viernes, 9 de agosto de 2013

Las solicitudes de adopción nacional en Bizkaia alcanzan por primera vez a las internacionales.

     Hace unos años, cuando adoptar en España era algo parecido a que tocara la lotería, muchas parejas miraron al extranjero en busca de la cigüeña. Traer un niño de Rusia, China, África o América Latina era más fácil y, sobre todo, más rápido. En 2006 en Bizkaia, las solicitudes de adopciones foráneas sextuplicaban a las nacionales. Sin embargo, las crecientes trabas burocráticas de muchos países y la crisis económica han invertido completamente la tendencia. Esto, unido a que los cambios en la legislación vasca han reducido “ligeramente” los tiempos de espera estatales, ha provocado que en 2012 las solicitudes nacionales superaran por primera vez a las internacionales.
      La caída de estas últimas ha sido espectacular, de 333 a 55 en 7 años, una sexta parte. El número de niños que los padres consiguen traer del extranjero también se ha reducido, aunque de forma ligeramente más moderada. Ha pasado de los 165 de 2006 a los 46 del año pasado, algo menos de un 30%. La adopción nacional, por el contrario, se ha mantenido estable durante ese periodo de tiempo con una media de peticiones anuales que ronda la cincuentena. En 2012, 61 familias optaron por esta vía. El número de casos llevados a efecto también mantiene una media estable de 20 anuales, el año pasado el número de niños estatales adoptados bajó ligeramente hasta los 17.
      La Diputación Foral de Bizkaia, entidad encargada de coordinar los procesos en el territorio y de otorgar los ansiados certificados de idoneidad necesarios para la adopción internacional, achaca esta reducción a diversos motivos. Por un lado, la entidad foral inició en 2008 los cursos de formación para solicitantes, “lo que ha llevado a las familias a tener un mayor conocimiento de esta medida de protección y de las dificultades que la misma entraña”. Fuentes de la Diputación también reconocen la influencia de otros factores como “la potenciación de la adopción nacional frente a la internacional, el endurecido de los requisitos de los solicitantes, la limitación de la recepción de solicitudes o el cierre de tramitación en países”.
     En resumidas cuentas, una mayor carga burocrática para todas las familias que se interesen por esta vía. Tampoco descartan que la crisis económica afecte “a la estabilidad laboral de los solicitantes y a la posibilidad de hacer frente a los gastos derivados de la adopción internacional”. Estos gastos pueden llegar a ser elevados si el proceso se complica y se alarga en el país de origen o si se da la necesidad de contratar los servicios de una Entidad Colaboradora de Adopción Internacional(ECAI). Las motivaciones económicas podrían ser una de las razones más importantes para la drástica reducción de solicitudes internacionales frente a las nacionales, sobre todo si se tiene en cuenta que el número de niños que llegan a las familias vascas cada año desde el extranjero sigue siendo más del doble que los estatales.
"Hasta dos meses" en el país de origen
      Para Ume Alaia-Bizkaia, asociación de padres adoptivos y familias interesadas en serlo, la acusada tendencia a la baja en las adopciones internacionales se explica porque el sector está volviendo a la normalidad después del importante incremento de hace uno años. “Hubo un boom excesivo provocado fundamentalmente por las dificultades en las adopciones nacionales”, explica Andoni Mendia, portavoz de la organización.
      Desde su punto de vista, la nueva legislación vasca sobre esta materia “ha ayudado a reducir la espera ligeramente para la adopción nacional”. “Al mismo tiempo, la parte internacional se ha visto perjudicada por el alargamiento de los plazos de espera en países como Rusia y China”, añade. En cuanto a la vertiente económica, depende mucho de la situación de cada familia, cada niño y cada país. “Hemos conocido casos en los que algunas familias han tenido que estar hasta dos meses en los países de origen arreglando trámites”, apunta Mendia. “Depende mucho de que los padres conozcan ya el país o sepan moverse por él, pero si tienen que contratar guías, ECAIs y pagar otros recursos, puede llegar a salir muy caro”, detalla.
      Aunque sigue prestando apoyo y asesoramiento a las parejas que estén dando sus primeros pasos en el mundo de la adopción, actualmente Ume Alaia-Bizkaia está más centrada en el día después. “En solucionar los problemas de adaptación que pueden tener los niños llegados de fuera”, explica su portavoz. Para los padres que estén valorando la opción de recurrir al extranjero, Andoni Mendia tiene un consejo: “Si el país ha firmado el convenio de La Haya sobre adopción internacional da ciertas garantías que no encuentras en los que están fuera.
(Fuente: www.eldiario.es)

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