La Asociación de Familias Adoptantes y de Acogimiento de La Rioja (AFAAR) surgió de la necesidad de compartir experiencias e información entre las familias adoptantes. Aquello fue en el 2001 y, a día de hoy, sigue siendo un referente para muchas familias que, o han adoptado, o están ello. Mónica Giacomozzi es la responsable de la comisión de adopciones de la asociación y una de las que más sabe sobre estos procesos.
¿Hay alguna causa que explique el descenso de las adopciones?
Hay diferentes motivos. Algunos son positivos y favorables para los niños y otros más negativos. Entre los positivos, destacaría que han mejorado los medios de búsqueda de un hogar dentro de la familia extensa, que tienen más ayudas. En adopción internacional, los niños solían llegar a La Rioja desde China y Etiopía. En China ha mejorado mucho la situación económica y el cambio de la política de hijo único hace que no haya tantos abandonos como antes. Respecto a Etiopía, ha habido problemas con la transparencia del país.
¿Ha influido la crisis en un cambio de tendencia para dirigir el interés de las adopciones internacionales hacia las nacionales?
Las adopciones internacionales han sido caras y podían costar entre 20 y 40.000 euros. Las nacionales, que no tienen esos costes, tampoco han tenido una evolución positiva. Sí que ha aumentado el acogimiento, que vendría a corroborar lo que apuntaba de la familia extensa. En cualquier caso, cuando va a adoptar, en lo que menos se fija una familia es en lo que les va a costar. No es un factor determinante. En un momento pudo influir el hecho de que hubiera famosos que adoptaran niños extranjeros hasta convertirse en una moda cuando adoptar es tener un hijo, un acto muy responsable. Ahora, como las adopciones son difíciles, estamos viendo otro proceso también impulsado por algún famoso, el de los vientres de alquiler. En el 2014 llegaron a España 1.400 niños de gestación subrogada frente a los 1.000 de adopción internacional.
Pese a esas dificultades, ¿hay muchas familias que piensan en la adopción?
En España hay 30.000 solicitudes de adopción nacional e internacional paradas. Hay regiones, como Cataluña, que se plantean detener la inscripción de familias para adoptar. Esas 30.000 ya tienen todo y están en espera. Lo más importante es no crear falsas expectativas en esas familias.
¿Entonces es realmente difícil adoptar?
Lo que es difícil es adoptar como antes: niños pequeños con menos de un año y sanos. En el mundo hay muy pocos niños que sean adoptables de menos de un año y sanos. Y, sobre todo, no hay tantos como para cubrir todas las solicitudes de todo el mundo. Es más sencillo que los niños se queden huérfanos, por ejemplo, cuando son algo más mayores, teniendo algún hermano... Las familias tienen que mentalizarse de que si quieren adoptar deben mirar más las necesidades de los niños que los deseos propios.
¿Qué le diría o qué le recomendaría a una familia que acaba de empezar con todos los trámites de adopción?
Le diría que la adopción es una experiencia muy bonita. Es tener un hijo. Tiene que ser una adopción muy responsable y la familia debe pensar en que ahora es casi imposible adoptar niños pequeños sanos, que es un proceso que tiene un tiempo de espera largo de entre 7 y 8 años. También les diría que valoren la posibilidad de adoptar a un grupo de hermanos, a mayores de tres años o a niños con alguna patología que en sus países puede ser una enfermedad casi mortal, pero aquí no. Así también será mas breve y satisfactoria la adopción.
(Fuente: www.larioja.com)
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