miércoles, 27 de mayo de 2015

Más de dos mil niños andaluces están a la espera de acogida por una familia.

Más de dos mil niños en Andalucía, 2.096 a 31 de diciembre del año pasado, esperan que una familia dé el paso para acogerles. Esta decisión no es fácil. Hablamos de niños que no han perdido los vínculos jurídicos con sus padres biológicos, al contrario que en la adopción. Es más, esta relación tiene que ser facilitada y promovida por la propia Administración para que todo vuelva, si es posible, a la normalidad.

Recompensa emocional

Muchos de los menores de este sistema de acogida han sido objeto de abandono, negligencia, malos tratos o cualquier otra circunstancia dolorosa y traumática. En esto no hay límites. Otros menores, sin embargo, habrán sido completamente inmunes a los sufrimientos. Vendrán con una coraza que ellos mismos crearon desde el momento en que se dieron cuenta de que algo no iba bien en la relación con sus progenitores o en el entorno en que vivían. Pero no es lo normal. Las secuelas más habituales son falta de cariño y apego que les provocan lagunas de desarrollo afectivo. Dificultades para relacionarse socialmente, para aprender, problemas de apego, trastornos de conducta… son en general los principales escollos. Las familias que acogen tienen que tener capacidades. No es fácil. Tampoco imposible. Puede llegar a producirse auténticos desgarros entre el menor y sus padres adoptivos. Ahora bien, larecompensa emocional no tiene precio. Así lo atestiguan los padres de acogida entrevistados. Para diferenciarlos de sus hijos les llaman «mis niños». 

No hay forma más gratificante de devolver a la sociedad la dicha de que los tuyos se hayan criado en un ambiente de amor, comprensión y normalidad. La familia tiene que tener muy claro que el acogimiento familiar es incompatible con la adopción, un punto y aparte, que conlleva la ruptura de vínculos del niño con sus padres biológicos. La acogida, sin embargo es un punto y seguido. Los menores tendrán derecho, atendiendo a su grado de madurez, a que se les informe sobre la causa de separación de su familia, la duración prevista de la medida de protección y plazo que se prevé para la reunificación familiar.

Nunca se le ocultará sus antecedentes e historia personal y familiar, ni los derechos que le asisten. Asimismo, se les tendrá al tanto del proceso de su acogimiento y de los motivos de finalización cuando este se vaya a producir. 

Dolores Delgado, jefa de servicio de Medidas de Integración Familiar de la Consejería de Sanidad de la Junta de Andalucía es una fiel defensora de estos programas. «El éxito de los mismos está casi garantizado, con cifras de fracaso mínimas, apenas un 2,6 por ciento», señala a este periódico. Según Delgadoexiste un predominio del acogimiento permanente sobre el simple, formalizados mayoritariamente por resolución judicial. En cuanto al tipo de familia, más del 80% se constituyen con familia extensa frente a la ajena. La jefa de servicio de Medidas de Integración establece la edad crítica entre los seis y siete años. Por debajo de esa edad el trabajo de integración, saber escuchar, transmitir confianza, imponer disciplina al mismo tiempo que cariño y amor, es más fácil. El año pasado se acogieron casi cinco mil menores. Las familias cuentan con una ayuda económica y con apoyo continuo en caso de una urgencia

La Consejería no obstante, está volcada en los casos de niños con necesidades especiales, el 94 por ciento de los que se encuentran en los centros de protección. Se buscan padres de acogida logopedas, psicólogos, fisioterapeutas, con altísimo compromiso social.

(Fuente: ABC Sevilla)

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