

Lo que aparece como conducta oposicionista-desafiante o negativista-desafiante puede responder a múltiples determinaciones, en las cuales tienen peso tanto el medio social como el familiar, así como el modo particular en que ese niño tramita sus vivencias.

Algunos niños no hay podido constituir ligazones que operen como inhibidoras del desborde pulsional y quedan a merced de la insistencia pulsional en una pura descarga. El otro fracasa como aquel que contiene y calma y el niño queda solo en un estado de enfrentamiento con todos, suponiendo que los otros son causa de su malestar. Esto suele confundirse con un funcionamiento “oposicionista”.

Así, un niño de diez años que insultaba a las maestras, le pegaba a la madre, totalmente desbordado por cualquier situación en la que tuviera que esperar su turno o ceder frente a otro, fue diagnosticado como trastorno negativista desafiante. En ese diagnóstico primó una idea de clasificar, sin dar cuenta de los mecanismos productores de sus desbordes. Estos se desencadenaban cuando aparecía una situación en la que se le presentificaba la idea de ser aniquilado o expulsado violentamente por el otro, lo cual lo llevaba a estados de desesperación donde las urgencias se transformaban en irrefrenables. La desesperación se incrementaba en el vínculo con adultos que se ubicaban como impotentes frente a los ataques del niño.

Oposición o dependencia

En tanto el niño teme depender del otro porque no lo considera seguro y supone que va a quedar a merced de él, de sus idas y venidas, el mostrarse autosuficiente y negarse a obedecerlo puede ser el modo en que intenta sostener un armado narcisista precario. En algunos niños, dominar al otro, someterlo a la propia voluntad, parece ser la única satisfacción posible. Ya no es la satisfacción erótica en el vínculo con el otro, el placer en la realización del deseo, sino el placer en el dominio del otro como objeto. Hay niños que se unifican en el “no” como modo de ser, como protección, porque si no se sienten arrasados por el avance intrusivo del otro. La dificultad radica en que pierden la percepción de sus deseos (algunos no la tuvieron nunca) y lo único que desean es oponerse al deseo del otro (lo que delata la dependencia). Al abroquelarse en el “no”, éste funciona como organizador que les permite sostenerse como diferentes.

Este funcionamiento suele traer dificultades para sublimar. Así, en lugar del juego o de actividades creativas estos niños buscan el poder por sobre todas las cosas. Ser el jefe de la banda es lo único importante.

El “no” formulado como “no quiero” implica tanto la posibilidad de poner coto al avasallamiento del otro como de reafirmar la autonomía. Los padres de un niño de cuatro años consultaron porque el chico regulaba todos los movimientos de la casa. Si él se oponía, no podían salir a pasear o a comer afuera: cuando no se hacía lo que él quería, respondía con escándalos. Podermos preguntarnos: ¿qué quería? Quizá dominar a los otros para no darse cuenta de que eran personas autónomas, separadas de él, situación que, cuando se hacía evidente, le acarreaba muchísimo sufrimiento. A la vez, estos padres se ubicaban en una lucha de poder con el niño, repitiendo con él la batalla cotidiana con un mundo vivido como demasiado exigente.

Depender de otro supone que uno puede perderlo. Estos niños intentan desmentir toda dependencia para evitar toda pérdida. Puede ocurrir que un niño tenga terror al abandono y desmienta por eso la necesidad de ese otro. Pero el resultado es que el objeto se le torna incontrolable, la separación no puede ser eternamente desmentida y permanentemente reciben heridas insoportables, en tanto esperan una fusión imposible.

Así, un niño que, por pegar a los otros niños y desafiar a los docentes, estaba a punto de ser expulsado del jardín de infantes, trae a las sesiones su sensación de injusticia, de no ser escuchado por los maestros, de quedar como culpable de todas las situaciones de un modo arbitrario. Está muy enojado con el mundo. Le propongo jugar a que él es el psicólogo. Acepta y juego a ser una niña que les pega a todos y a la que retan todo el tiempo. Yo voy diciendo lo que siento, lo injustos que son conmigo, cómo ninguno me escucha y cómo me dejan sola, y él va pasando de ser un adulto implacable, que sólo me reta, a transformarse en un director de escuela que dice: “Yo te creo; voy a ir con vos al recreo a ver lo que pasa, y si te molestan yo te defiendo”. Esta variación de posición en el juego le permitió ir modificando su lugar en el jardín, sintiendo que los adultos podían escucharlo y defenderlo. Pudo empezar a mostrar sus miedos, sus debilidades, y soportar la indefensión frente a los adultos.

Muchas veces la desmentida de la dependencia está sostenida por los adultos, que ubican al niño como todopoderoso frente a adultos impotentes. Lo que podemos denominar “idealización de la infancia” es uno de los factores sociales que inciden en las dificultades de los niños de hoy.

Los padres de una niña de tres años afirmaban que la niña era “terrible” y que en la casa rompía todo. Al relatar un episodio en que la niña había roto la mesada de la cocina, le adjudicaban una fuerza que no tenía. De este modo, la niña quedaba entrampada entre un poder omnímodo y ser la culpable de todo lo que ocurría, cuando era obvio que la mesada estaba quebrada desde antes y ella sólo había puesto de manifiesto ese quiebre. La niña –curiosa, con un lenguaje muy desarrollado y un excelente nivel de juego dramático– no obedecía y se enojaba frente a cualquier negativa a sus deseos. ¿Cómo iba a obedecer a adultos que se mostraban más débiles que ella? Una consecuencia era la confusión respecto de sus propias posibilidades y un estado de desesperación, del que intentaba salir a través del desafío.

Beatríz Janin

Directora de la Carrera de Posgrado de Psicoanálisis con Niños, APBA-UCES.

Texto extractado del libro El sufrimiento psíquico en los niños. Psicopatología infantil y constitución subjetiva (ed. Noveduc).

(Fuente original: www.pagina12.com.ar 

Extraído de Adoptantis.org)

Vivir como los otros niños.


Cruz Roja busca familias de acogida permanente para más de una veintena de menores coruñeses, incluidos grupos de hermanos, mientras sus padres no pueden hacerse cargo de ellos.
Niños que recuperan su derecho a estar protegidos. Familias que les dan cariño y los educan sin que existan lazos de sangre y a sabiendas de que su tarea tiene, en la gran mayoría de los casos, fecha de despedida. Esta perfecta simbiosis es la base sobre la que se asienta el acogimiento familiar, un recurso orientado al cuidado de menores que se encuentran privados de una adecuada atención por parte de sus padres (aunque sea circunstancialmente) y que consiste en confiar su cuidado a otras personas o núcleos familiares que reúnan las condiciones personales, educativas y materiales necesarias para proporcionarle un entorno estable.

