En el año 2004 se registraron en España 5.541 adopciones internacionales, un 40% más que el año anterior. Una cifra récord (la más alta desde 1997) que convertía a España en el primer país de la Unión Europea y el segundo del mundo, sólo por detrás de Estados Unidos, en adopciones de niños extranjeros.
Una década después los números se han desplomado. En el año 2012, el último que tiene registrado el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, se produjeron 1.669 adopciones internacionales, 3.872 menos que ocho años atrás.
El descenso ha sido imparable: 3.156 en 2008, 3.006 en 2009, 2.891 en 2010, 2.573 en 2011, 1.669 en 2012. Hace diez años, el tiempo medio para completar una adopción era de diez meses, dos años en los casos más largos. Hoy, la espera se puede alargar hasta los ocho años en países como China o Rusia.
Según datos de la Universidad de Newcastle, las adopciones internacionales en todo el mundo se han reducido de las 45.299 de 2004 a las 23.500 en 2011.
"Cada vez con más frecuencia los niños más pequeños y sanos encuentran una familia adoptiva en el propio país. Esto lleva a algunos países a admitir exclusivamente ofrecimientos de familias extranjeras para niños de más de 5 años o menores con necesidades especiales", explican en el Ministerio.Desde el Gobierno español esgrimen varias razones. Los países de origen han promocionado durante los últimos años las alternativas nacionales, el acogimiento familiar o las adopciones dentro del país. La mayor parte de los países han reformado su legislación para limitar el perfil de los adoptantes y otros directamente han cerrado las adopciones de extranjeros. La administración española también ha suspendido o limitado la tramitación con algunos países hasta tener garantías de que el proceso se completa correctamente. Y, por último, ha cambiado el perfil de los niños adoptables.
Adolfo García es el responsable de CORA, la Coordinadora de Asociaciones en Defensa de la Adopción y el Acogimiento. "Tenemos que asumir que el escenario de la adopción internacional va a ser algo residual, simbólico. El modelo está agotado. Los países que tradicionalmente daban más niños en adopción, que eran Rusia yChina, han cambiado su normativa. Rusia ha dicho públicamente quela adopción internacional es una vergüenza para el país y China se ha convertido prácticamente en la primera potencia mundial, no necesita sacar a sus niños".
¿Qué alternativa tienen las familias que quieren adoptar? Desde la Coordinadora de Asociaciones en Defensa de la Adopción y el Acogimiento reclaman más información previa. "No se ha informado correctamente a las familias y se ha dejado que pasaran a engrosar las listas de espera", lamenta Adolfo García. Y reivindican las alternativas dentro del país. "Dejemos de mirar hacia afuera y miremos hacia dentro. Hay unos 30.000 niños en centro en España y prácticamente la mitad podían beneficiarse de la adopción o el acogimiento".Además hay un problema de oferta y demanda. En resumen, hay más padres que quieren adoptar que niños adoptables. "Hace dos años unas 33.000 familias estaban declaradas idóneas para adoptar, cuando el ritmo de menores adoptados es ahora de 1.600 al año", explica García, que insiste en el desajuste de los perfiles. "Las familias solicitan perfiles de menores que no existen en los orfanatos. La mayoría son niños con necesidades especiales, o bien tienen patologías o son un grupo de hermanos o son mayores de tres años. Pero la mayoría de las familias quiere un niño solo, sano y lo más pequeño posible".
En la Comunidad Valenciana el año pasado se registraron por primera vez más adopciones nacionales (88) que internacionales (48). En el año 2000 hubo 68 nacionales y 438 internacionales. En Madrid o Cataluña siguen mandando las adopciones en el extranjero. La Consejería de Asuntos Sociales de Madrid registró 45 adopciones nacionales en 2013 y 275 internacionales, 566 menos que hace diez años. El departamento de Bienestar Social y Familia de la Generalitat de Cataluña firmó 84 adopciones de niños catalanes y 504 internacionales.
'Abrir nuevos países'
La crisis de las adopciones afecta directamente a las ECAIs, las entidades colaboradoras de adopción internacional, quienes tramitan el proceso con los países extranjeros. Miguel Góngora es presidente de Adecop-Piao. Su trabajo y su negocio también se ha hundido. "La solución es que el Gobierno nos apoye en la búsqueda de nuevos países con todas las garantías para el menor, que agilice la apertura de nuevos países", defiende.
La semana pasada el grupo socialista en el Congreso de los Diputados presentó una iniciativa para pedir al Ejecutivo "ampliar a nuevos países la posibilidad de adopción".
En la actualidad, el ordenamiento jurídico español permite adoptar a menores de unos 40 países. Sin embargo, según el diputado socialista Juan Moscoso, el hecho de que España prohíba adoptar hasta en 45 países en que sí pueden hacerlo otros países europeos "reduce las posibilidades de adopción internacional desde nuestro país a 6 países".
"Adoptar desde España es cada vez más costoso, en términos de tiempo y de dinero", denuncia el PSOE. Según los datos de las ECAIs, todo el proceso de adopción puede costar a los padres unos 8.000 euros (unos 3.000 son para la ECAI) más el coste de los viajes al país del menor y el coste de los trámites previos en España. En Cataluña, por ejemplo, las gestiones previas a la idoneidad cuestan más de 1.000 euros. En Madrid, sin embargo, son gratuitas. La Comunidad Valenciana ha empezado a cobrar este año por los informes psicosociales.
Elena tiene 40 años, Lucas 35. Iniciaron el proceso para adoptar un niño etíope en 2012. Casi dos años después, tras completar cursos de formación, entrevistas, visitas y exámenes psicosociales, consiguieron la idoneidad. Ahora se rinden. «Es imposible seguir adelante. El año pasado se asignaron siete menores de Etiopía en Valencia y nos han dicho que hay más de 200 familias en espera. El plazo supera los 7 años y los papeles tramitados caducan cada tres, lo que nos obligaría a renovar al menos dos veces y pagar más de 10.000 euros sin ninguna garantía de poder adoptaralgún día», relatan.
Su expediente quedará aparcado cerca de un año en la Conselleria. Después, si no reanudan los trámites, su proceso de adopción se anulará. Otra vez al punto de partida. Al inicio del laberinto.
(Fuente: www.elmundo.es)
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