Salta a la vista que Marta y Jesús se complementan a la perfección, como pareja ella transmite vitalidad y desenfado, él serenidad orden y ternura. Son una de esas personas que contagian alegría a quien está a su lado. Y así lo harán y desean hacer con su hijo. Llevan cuatro años en proceso de adopción y con esperanza ya sienten sus primeras contracciones.
Como ellos más de800.000 parejas en España son infértilesy el número de nuevos casos crece a un ritmo de 16.000 al año según publica el Instituto Valenciano de Infertilidad.
La pareja lo tenía claro desde el principio “Nos casamos jóvenes y muy enamorados, y con unos planes pues normales, como cualquier pareja: viajar, disfrutar, sinceramente me veía viniendo del viaje de novios ya con barriga ” Para ellos la realidad fue bien distinta a los 20 días de casarse detectaron a Marta una endometriosis: un diagnóstico de infertilidad. Cada mes se repetía la misma historia: “Mi naturaleza me decía que yo estaba preparada para dar vida, mi edad, mi cuerpo pero nada” recordaba Marta.
El deseo de ser padres debe ser la motivación principal a la hora de adoptar un niño. Los especialistas insisten en que este deseo no debe responder a pretensiones egoístas de los padres como por ejemplo el sentirse solos, por lo tanto antes de adoptar es necesaria la superación de un duelo. Vinyet Mirabent, Psicóloga clínica especializada en adopción, afirma que existe la necesidad de crear un espacio mental para entender que la maternidad y la paternidad es una función diferente a la reproducción. Y continúa “Podrá su cuerpo no ser fértil pero su mente sí puede serlo y puede encaminar su vida hacia aspectos creativos distintos, o hacia la paternidad adoptiva”.
Marta y Jesús son una de las dos mil familias que actualmente en España pasan por un largo proceso de adopción internacionalconcretamente ellos en Etiopia. Marta relata cómo una vez superada su batalla decidió emprender ese camino regalándole a su marido la solicitud de adopción firmada. Dos semanas después recibieron una llamada que como la pareja describe “fueron como los primeros latidos en un embarazo biológico, los que avisan de que hay vida”
Primeros pasos:
El proceso de adopción comienza con la formación previa antes de presentar la solicitud en la administración, así la familia mide su propia capacidad de afrontar un proceso largo y costoso. Además en estos cursos los solicitantes tienen la oportunidad de encontrarse con otras personas que comparten sus mismas ilusiones y temores. Marta describe la situación un tanto extraña “habían como seis parejas en silencio con cara de susto, mirando e intentando disimular en nerviosismo que te genera esa situación a la que no te prepara nadie ¿o es que antes de uno quedarse embarazada hacen charlas o formación obligatoria en la que te cuentan todos los posibles riesgos en el embarazo, dolores, dificultades, incluso vídeos sobre la peor de las catástrofes como es un aborto?”
Una vez realizado este curso previo tan solo quedar reiterar el sí y prepararse para el paso más duro la adquisición del certificado de idoneidad, el pasaporte para empezar esta aventura. Este se consigue mediante unas duras entrevistas necesarias para evaluar a las familias. En España, los procesos de valoración corren a cargo de las comunidades autónomas, con las que colaboran colegios profesionales cualificados de psicólogos y trabajadores sociales que agilizan los trámites. A ellos se encomienda la tarea de emitir un juicio que luego respaldará o no la comunidad autónoma.
Conseguida la idoneidad las familias tienen dos opciones empezar el papeleo por ellos mismos o contar con una entidad mediadora comoECAI-FEYDA asociación que ayuda a llevar el papeleo y a poner al solicitante en contacto con los orfanatos o agencias de adopción del país elegido. Además imparten una formación obligatoria en el período preadoptivo y postadoptivo, ofrecen cursos, formación y una seguimiento postadoptivo también obligatorio hasta que el niño tiene 15 años.
Una vez acabas los trámites administrativos, entregas la documentación al país y llega el expediente en ese momento aparecen el silencio, solo queda esperar. La etapa más dura donde el tiempo pasa más despacio por lo que como afirma Vinyet Mirabent “aparece la necesidad de que la pareja tenga una visión realista de calma, contención y a la vez suficiente esperanza para mantener su proyecto emocionalmente vivo.”
El proceso de adopción es como una montaña rusa, un día estás arriba y otro día estás bajo. “Feliz porque sé que está cerca y cada día me levanto con la esperanza de que suene el teléfono y nos den la noticia de la asignación de nuestro hijo pero terror porque siempre existe la posibilidad de que salga algo mal” reitera Marta.
Cada vez se encuentran más cerca de Etiopía, de su nueva vida. “Todos los días me levanto pensando en él o ella y cada noche me acuesto pensando ¿estará bien? ¿estará dormido? Ya existe estoy segura” afirma con rotundidad.
Poco a poco van recibiendo regalos, comprando muebles, muñecos, libros preparando una habitación para su anhelado hijo y repitiéndose día tras día “Ahora ya puedes venir”. Porque en un embarazado así como concluye Marta “empujamos todos”
Antes de publicar este reportaje recibimos una llamada. Después de casi cinco años Marta y Jesús entran en el deseado paritorio. Les han asignado una niña de tres meses, su amor no les cabe ya en el pecho y eso que todavía no la han visto. Su nombre María Sena, una princesa guerrera, que en todo este proceso ha cambiado el corazón de muchas personas.
(Fuente: www.ahoravalencia.es)
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