Una vez más, Cruz Roja hace un llamamiento en A Coruña para encontrar familias de acogida permanente para menores a los que les está resultando especialmente difícil encontrar un hogar, mientras no pueden ser atendidos adecuadamente por sus padres. Son unos 25 niños y, entre ellos, hay varios grupos de hermanos. "El caso de grupos de hermanos complica más la tarea, ya que el objetivo prioritario es no tener que separarlos", apunta la trabajadora social del programa de Acollemento Familiar de Cruz Roja en A Coruña Carmen Rey.

"Hacer algo positivo" por esos pequeños fue el primer objetivo que animó a la coruñesa Mª Carmen Iglesias a abrirles las puertas de su hogar, hace ya seis años. Inculcar valores a sus hijos -que en la actualidad tienen 15, 17 y 19 años- fue el segundo. "Es una forma de concienciarlos, de que entiendan que hay otras realidades además de la que a ellos les ha tocado vivir", señala Mª Carmen, quien reconoce que la llegada de un niño de acogida "revoluciona a toda la familia". En su caso no fue uno, sino dos, hermanas, y que además entraron en sus vidas con más de un año de diferencia. "Primero vino la pequeña, con apenas un mes, y un año y pico después nos plantearon la posibilidad de acoger también a su hermana mayor, que por aquel entonces tenía 3 años y que estaba viviendo en un centro de acogida", recuerda.

Una situación que, en un primer momento, les cogió desprevenidos, pero a la que pronto se adaptaron con facilidad. "A nivel familiar no pasaba nada, el principal problema que nos planteamos era la parte práctica, hubo que reorganizar la casa, de hecho, las niñas comparten habitación con una de mis hijas... exige un poco de sacrifico, porque con cinco niños en casa hay que apretarse más el cinturón, renunciar a ciertas cosas... pero realmente vale la pena", sostiene esta coruñesa.

"La mayoría de las familias que participan en el programa coinciden en que es una experiencia muy gratificante", apunta Carmen Rey, quien insiste en que el objetivo de esta iniciativa, puesta en marcha en 1995, es que los menores vivan temporalmente en un entorno que les ofrezca cuidados, afecto y apoyo mientras se solucionan los problemas de sus padres.

La principal diferencia con la adopción es que aunque la acogida sea, como en el caso de las dos pequeñas que viven con Mª Carmen Iglesias y su familia, permanente -y que, por tanto, se pueda prolongar hasta que los menores alcancen la mayoría de edad-, los niños no perderán el contacto con sus padres biológicos. "Algunas familias biológicas son algo reacias al principio porque desconocen el programa", señala Carmen Rey. "Después no suele haber problema. Les organizamos un encuentro con los acogedores, y ahí es cuando desaparecen los temores. Lo normal es que ambas partes colaboren y se lleven bien. Es lo mejor para los pequeños", destaca.

Durante la acogida, familia biológica y temporal también se ven con frecuencia. La clave para que las relaciones sean fluidas está, tal y como destaca Mª Carmen Iglesias, en el respeto. "En nuestro caso no ha habido ningún problema. Los padres de las niñas entienden que les queremos echar una mano, no quitarles a sus hijas. Nos vemos una vez al mes, y en esos encuentros les contamos cómo es el día a día de las pequeñas, cómo van en el cole, qué cosas han hecho... Y ellos también nos facilitan mucho nuestra labor, les piden que nos hagan caso, que se porten bien... hay muy buena sintonía", destaca.

Para acoger a un menor no se exige un modelo concreto de familia, ni que tengan o no hijos. "Lo único que pedimos es que haya una motivación adecuada y un compromiso serio y real", apunta Carmen Rey. "En nuestro programa participan familias con hijos, monoparentales, parejas de hecho, homosexuales... No hay un único perfil", señala la trabajadora social de Cruz Roja. Todo sigue un estricto protocolo. Los futuros acogedores tendrán que pasar varias entrevistas y obtener la idoneidad del Equipo de Menores de la Xunta. Durante la selección, se analizan sus motivaciones, su disposición a ayudar y el hecho de que conformen un hogar con una vida familiar equilibrada. A continuación, el equipo de psicólogos y trabajadores sociales busca el menor que mejor se adapta a las características de esta familia, ya que son muchos los aspectos a tener en cuenta (situación geográfica, si hay o no más niños en el hogar, etc.) e inicia la formación de los acogedores.

Las familias interesadas en participar en el programa de Acollemento Familiar de Cruz Roja pueden dirigirse a la oficina autonómica de la entidad, situada en la calle Cruz Roja Española, nº 1, en A Coruña, llamar a los teléfonos 900 812 880 o 679 955 275 (este último, solo para la provincia de A Coruña), o entrar en la página web http://familiasacolledoras.cruzvermella.org/, donde encontrarán respuestas a todas las dudas que se les planteen.

(Fuente: www.laopinioncoruna.es)

La crisis y las trabas de los países frenan las adopciones internacionales en Castellón.

La crisis y las trabas de los países frenan las adopciones internacionales en la provincia de Castellón. Según los datos facilitados por la Conselleria de Bienestar Social, en los últimos cinco años han disminuido en la provincia, pasando de 18 en el 2010 a solo tres en el 2014. Pero Castellón no es una isla. En el conjunto de la Comunitat también se ha producido este descenso. De las 215 que se registraron hace cinco años, se ha pasado únicamente a 35.

Las agencias de adopción internacional lo atribuyen a dos factores. Por un lado, “no tenemos muchas familias, porque con la crisis ha disminuido su número. Los costes son importantes, muchas no pueden hacerles frente y los bancos no dan préstamos”, explican desde Aipame, que recuerdan que una adopción con Rusia puede costar 30.000 euros. En otros países, esta oscila entre 8.000 y 15.000 euros.

A ello, se suma que hay países que han restringido las adopciones internacionales y, además, “cada vez hay menos niños susceptibles de ser dados en adopción”, señalan desde la Federación de Asociaciones de Adopción Internacional Adecop y Piao.

Por ejemplo, en Rusia los procedimientos han estado un par de años paralizados a la espera de un convenio bilateral, porque en España está permitido el matrimonio homosexual y Rusia quería asegurarse de que no se formalizara el acogimiento a una familia homoparental. La parte positiva es que el convenio se ha suscrito; en marzo fue ratificado por Moscú y los expedientes se están tramitando con regularidad. La negativa es que con el nuevo convenio no está permitida la adopción por familias monoparentales, que representa un tercio de las adopciones, indican desde Aipame. “Las adopciones con Rusia tienen el inconveniente del coste, aunque la ventaja es que el procedimiento es rápido y seguro, porque lo adopta un juez, que es muy escrupuloso”, indican fuentes de la entidad.

