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viernes, 17 de enero de 2014

"Adoptar es dar una segunda vida, un acto de amor generoso".

Será a las 19 horas y la entrada es libre. Asha Miró visita Pamplona invitada por la Asociación de Familias Adoptivas de Navarra (Afadena). Nacida hace 40 años en Násik, cerca de Bombay, en la India, su madre falleció en el parto y el padre no se sintió capaz de ocuparse y la llevó a un orfanato de monjas. A los 5 años le pidió a la madre Adelina ser adoptada. Tuvo que esperar. En 1974 se calzó sus primeros zapatos y viajó a Barcelona para reunirse con sus nuevos padres.

Es maestra y ha trabajado en escuelas, como presentadora de TV, en el Forum de Barcelona y ha dado charlas sobre adopción. Un día se topó con una ONG que pedía voluntarios para un campo de trabajo en Bombay. Y así, 20 años después, regresaba a la India. A la vuelta, contó su historia en "La hija del Ganges". Volvió a la India en 2003 para hacer un documental y conoció a su hermana, también llamada Asha, casada y con 4 hijos. Lo contó en "Las dos caras de la luna". También ha escrito cuentos para niños y, con su editora y amiga Anna Soler-Pont, madre adoptiva de una niña etíope, "Rostros de Sándalo" (Planeta).
¿Qué recuerdos tiene de su niñez?
Al principio eran borrosos, pero al volver en 1995 los pude colorear y colocar en su sitio, como quien ordena un armario. Costó, pero merece la pena, te libera.
Con 5 años pidió "unos padres". ¿Qué recuerda cuando los vio?
Tras año y medio mi deseo se hacía realidad. Me sentía feliz, mi vida estaba a punto de cambiar. Mi primera imagen es una foto en blanco y negro de dos personas muy distintas a mi. ¡Y la siguiente al pie del avión...! Hacía tanto que los quería que me abalancé sobre ellos y los llené de besos...
¿Le costó adaptarse en España?
Cambiar de continente es difícil, supone muchos cambios. Tener que llevar zapatos, comida con otros sabores, el frío, el idioma... Pero a todo estás dispuesta siempre que haya dos personas que te quieran incondicionalmente.
Adopción, ¿una oportunidad para un niño con futuro incierto?
La adopción es dar una segunda vida, sobre todo darles cariño y atención y cubrir sus derechos y sus necesidades básicas.
¿Cuándo empezó a hacerse preguntas sobre sus orígenes?
En casa nunca hubo secretos. Con los años quise saber más, pero mis padres no sabían nada. Me conformaba viendo documentales y películas sobre mi país...
A los 27 años, regresó a la India.
Fue muy duro. Preparé el corazón para ello, pero no fue suficiente. El bofetón de llegada lo recibes... no hay perdón. Te extraña haber pasado tu infancia en ese país, todo te parece hostil y doloroso, a la vez bonito y horroroso. Durante un mes viví como en una montaña rusa, pasando de la felicidad extrema al dolor más agudo. Me redescubrí como mujer india, me rebelé contra lo que les pasaba a las mujeres indias...
¿Es bueno conocer las raíces?
Sí. Te encuentras a ti mismo, aceptas tu historia y tus orígenes, vuelves fuerte para afrontar el futuro. Es como quedarte en paz con tu pasado. Con ese viaje de vuelta se curan muchas heridas.
A algunos padres adoptivos les da miedo, temen "perder" a su hijo...
No tienen por qué. Nunca se puede perder a un hijo. Puede resultar doloroso, pero tienen que acompañar a su hijo en ese proceso de maduración. Además, los padres biológicos te dan la vida, pero los adoptivos te dan la VIDA con mayúsculas, es decir, todo. Los lazos de afecto y amor no se pueden romper nunca.
Usted ha dicho que el niño también adopta a los padres.
La adopción es recíproca. Los padres han tenido tiempo para imaginar como será su hijo y están preparados para la unión, pero el niño no ha imaginado su vida de otra forma. Y cuando se encuentra con ellos tiene que aprender a quererlos, y a conocerlos, es un proceso paulatino de adoptar a esas personas como propias. Unos tardan más y otros menos.
Hay quien piensa que adoptar es arrancar al niño de su país, priorizar la satisfacción de ser padres, solidaridad, una "moda"...
No es un acto de solidaridad, sino de generosidad y amor. Una unión que beneficia a todos porque tienen acceso a un futuro dichoso. Últimamente parece una moda, pero por suerte son casos aislados. La gran mayoría saben que el camino de la adopción no es fácil sino todo lo contrario, lleno de dudas y momentos extenuantes, y que lo importante es llegar al final con total convicción.
En "Las dos caras..." plantea qué hubiera pasado de no ser adoptada. ¿Qué conclusiones sacó?
Que las cosas pasan porque el destino está escrito. Cuando ves la otra cara de la luna te das cuenta de la suerte que has tenido y que debes compartirla. Que en la India te ponen un nombre que te marca tu vida. Que en estos países son auténticos supervivientes... Aprendes a valorar el día a día. Renaces, no puedes cerrar los ojos ante la injusticia, te vuelves más exigente contigo mismo y a la vez más auténtico.
¿Se siente una especie de puente entre Occidente y Oriente?
Lo siento como una responsabilidad y un honor. Mi tarea es tratar de remover las conciencias y también redescubrir valores de Oriente y vivirlos en Occidente.
¿Qué les dice a los padres adoptivos o que desean adoptar?
Sólo les pido tres cosas: que por favor adopten niños mayores, de 5 o más años, porque son los que necesitan padres con más urgencia; que nunca les cambien el nombre, porque forma parte de su identidad; y que quieran y hagan querer ellos y a sus hijos a su país de origen, que es el que les ha dado el color de la piel y su forma de ser.
Parece que crecen los casos en que quieren "devolver" al niño...
Los niños adoptados ya tenemos la cicatriz del abandono y cuesta mucho de curar. Imagina pasar por lo mismo otra vez. Un horror.
Hoy día vivimos la inmigración y el reto de la convivencia? ¿Cómo?
Poniéndonos ambas partes en la piel del otro. Sintiendo la desazón de abandonar tu casa y tu país, de emprender un largo viaje, volver a empezar de cero... Si llegamos y la gente no nos acoge, nos sentimos desamparados. La nueva sociedad de la diversidad es muy positiva, nos enriquece a todos.
¿Nos empeñamos en resaltar las diferencias en vez de lo común, como sentimientos, sueños...?
En verdad nos unen muchas cosas, más de las que nos separan. Hay que educar a las nuevas generaciones para que vean la diversidad como cotidiana y natural y no como algo problemático.
¿Qué espera transmitir con sus libros a la gente?
Hacer reflexionar sobre lo que está pasando en el mundo y cómo podemos ser el motor de cambio.
Hace muchas cosas. ¿Le gusta vivir con intensidad? ¿Es feliz?
Es mi obligación vivir con intensidad y dar gracias por tener esta segunda vida cada día. Siempre se puede ser mejor, pero sí, me siento feliz. Y si no se está al cien por cien, hay que mirar siempre la parte positiva de todo.
Y ahora ha adoptado a una niña...
Soy tía abuela de Komal, de 6 años, y tengo su tutela. Verla cada día me recuerda mis raíces. Ella sí es el puente entre India y Barcelona. Como su nombre, es dulce y suave. Lo mejor que he hecho en mi vida.
(Fuente: www.diariodenavarra.es)