No todos los padres pueden dedicar a sus hijos unas horas al día aunque vivan bajo el mismo techo, algunas veces incluso los ven dormidos. En muchos casos, la atención a los pequeños recae mayoritariamente en un cónyuge. Así lo explican Ruth María Valiente y David Ruiz. Ella es técnico de Calidad y Medioambiente en una de las principales empresas de Cáceres. El es economista y ejerce como jefe del departamento de alertas de una conocida empresa aseguradora en Madrid. Vuelve a Cáceres cada viernes a las seis de la tarde y disfruta de su hogar todo el fin de semana. Pero no puede ser padre adoptivo, no de momento, porque su trabajo lo impide.
Así lo dicen las conclusiones de los informes de valoración, que consideran que la pareja no tiene vida familiar "estable". Aunque desde 2011 se han dictado tres sentencias a su favor, y ni siquiera cabe recurso, la Junta de Extremadura no ha modificado los informes limitándose a darles el certificado de idoneidad. Esa contradicción hace prácticamente imposible la adopción en Rusia... y ya llevan cinco años.
Ruth y David se decidieron por la adopción en 2009, tras varias fecundaciones in vitro sin resultados. Optaron por Rusia, el país entonces más rápido. En noviembre entregaron la documentación a la Junta de Extremadura, entidad responsable de estos procesos, y en febrero de 2010 realizaron los cursos pertinentes.
Se sometieron a los tres informes preceptivos: el de la asistente social del ayuntamiento, el de la psicóloga de la Junta (se hizo a través de Cruz Roja), y el de la asistente social (también de Cruz Roja). El primero determinó que eran idóneos, los otros dos también fueron favorables, "pero cuando la Junta nos remitió en 2010 las conclusiones finales de los informes, nos topamos con que no éramos idóneos transitoriamente, por un periodo de un año", relatan. Pidieron trámite de audiencia para conocer la razón. No les recibió el equipo de valoración, sino la psicóloga y la asistente, y les respondieron que el único inconveniente era el trabajo de David en Madrid. La situación se consideraba transitoria porque David había pedido traslado a Mérida.
"Nunca pensamos que dos empleos estables fueran un problema. Yo trabajo en Cáceres 35 horas semanales, tengo tiempo suficiente, incluso familia en la que apoyarme", explica Ruth. Además, la legislación no dice nada al respecto. "Hay muchos padres que no ven a diario a sus hijos y no por ello se pone en duda su responsabilidad. ¿No pueden tener familia los transportistas, las azafatas, los pilotos...?", se pregunta. Además, "Madrid ya está a un paso, y a diario mi marido tampoco tendría mucho más tiempo, lamentablemente como tantos otros", sostiene.
A JUICIO La pareja agotó la vía de reclamaciones de la Junta, sin resultados. Entonces acudió a los tribunales. Hubo un primer juicio en 2011 a su favor, pero la Junta recurrió alegando que no se le había citado correctamente. Hubo un segundo juicio en 2012, en el que el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Mérida volvió a declarar a la pareja idónea para la adopción. "La sentencia es para leerla de arriba abajo", subraya Ruth. La Junta recurrió y hubo una tercera sentencia favorable en 2013. No cabían más recursos. Entonces, el Gobierno regional sí emitió el certificado de idoneidad.
Pero los problemas no acabaron, porque el expediente se compone de dos partes: el certificado y los informes psicosociales, y éstos no se han corregido. "La Junta dice que no puede obligar a los técnicos de Cruz Roja a modificar sus informes, ante ello les pedimos que nos los renueven, porque además solo tienen validez de tres años por ley, y se redactaron en 2010", matizan.
El problema es que, en Rusia, cualquier contradicción implica un rechazo del expediente. "Todo el que conoce las adopciones lo sabe", lamenta la pareja. De hecho, Ruth y David decidieron seguir adelante y prepararon todos los papeles en octubre de 2013, pero su expediente actualmente no prospera en Rusia, no ha sido aceptado a trámite en dos regiones y están pendientes de respuesta en una tercera. La propia ECAI que les lleva el proceso (son organizaciones de intermediación en las adopciones) ya les avisó de que era "prácticamente imposible" conseguirlo con esa contradicción.
TODO EN EL AIRE "La Junta nos dice que tomará medidas cuando un juez ponga problemas en Rusia, pero de este modo ni nos asignarán región ni llegaremos ante los jueces que tramitan las adopciones", indica Ruth. Por si fuera poco, los procesos se han ralentizado mucho en Rusia.
La pareja presentará un incidente en el juzgado para que se cumpla la sentencia, y ha acudido al Defensor del Pueblo. Lamenta la actitud de la Junta, que les llegó a cerrar el expediente en pleno proceso judicial obligando incluso a un contencioso administrativo. "No entendemos nada. Los técnicos llegaron a decir en el juicio que el niño estaría mejor en el orfanato, hasta propusieron que nos fuéramos a vivir entre Cáceres y Madrid", dicen indignados. Otras parejas que iniciaron los trámites al mismo tiempo ya tienen uno e incluso dos hijos. Ruth y David siguen esperando.
(Fuente: www.elperiodicoextremadura.com)
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