En la mayoría de los países, sin embargo, los trámites se han dilatado en el tiempo, con lo que las familias deben ser conscientes de que el procedimiento se ralentizará una media de cuatro años. Si en China, antes, las familias conseguían la adopción en un plazo de dos años, y en Colombia, en cuatro, ahora se prolongan hasta ocho años en el caso de China, y cinco o seis en el caso de Colombia, señalan fuentes de Piao.

Además, todos han endurecido sus condiciones. “China, por ejemplo, no permite adoptar a personas con obesidad, antecedentes penales o psiquiátricos o que sigan un tratamiento por padecer cáncer”, explican.

 

NIÑOS ESPECIALES // Además, como consecuencia del incremento de las medidas de protección por parte de los países, estos priorizan la adopción y el acogimiento nacionales, con lo que la adopción internacional se convierte en el último eslabón. Muchas familias no tienen otra opción que adoptar niños de necesidades especiales, grupos de hermanos o niños mayores o con patologías recuperables.

Si en el 2005 se formalizaron 200 adopciones de niñas chinas en la Comunitat, el año pasado se limitaron a 9; en el caso de Rusia se pasó de 62 a 4; y Colombia, de 33 a 1. En cambio, las de Filipinas suben, de 0 a 9, siendo ahora el segundo país en adopciones, seguido Etiopía con 7. China, Rusia y Filipinas constituyen los 3 principales lugares de adopción. 

(Fuente: www.elperiodicomediterraneo.com)

Adoptar: padres por convicción.

Si tener un hijo es una decisión trascendental y de gran responsabilidad, que reta a las personas frente al hecho de ser padres, la adopción lo es mucho más, pues es un compromiso vital con un ser al que no se le ha dado la vida, genéticamente hablando, pero sí se le asegurará, bajo una declaración voluntaria y amorosa, su bienestar, desarrollo y futuro. 

Como dice Rocío Elvira Morán, psicóloga de familia, “Los hijos son la esencia del matrimonio, de las uniones entre hombres y mujeres, que quieren vivir en familia, ellos compactan las relaciones y las hacen más sólidas, cuando lo que se busca es tener un hogar y no solo convivir”. 

Por ello, cuando las personas y parejas no pueden tener bebés, por razones diversas, el ser padres tiene una oportunidad en la adopción. Sin embargo, para adoptar no es suficiente solo desearlo y estar convencidos del paso importante que darán como pareja; hay que pensar en planificar el futuro no solo de la familia sino el de alguien más, con quien se compartirán momentos trascendentales. 

Protegiendo la vida 

Como lo explica José Yecid Córdoba Vargas, abogado de la Universidad del Rosario, y profesor de Derecho de Familia, frente al tema de la adopción, lo primero es que los progenitores del pequeño que será dado en adopción entiendan las consecuencias que tendrá su decisión. 

Según Córdoba, el proceso inicia desde el momento que existe la voluntad de los padres genéticos de dar en adopción a su hijo, y esta se expresa de forma libre, con un acompañamiento previo y una asesoría jurídica y psicosocial, para que quienes entregan a su hijo conozcan todo lo que esto implica. 

“En el caso de que el bebé que se va a adoptar no tenga padres que den su consentimiento, se requiere la intervención del Estado por intermedio del defensor de familia, un profesional vinculado al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, que debe verificar la situación de abandono del menor”. 

Luego, dice el abogado, una juez de familia se pronuncia haciendo la declaración de adoptabilidad del niño, y se verifica que, efectivamente, el pequeño no cuenta con familiares que puedan permanecer con él, o que si los tiene, ellos no están en capacidad de hacerse cargo del menor. 

Por su parte, Lucía Vargas Posada, psicóloga clínica de niños y familia, indica que es fundamental que la decisión de adoptar sea concertada por la pareja, y que si hay otros niños en la familia, ellos también deben estar en sintonía con la idea. “Que exista una verdadera unión de familia y que el proceso sea de común acuerdo, convencidos de que adoptar es la mejor oportunidad de ser felices y hacer feliz a alguien”. 

¿Quiénes pueden adoptar? 

Es importante aclarar que en el país pueden adoptar los esposos, las personas solteras y las viudas (o) o separadas (o), y las parejas que demuestren una convivencia ininterrumpida de, por lo menos, 2 años. Quienes sean divorciados y deseen ser padres adoptivos, con su nueva pareja deberán esperar, mínimo 2 años, para hacer la solicitud a partir de que se dicta la sentencia de divorcio. 

“Además, para adoptar se debe tener, mínimo, 25 años de edad y, al menos, 15 años más que el adoptado; además, demostrar la idoneidad física, mental, moral y social suficiente, para ofrecer a ese niño o joven, menor de 18 años, una familia adecuada y estable, lo cual será verificado y certificado por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), o las entidades autorizadas. 

Hay que decir que si el proceso se tramita ante el ICBF, no tiene costo alguno, pero que si se decide hacer a través de una institución autorizada, la familia asumirá los gastos administrativos, dichos costos se fijan por ley y están publicados en la página web del Instituto”, indican voceros del ICBF. 

Un proceso de adopción tiene dos etapas: una administrativa, que se surte ante el Instituto, en la cual se declara adoptable al niño; y una judicial, en la que la adopción es decretada a través de sentencia judicial en los juzgados de familia, mediante la cual se establece la relación paterno-filial (padres e hijos).  

¿Cómo inicia el proceso? 

En Colombia, las personas y parejas que desean adoptar deben hacerlo a través del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. En la página: www.icbf.gov.co se encuentra toda la información relacionada con el tema y las condiciones, requisitos y pasos a seguir. 

En el portal encontrarán una lista con los datos de contacto de las casas de adopción autorizadas para tramitar los procesos, las cuales trabajan en alianza con el Instituto. Igualmente, en las oficinas regionales y seccionales o en los Centros Zonales del ICBF se puede obtener información directa sobre el tema. 

Para los colombianos que viven en el exterior o los ciudadanos de otra nacionalidad que vivan en otras naciones, su país de residencia debe estar ligado al Convenio de Protección y Adopción No. 33 de La Haya para poder adoptar, esto lo pueden consultar en la página: www.hcch.net. Ahora, si el lugar donde reside no hace parte del Convenio, busque donde se encuentre una agencia internacional de adopción para que esta le ayude con el trámite. 

Es importante saber que estas personas y familias que quieren adoptar, también serán analizadas, tanto en lo social como psicológico por el ICBF o las entidades correspondientes para verificar que están en capacidad de hacerse cargo de un menor, no solo en lo económico sino en lo primordial, en lo amoroso.

(Fuente: www.abcdelbebe.com

El Congreso ratifica y envía el jueves al Senado la Ley de Infancia y Adolescencia con el único voto del PP.

El Pleno del Congreso de los Diputados ratificará y enviará el jueves al Senado el proyecto de ley de infancia y adolescencia y el proyecto de ley orgánica del mismo nombre, con el previsible único voto a favor del PP, el voto en contra de Izquierda Plural y CiU y la abstención de PSOE y PNV, tal y como sucedió en su aprobación en comisión del pasado lunes 18 de mayo.

El texto debe ser refrendado por el Pleno de la Cámara Baja dado su carácter orgánico. La norma modifica hasta una docena de leyes vigentes y, durante el trámite parlamentario en el Congreso se han introducido cerca de 150 enmiendas parciales de todos los grupos, así como medio centenar de transaccionales.

El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, ha destacado este martes en la rueda de prensa posterior a la Junta de Portavoces de los martes la importancia de la ley, así como su aprobación el próximo jueves, una ley de la que ha destacado que va a primar el interés superior del menor en toda la legislación.

NOVEDADES INTRODUCIDAS EN EL TRÁMITE PARLAMENTARIO

Igualmente, ha recalcado el hecho de que se modifique la Ley de Extranjería a fin de ampliar de 30 a 90 días el periodo de reflexión que se concede a las víctimas de trata con fines de explotación para que decidan si colaboran o no con la justicia en la investigación de los delitos cometidos contra ellas.

Asimismo, ha resaltado que se reforma la Ley para la Mejora del Crecimiento y el Empleo del año 2006 para bonificar a quienes den empleo a víctimas de trata de seres humanos con una bonificación para el empleador de 1.500 euros al año durante dos años por trabajador contratado de forma indefinida. En el caso de contratos temporales con estas personas se tendrá derecho a una bonificación mensual de hasta 600 euros al año durante la vigencia del contrato.

Además, ha subrayado la creación a partir de esta ley del Registro de Delincuentes Sexuales, que contendrá la identidad de los condenados por delitos contra la libertad e indemnidad sexual, trata de seres humanos, explotación de menores e información sobre su perfil genético de ADN y que será confidencial.

LA POBREZA NO PODRÁ SEPARAR FAMILIAS

A su vez, durante el trámite parlamentario, se ha blindado -- a través de un pacto entre PP, Izquierda Plural y Grupo Mixto-- que la situación de pobreza no pueda ser un factor a tener en cuenta para separar a un menor de sus padres, ni tampoco la discapacidad del niño o de alguno de sus progenitores.

También se pondrá en marcha el Registro Unificado de Maltrato Infantil, que se suma a la obligación de las comunidades autónomas y la Administración General del Estado de establecer un sistema de información compartido que permita conocer la situación de la protección a los niños y adolescentes en España, con datos por género y discapacidad, gracias a un acuerdo entre PP y PSOE.

Por otra parte, el redactado de la norma incorpora una nueva disposición adicional por la que se garantiza la atención integral a jóvenes extutelados, concretamente, su formación en habilidades para propiciar su autonomía al cumplir los 18 años, el alojamiento y la formación para el empleo.

Sobre las familias de acogida, el nuevo texto añade que las familias acogedoras tendrán "los mismos derechos" que la Administración reconoce al resto de unidades familiares pero también "las mismas obligaciones" respecto del menor acogido.

ASESORAMIENTO A TUTELADAS EMBARAZADAS

A su vez, CiU y PP quisieron la adición de un nuevo apartado a la ley, referido a "las menores y las jóvenes sujetas a medidas de protección que estén embarazadas", por el que "recibirán el asesoramiento y apoyo adecuados a su situación" y que en el plan individual que se realice a la menor se contemplará "la protección del recién nacido".

LOS PROCESOS DE ADOPCIÓN

Estos dos proyectos de ley tienen el objetivo a su vez de agilizar los procesos de acogimiento y adopción para favorecer que los niños, especialmente los menores de tres años, permanezcan con una familia.

Además, con esta norma se crea la adopción abierta, que permitirá al menor mantener alguna clase de contacto con su familia biológica siempre que lo establezca un juez, y con el visto bueno tanto del propio adoptado como de las familias de procedencia y adoptiva.

Igualmente, se regula el derecho al acceso a los orígenes de los adoptados, de forma que las entidades deberán conservar la información sobre el menor durante al menos 50 años.

MENORES Y VIOLENCIA DE GÉNERO

Por otra parte, la norma reconoce como víctimas de violencia de género a los menores y prevé que puedan permanecer con sus madres y regula por primera vez los centros para menores con problemas de conducta.

A su vez, el texto renueva el marco de protección de los menores, en especial de los que se encuentran en una situación más vulnerable, como el caso de los menores extranjeros, a los que se les reconocerán los derechos a la educación, asistencia sanitaria y acceso a los servicios sociales en las mismas condiciones que los españoles. A los menores con discapacidad se les garantizará plena accesibilidad, así como unos servicios sociales especializados y adaptados.

En materia de prevención, se impone como requisito para ejercer profesiones que impliquen contacto son niños, no haber sido condenado por delitos contra la libertad sexual, trata y explotación.

LA OPOSICIÓN DE LOS GRUPOS

Durante el trámite, el PSOE, que se ha abstenido en la votación, agredeció el "gran número" de enmiendas parciales que se introdujeron al texto que en un primer momento presentó el Gobierno, si bien no pudo apoyarlo, entre otros puntos, puesto que "la ley no afronta en absoluto, ni pone las bases" para luchar contra la pobreza infantil.

CiU y la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) votaron en contra de la ley ya que, a su juicio, esta norma supone una "devaluación" de las competencias autonómicas.

En este sentido, el diputado de CiU, Carles Campuzano mostró su rechazo a que la Generalitat catalana vaya a perder su potestad a la hora de determinar con qué países pueden adoptar las familias catalanas, a la vez que criticó el intento de "recentralización" y advirtió a los populares de que "esta ley terminará en el Tribunal Constitucional".

(Fuente: www.teinteresa.es)

Más de dos mil niños andaluces están a la espera de acogida por una familia.

Más de dos mil niños en Andalucía, 2.096 a 31 de diciembre del año pasado, esperan que una familia dé el paso para acogerles. Esta decisión no es fácil. Hablamos de niños que no han perdido los vínculos jurídicos con sus padres biológicos, al contrario que en la adopción. Es más, esta relación tiene que ser facilitada y promovida por la propia Administración para que todo vuelva, si es posible, a la normalidad.

Recompensa emocional

Muchos de los menores de este sistema de acogida han sido objeto de abandono, negligencia, malos tratos o cualquier otra circunstancia dolorosa y traumática. En esto no hay límites. Otros menores, sin embargo, habrán sido completamente inmunes a los sufrimientos. Vendrán con una coraza que ellos mismos crearon desde el momento en que se dieron cuenta de que algo no iba bien en la relación con sus progenitores o en el entorno en que vivían. Pero no es lo normal. Las secuelas más habituales son falta de cariño y apego que les provocan lagunas de desarrollo afectivo. Dificultades para relacionarse socialmente, para aprender, problemas de apego, trastornos de conducta… son en general los principales escollos. Las familias que acogen tienen que tener capacidades. No es fácil. Tampoco imposible. Puede llegar a producirse auténticos desgarros entre el menor y sus padres adoptivos. Ahora bien, larecompensa emocional no tiene precio. Así lo atestiguan los padres de acogida entrevistados. Para diferenciarlos de sus hijos les llaman «mis niños». 

No hay forma más gratificante de devolver a la sociedad la dicha de que los tuyos se hayan criado en un ambiente de amor, comprensión y normalidad. La familia tiene que tener muy claro que el acogimiento familiar es incompatible con la adopción, un punto y aparte, que conlleva la ruptura de vínculos del niño con sus padres biológicos. La acogida, sin embargo es un punto y seguido. Los menores tendrán derecho, atendiendo a su grado de madurez, a que se les informe sobre la causa de separación de su familia, la duración prevista de la medida de protección y plazo que se prevé para la reunificación familiar.

Nunca se le ocultará sus antecedentes e historia personal y familiar, ni los derechos que le asisten. Asimismo, se les tendrá al tanto del proceso de su acogimiento y de los motivos de finalización cuando este se vaya a producir. 

Dolores Delgado, jefa de servicio de Medidas de Integración Familiar de la Consejería de Sanidad de la Junta de Andalucía es una fiel defensora de estos programas. «El éxito de los mismos está casi garantizado, con cifras de fracaso mínimas, apenas un 2,6 por ciento», señala a este periódico. Según Delgadoexiste un predominio del acogimiento permanente sobre el simple, formalizados mayoritariamente por resolución judicial. En cuanto al tipo de familia, más del 80% se constituyen con familia extensa frente a la ajena. La jefa de servicio de Medidas de Integración establece la edad crítica entre los seis y siete años. Por debajo de esa edad el trabajo de integración, saber escuchar, transmitir confianza, imponer disciplina al mismo tiempo que cariño y amor, es más fácil. El año pasado se acogieron casi cinco mil menores. Las familias cuentan con una ayuda económica y con apoyo continuo en caso de una urgencia

La Consejería no obstante, está volcada en los casos de niños con necesidades especiales, el 94 por ciento de los que se encuentran en los centros de protección. Se buscan padres de acogida logopedas, psicólogos, fisioterapeutas, con altísimo compromiso social.

(Fuente: ABC Sevilla)

Gobierno nepalés prohíbe viajes de niños sin padres o tutores.

Imagen activaKatmandú, 26 may (PL) Ante la vulnerabilidad de familias que perdieron todo en dos recientes terremotos, el gobierno de Nepal prohibió a partir de hoy que los niños viajen sin sus padres o sin tutores autorizados.

Los sismos del 25 de abril y del 12 de mayo causaron más de ocho mil 600 muertos y sobreviven personas que, en una situación desesperada, se dejan convencer por traficantes de menores, precisó un funcionario.

Según Radica Aryal, del Ministerio de la Mujer, el Niño y el Bienestar Social, los comerciantes se aprovechan de una situación ventajosa para el trasiego ilegal de infantes con ofrecimientos de una vida mejor.

Activistas nepaleses poseen información de que a los infantes los utilizan en la India para trabajar en burdeles o como esclavos.

El decreto gubernamental impide que menores de 16 años de edad viajen sin la compañía de uno de los padres u otro adulto aprobado por la Junta de Bienestar Infantil Distrital.

"Si los extranjeros se encuentran viajando con infantes estarán bajo la vigilancia de la policía", precisó Radica.

La adopción internacional de niños nepaleses tampoco se permitirá en los próximos tres meses, indicó Kiran Rupakheti, otro funcionario del ministerio.

Esas medidas se adoptan después que las autoridades encontraron a decenas de niños oriundos de las zonas más dañadas por el terremoto que viajaban con desconocidos en circunstancias sospechosas.

La policía arrestó a dos ciudadanos indios y tres nepaleses que iban con 11 menores de 10 a 12 años de edad, con destino a Katmandú, la capital.

(Fuente: www.prensa-latina.cu)

viernes, 22 de mayo de 2015

Bienestar Social busca familias de acogida o adopción para 43 menores.

El programa, desarrollado en colaboración con la Fundación Meniños, atiende a niños con necesidades especiales.

"Buscamos familias o personas que puedan acoger o adoptar a 43 niños con necesidades especiales. Son menores que han sufrido mucho en su vida y que requieren afecto y seguridad para evitar más sufrimiento". Este fue el anuncio que lanzó ayer Mónica Permuy, directora general de la Fundación Meniños, en Oviedo, al presentar el nuevo programa que su organización desarrollará en Asturias con el apoyo de la Consejería de Bienestar.

Este año, el presupuesto para este programa de acogida y adopción será de un millón de euros, casi un 30 por ciento más que en 2014. También han aumentado el número de niños que se incluyen en él. El año pasado, se encontraron familias para 14 menores, 5 en acogida y 9 en adopción. En 2015, se pretende encontrar familias para 43 menores, 14 en acogida y 29 en adopción. "De los 14 que demandan acogimiento, 5 son mayores de 6 años y 9 tienen alguna enfermedad crónica o discapacidad. En cuando a los 29 que demandan adopción, 11 tienen más de 6 años, 19 pertenecen a 8 grupos de hermanos, y 13 tienen algún tipo de enfermedad o discapacidad", explicó la consejera de Bienestar, Graciela Blanco. "No es fácil clasificar las causas que han llevado a los menores a entrar en esta situación. Algunos no tienen familia y otros no pueden volver a estar con ella por diferentes razones", añadió. 

Durante tres meses, la Fundación Meniños recorrerá todo el Principado para sensibilizar a la población, pero después, tanto ellos como la Consejería seguirán dando apoyo e información a todas las personas interesadas en sumarse a esta campaña. "Las familias a veces se quejan de que el proceso previo a la adopción es duro, pero necesitamos asegurarnos de que estos menores no van a sufrir más", destacó Permuy.

(Fuente: La Nueva España)

jueves, 21 de mayo de 2015

Se buscan candidatos para adoptar a niños madrileños.

Justo el martes Ana se había acercado para ver cómo iba lo de ese hijo que, en lugar de París, iba a venir de Colombia. «Lo miramos cada tres meses, para no obsesionarnos», explica Jose, la otra mitad de ese equipo que desde 2012 está cursando un máster en paciencia. La consulta les devolvió el guarismo 710. El número de familias que hay por delante de ellos en la lista de adopciones internacionales del país latinoamericano.

Como en esto les va un sentimiento que no hay palabra que lo defina, se colocaron las lentes del optimismo para analizar el resultado: «Pues mira, ya son 740 puestos menos que el primer día». A ese ritmo -la acotación realista ya lo ponemos nosotros-, como mínimo dos años más de espera. Por eso, aunque tenían autoimpuesta la disciplina de la tranquilidad, cuando un amigo les dio la noticia inesperada las palpitaciones casi se les desbocan. 

Después de permanecer durante siete años cerrado, la Comunidad de Madrid volvió a abrir este miércoles el plazo para que los que quieren darle un nuevo hogar a niños nacidos en la región puedan apuntarse a la bolsa de demandantes. La lista permanecerá abierta durante los dos próximos meses para personas, matrimonios (incluidos los homosexuales) y parejas de hecho capacitados para adoptar según la legislación civil, es decir, mayores de 25 años.

«Entre los criterios de preferencia para la selección está el de que tengan menos de 40 años, pero no es excluyente», explica una portavoz del Instituto Madrileño del Menor y la Familia. Este organismo tramita cada año entre 50 y 70 adopciones, el 90% de ellas procedentes de «renuncias hospitalarias». 

Enfermedad congénita

Ana y Jose -38 y 37 años respectivamente- cruzan los dedos ahora para que el nombre de su hijo esté pronto incluido en las estadísticas oficiales. Ella tiene una enfermedad congénita que la tiene encadenada ya de por vida a las pastillas anticoagulantes del Sintrom. Consultaron a tres médicos distintos, pero hubo unanimidad en la respuesta:desaconsejaban sin ambages el parto. 

Así que de la mano emprendieron el camino cosido de baches hacia la adopción. Primero acudieron a la Comunidad de Madrid, donde les informaron de que la bolsa para apuntarse permanecía cerrada desde 2008 por exceso de demandantes. Después comenzaron los trámites para el proceso internacional. Pasaron por el examen de idoneidad, seleccionaron el país de origen del niño y ocuparon el puesto 1.450 de la lista de espera. 

«Nos decantamos por Colombia sopesando un conjunto de factores. En Ucrania no puedes adoptar si tienes alguna enfermedad o incluso problemas de obesidad; en Filipinas necesitas el aval del obispo de tu provincia; en países como Rusia de 30.000 euros no baja...», enumera Jose sobre las nacionalidades que fueron descartando.

A primera hora del miércoles recibió un mensaje que le hizo saltar como un resorte de su puesto de trabajo como informático. Pidió permiso a su jefe, se fue rápidamente a casa para recopilar todos los papeles y a media mañana ya estaba entregando su solicitud en el registro del Instituto Madrileño de la Familia y el Menor con una sonrisa envolvente. Ahora tiene el doble de oportunidades de poder acunar a su hijo, porque los procesos no son incompatibles. 

1.698 ofrecimientos en tres meses 

La última vez que la lista de la Comunidad de Madrid estuvo abierta, de octubre a diciembre de 2008, se tramitaron un total de 1.698 ofrecimientos. De ahí han ido saliendo todos los adoptantes entre 2009 y lo que va de 2015.

El perfil de las madres que no se pueden ocupar de sus hijos es el de mujeres que no tienen red familiar o que padecen problemas económicos, sociales, de exclusión o de salud mental, tanto mayores como menores de edad. «En algún caso son jóvenes a las que los padres obligan a tener a los niños y renunciar a ellos, pero no es lo habitual», explican en el Instituto Madrileño de la Familia y el Menor.

El nuevo plazo para presentar los impresos de solicitud es de dos meses. Las personas interesadas tienen que hacer un curso de formación de cuatro semanas de duración y después someterse a un estudio psicosocial. 

«Una vez consideradas las preferencias establecidas por la Ley de Garantías de los Derechos de los Niños y Adolescentes, serán llamadas siguiendo el orden cronológico por fecha de presentación de la instancia», se detalla en la orden rubricada por el consejero de Asuntos Sociales, Jesús Fermosel, que se publicó en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid el pasado martes. 

Las preferencias a las que se refiere la normativa son que los solicitantes residan en la Comunidad de Madrid, que la diferencia de edad entre el futuro padre o madre y el niño no sea superior a 40 años(en los casos de parejas se hará la media de edad) y que sean matrimonios o parejas en el caso de menores de tres años de edad. 

En todo caso, las primeras llamadas para que familias expectantes como la de Ana y Jose puedan volver a casa con su hijo no se harán hasta septiembre. El viaje de la cigüeña desde Colombia, antes incluso de que el ave haya alzado el vuelo, ya les ha costado 5.000 euros en papeleo, además de implicar una estancia previa de un mes y medio en el país. Pero lo peor para ellos, pese su autocontrol de la impaciencia, es la espera. Con la reapertura de las listas para adoptar en Madrid su sueño puede estar a la vuelta del verano y a sólo unas paradas de Metro.

(Fuente: EL MUNDO)


Madrid. Abierto el plazo de solicitudes para adopciones nacionales.


La Comunidad de Madrid ha abierto el plazo de solicitudes para adoptar a un menor en esta región donde, no obstante, entre 700 y 800 familias están ya en lista de espera y el número de casos de prohijamientos anuales es “muy reducido”, al rondar los 64 de media.
De esta forma, el objetivo de abrir de nuevo la bolsa de familias que se ofrecen a adoptar a un menor responde al hecho de que las que están ya registradas han aumentado su edad y la Comunidad busca padres más jóvenes.
“Era necesario renovar la bolsa de familias y posibilitar el ofrecimiento a padres más jóvenes, porque la inmensa mayoría de los niños disponibles son recién nacidos” y la normativa da preferencia a los casos en los que la diferencia entre adoptantes y adoptados no supere los 40 años.
Así lo explicó este jueves a Servimedia Miguel Ángel Jiménez, director gerente del Instituto Madrileño de la Familia y el Menor (IMFM), que es el órgano de la Comunidad de Madrid encargado de gestionar las adopciones, nacionales e internacionales.
Jiménez indicó que actualmente hay entre 700 y 800 familias inscritas en la bolsa de adopciones nacionales del IMFM, pero que su media de edad ronda los 42 años, algo que representa un problema si se tiene en cuenta que la inmensa mayoría de los casos de niños adoptables son recién nacidos.
Además, prosiguió este representante del IMFM, entre las familias inscritas en el registro madrileño hay algunas que tienen también abierta una solicitud de adopción internacional, lo que significa que pueden asignarles a un menor por esta vía y dejar, por tanto, de estar disponibles para la adopción nacional.
En este sentido, Jiménez subrayó que es posible tener un proceso de adopción nacional y otro de adopción internacional abiertos a la vez y que en el caso de las familias que son ya aptas para prohijar a un menor fuera de Españalos trámites para adoptarlo en la Comunidad de Madrid se simplifican.
Los interesados en iniciar un proceso de adopción nacional en la Comunidad de Madrid pueden presentar su ofrecimiento y solicitud hasta el próximo 20 de julio en cualquier registro habilitado de la región o de la Administración General del Estado, así como de forma telemática. Encontrarán toda la información necesaria en la web de la Comunidad de Madrid.
NECESIDADES ESPECIALES
El director gerente del IMFM recordó que si bien se acaba de abrir la “bolsa” de solicitudes para adoptar a menores en la Comunidad de Madrid, las posibilidades de prohijar a un niño o niña con necesidades especiales están siempre abiertas para las familias dispuestas a hacerlo, que, desgraciadamente, reconoció, no son demasiadas.
En este sentido, señaló que la Comunidad de Madrid entiende que son niños con necesidades especiales los que tienen alguna discapacidad o problema médico grave y que los casos son entre 20 y 40 cada año.
“Desgraciadamente”, reconoció, no son tantas las familias dispuestas a adoptar a uno de estos menores, ya que la media de prohijamientos de este tipo ronda los dos o tres cada año.
(Fuente: www.noticias.lainformacion.com)

martes, 19 de mayo de 2015

Las adopciones internacionales se desploman: sólo 900 el año pasado.

Se confirma que el boom de las adopciones internacionales ha terminado. En 2014 han vuelto a bajar y la caida en toda la decada es espectacular: han descendido un 83% . Desde las 5.541  tramitadas en 2004, el año en el que se alcanzó el pico más alto,  a solo unas 900 el año pasado, segun el balance provisional facilitado a la Ser por la directora de Familia e Infancia del ministerio de Sanidad y Servicios Sociales.
Salome Adroher explica los motivos de esta bajada constante y paulatina: "con el desarrollo economico y social en los paises de origen, que en España son fundamentalmente Rusia y China,  hay menos niños abandonados y además están  potenciando las soluciones nacionales. Hay un principio importante en la adopcion: lo mejor para los niños es que puedan permanecer en su pais, con familias de su pais, para no sacarlos de su entorno. Si eso no es posible es cuando tiene sentido la adopcion internacional". Adroher insiste en que tanto Rusia, China como incluso Etiopía están enfocando sus politicas a la adopcion nacional.
Esta tendencia a la baja es mundial, ocurre en todo el planeta y desde la misma época, desde 2004. Por supuesto que han influido las leyes más resctrictivas y duras que han aprobado paises como China y Ruisa. Pero tambien hay otro factor. Las familias adoptantes quieren menores sanos y pequeños. Y este ya no es el perfil de los menores en los orfanatos. "Está aumentando de forma importante el número de niños con necesidades especiales, niños mayores, grupos de hermanos o menores con alguna enfermedad o discapacidad" destaca la directora general de Familia e Infancia.
Salome Adroher considera que la adopcion internacional se ha convertido en una aventura larga y a veces incierta. Ademas los tiempos de espera se eternizan. Por ejemplo los procesos para adoptar en China se han multiplicado por diez y una familia puede estar esperando hasta diez años.
Adroher señala que esta crisis de las adopciones internacionales no ha favorecido de momento a las adopciones nacionales. Y se da la paradoja que en España hay trece mil menores tutelados por la administracion viviendo en residencia y esperando por una familia de adopcion. La reforma legal en marcha para agilizar las adopciones nacionales tiene precisamente como objetivo que estos menores encuentren un hogar.
(Fuente: Cadena Ser)

Adopción de menores en la Comunidad de Madrid: apertura de plazo para recepción de ofrecimientos para adopción de menores.

En virtud de la Orden 624/2015 de 30 de Abril, de la Consejería de Asuntos Sociales, se establece un plazo de recepción de ofrecimientos para la adopción de niños en la Comunidad de Madrid.


Se ha publicado en el BOCM el 19 de mayo de 2015 (ver BOCM 19 de mayo de 2015), por lo que el plazo de recepción de ofrecimientos comenzará a las 9.00 horas del día siguiente a la publicación, y finalizará dos meses después.
Pueden presentar su ofrecimiento todas las personas, matrimonios o parejas de hecho capacitados legalmente para adoptar, de acuerdo con la legislación civil (mayores de 25 años).
La presentación de ofrecimientos, mediante los Impresos anexos a dicha Orden, se realiza a través del Registro Telemático de la Consejería de Asuntos Sociales; o presencialmente en cualquiera de los Registros públicos de la administración local, autonómica o central, o mediante correo certificado. A los impresos debe acompañarse un Certificado de Empadronamiento, copia de DNI y fotografía tipo carnet.
El orden cronológico de los ofrecimientos se establecerá según el día y hora de presentación de documentos en el Registro Telemático de la Consejería o en cualesquiera de los mencionados registros, lo que evita a las personas interesadas padecer acumulaciones y esperas en un determinado Registro.
La anterior recepción de ofrecimientos se realizó mediante laOrden 1945/2008, y en el plazo establecido de octubre a diciembre de 2008 se recibieron 1698 ofrecimientos para adoptar por parte de familias madrileñas. De la bolsa generada por dicha Orden han sido llamadas las familias adoptantes a lo largo de estos años 2009 a 2015.
Durante la última década, la cifra de adopciones en la Comunidad de Madrid está entre 40 y 60 casos al año, la gran mayoría de los cuales son bebés cuyas madres manifiestan no poder hacerse cargo de ellos en el mismo hospital o primeros días de vida.
Las personas que presentan su ofrecimiento en estas convocatorias podrán ser llamadas a las distintas fases del proceso en función de la necesidad de contar con familias disponibles para los menores susceptibles de ser adoptados, según las preferencias establecidas en el artículo 59 de la Ley 6/1995, de 28 de marzo, de Garantías de los Derechos de la Infancia y la Adolescencia de la Comunidad de Madrid:
a) Los residentes en la Comunidad de Madrid.
b) Los ofrecimientos cuya diferencia de edad entre adoptado y adoptantes no sea superior a cuarenta años. En caso de adopción por parejas se considerará la edad media de ambos.
c) Los matrimonios y parejas, en el caso de menores de tres años de edad.

Por otro lado, la convocatoria favorecerá que también se reciban ofrecimientos para las llamadas "Adopciones Especiales", es decir, para menores con especiales necesidades por razón de discapacidad o enfermedades crónicas que implican especiales condiciones de vida, para los que no siempre es fácil encontrar familias.
(Fuente: página de información oficial de la Comunidad de Madrid)

sábado, 16 de mayo de 2015

La huella del orfanato en los niños adoptados.

La falta de apego en los primeros años es uno de los principales problemas de los menores. Unidades médicas especializadas abordan estos trastornos.

Carla, de 10 años, apenas tenía año y medio cuando fue adoptada en China. Desde el principio, sus padres se dieron cuenta de que todo le costaba más de lo normal. “Acudimos a neurólogos, a logopedas, a centros de estimulación temprana, no sabíamos qué hacer…”, relata su madre. No empezó a hablar hasta los seis años. Tenía dificultades en hacer amigas, sufría falta de atención, era muy insegura. Y no había forma de saber qué le sucedía. Hasta que, hace unos meses, la respuesta llegó a través de la Unidad del Niño Internacional del hospital La Fe de Valencia: su hija sufría trastorno del vínculo, un problema afectivo que hunde sus raíces en su estancia en el orfanato. “Era de los que peor fama tenían”, rememora la madre.

Este tipo de unidades hospitalarias —también asisten a niños en acogimiento o inmigrantes— se han ido consolidando en paralelo al boom de la adopción internacional durante la década pasada. Entre 2004 y 2007, España fue el segundo país que más niños recibió del mundo (19.084), solo por detrás de Estados Unidos. Además de La Fe, hospitales como Sant Joan de Déu de Barcelona o La Paz-Carlos III de Madrid ofrecen también estas atenciones.

En ellos cubren desde consultas preadoptivas —para orientar sobre el informe médico que las familias reciben del niño— hasta los 18 años, ya sea por cuestiones ligadas al menor (institucionalización, fracaso en acogimientos previos) o a los padres (falta de preparación, expectativas incumplidas).

La principal preocupación de las familias son los problemas físicos. En función de su procedencia, los pequeños pueden presentar rasgos de desnutrición o sufrir enfermedades infecciosas (parasitosis intestinal, tuberculosis, hepatitis). Pero, aunque menos evidentes, las patologías más graves suelen ser trastornos psicológicos asociados a la estancia en instituciones como orfanatos o residencias. Uno de cada tres niños que han permanecido en este tipo de centros hasta los tres años sufre trastornos cognitivos (relacionados con la inteligencia). La misma proporción padece alteraciones afectivas (del vínculo), frente al 2% y 4%, respectivamente, de la población general o de los menores que han estado en orfanatos menos de seis meses, que apenas presentan secuelas, de acuerdo con un estudio británico con niños procedentes de Rumanía publicado en 2003 en Development and Psychopathology.

Problemas de atención

El trastorno del vínculo es especialmente relevante: suele estar en el origen de otros comportamientos, ya sean problemas de atención, de autocontrol, del aprendizaje, dificultades al manejar las emociones o problemas de identidad en la adolescencia. “La mitad de los niños que vemos en la consulta tiene este tipo de alteración del afecto”, destaca Gemma Ochando, experta en psiquiatría infantil que dirige la Unidad del Niño Internacional en La Fe junto a la especialista en enfermedades infecciosas pediátricas Carmen Otero. “Cuando el niño llora, la madre o el cuidador atiende sus necesidades: le da de comer, le duerme, le abriga... Esto no sucede en un orfanato. No se atienden individualmente las necesidades fisiológicas o afectivas, sino de forma colectiva. No se aprende a establecer relaciones emocionales”, indica la pediatra. El resultado es una adaptación a este medio hostil “en el que prima la desconfianza, la agresión, el rechazo y la evitación”, unos comportamientos que se pueden enquistar al llegar al nuevo entorno y que provocan incomprensión en la familia o el colegio.

Una fase clave en la vida de los niños adoptados es la adolescencia, que en ellos se suele adelantar a los 9 o 10 años, dos o tres antes de lo que suele ser habitual. Es la etapa en la que se presentan los problemas relacionados con la definición de la identidad y el momento en el que se encuentran buena parte de los chavales adoptados durante los últimos años en España. Si no se han encauzado por entonces los trastornos más graves, la situación puede desembocar en situaciones de fuerte tensión familiar o el fracaso de la adopción en los casos límite.

Ochando pone el ejemplo extremo de una paciente de origen indio de 13 años que se escapaba de casa para prostituirse y comprar sus caprichos. Al investigar su historia comprobaron que durante su estancia en el orfanato era la mayor y asumió un papel protector respecto al resto de niños. Allí ya se fugaba de la institución, se prostituía y con el dinero que obtenía compraba comida para sus compañeros. “Era la heroína del grupo, y consideraba este comportamiento como una conducta positiva”, señala la pediatra. Finalmente, la adopción se truncó. El objetivo es prevenir estas situaciones. Aprovechar la primera consulta, centrada en la revisión vacunal o las pruebas de enfermedades infecciosas, para establecer una valoración inicial de los problemas de salud mental que puedan presentar los menores y atajarlos de forma temprana. “Si la situación se degrada podemos hacer muy poco”, plantea Ochando.

Más hiperactividad entre los menores procedentes del Este

María, una niña adoptada de India llegó a su nueva casa con 18 meses y serias alteraciones afectivas. “No entendía ni de peluches, ni de caricias, ni de cuentos, ni de cariños”, rememora Carmen, su madre, cuyo nombre se ha cambiado, como el de las niñas que aparecen en este reportaje, para preservar su identidad. “Era como un cachorro salvaje; hasta los dos años no pudo tocarla mi marido”. Poco a poco fue superando estos comportamientos, aunque sus padres advirtieron que le costaba seguir el ritmo de las clases. “Tiene déficit de atención con hiperactividad (TDAH), en su caso no es impulsiva ni hiperactiva, tiene problemas de concentración”, apunta Carmen. “Está tratada y es una niña muy normal”.

Además del trastorno del vínculo, los problemas de conducta relacionados con el TDAH son comunes entre los niños adoptados, sobre todo los procedentes de los países del Este de Europa.

Algunos estudios elevan la tasa hasta el 50% de los menores llegados de Rusia. Este comportamiento se relaciona con el síndrome alcohólico fetal, vinculado al abuso de la gestante con la bebida o el tabaco, y con los partos prematuros.

El TDAH se puede confundir al principio con el estado de excitación en el que se encuentran los niños durante las primeras semanas de estancia en su nuevo hogar. Cambian la rutina a la que están acostumbrados por una situación de hiperestimulación, visitas de familiares, regalos… Todo ello que puede dar lugar a diagnósticos precoces y erróneos. Los expertos recomiendan mantener un seguimiento para comprobar la evolución de los síntomas.

(Fuente: EL PAÍS)