domingo, 24 de agosto de 2014

Absurdos y falsedades sobre hijos adoptado.

Por MARTHA CASELLI FERREYRA (*) 
Suele haber confusión respecto al tema de “la paternidad y maternidad adoptiva” y ahora esa confusión se actualizó a raíz de un hecho mediático (el protagonizado por Jorge Rial y su ex esposa). Primero se debe recordar lo que se dijo (en el marco de ese divorcio mediático y traumático), quizás sin pensarlo mucho: que “los chicos adoptados tienen una inclinación a robar”. Es algo totalmente absurdo. Quienes han seguido el tema y la experiencia respecto a hijos por adopción, afirman y afirmamos que no hay ninguna característica especial, ni negativa ni positiva al respecto. Son niños y personas como todas las demás, con defectos y virtudes. Son esencialmente hijos niños, hijas niñas, hijos jóvenes, hijos adultos. 

OTRA CUESTION 
Otra cuestión aparte, muy aparte, es que chicos o jóvenes que roban, especialmente cuando esto sucede con personas de sus afectos, son chicos que sienten carencias afectivas (sean reales o imaginarias) y roban cosas materiales como una forma de desquite inconsciente de esa carencia, pero esto es sólo una de las tantas y tantas razones para que se produzca esa conducta. “Es absurdo decir que los chicos adoptados tienen inclinación a robar” Este es un primer aporte a lo que se dijo por televisión, dado que pudo confundir a quien lo escuchó. Pero como también se mencionaron otras cuestiones referidas a la paternidad y maternidad adoptiva comparándola a la apropiación de niños del pasado cercano, pretendo también tratar de esclarecer esos aspectos del tema. Como alguien dijo muy bien, “todos los hijos son adoptivos” porque una cosa es la paternidad biológica y otra es ser padres. Ser padres es una actitud consciente, querida y asumida. El padre y la madre son quienes cumplen la función afectiva y material de “cuidar, amar, educar y proteger al hijo o hija y esto se da en el largo camino de la existencia”; lo otro puede o no ser el producto de un instante. 

COMIENZO Y DESARROLLO
 “La identidad” la da el transcurrir de esa vida que empieza en la gestación y dentro de la cual la genética forma una parte. Ese es el comienzo biológico que va a formar la identidad, pero la identidad total que nos hace seres únicos e irrepetibles se va forjando a través de toda la existencia: en la niñez, en la juventud y en la adultez, que es lo que en definitiva nos hace “persona”. La identidad se forja en mayor o menor grado: con lo genético, con la educación recibida, con el ambiente vivido, con los afectos, con la influencia de quienes nos han acompañado, con todo lo compartido: el hogar, el lugar, el barrio, la escuela, los principios inculcados, las influencias culturales, las opciones personales que cada uno elige y tantas cosas más que se viven a lo largo de la existencia y que son las que forjan nuestra identidad. “Los niños adoptados son personas como cualquier otra, con virtudes y defectos” Es necesario aclarar que no se puede comparar la adopción de un niño o niña cuya familia biológica “no pudo o no quiso” hacerse cargo de “paternarlo o maternarlo” con lo que tristemente pasó con los hijos de personas desaparecidas, donde hubo apropiación de quienes seguramente lo hubieran querido y cuidado, y a quienes se los arrebataron. Se cree, con base bastante cierta, que en la psiquis del niño aún no nacido se van marcando las emociones y sentimientos “fuertes” que vivió a través de quien lo estaba gestando; emociones y sentimientos que pudieron existir o no existir . El desgarro violento de un hijo apropiado por la fuerza debe haber dejado alguna huella, por eso es importante que a esos niños apropiados de tal forma se les facilite la búsqueda de esa primera parte de la identidad. “Los niños adoptados son personas como cualquier otra, con virtudes y defectos” En los hijos por adopción que no pasaron por estas circunstancias, se observa que en algunos casos existe la necesidad o la mera curiosidad de conocer su origen biológico pero también hay otros a quienes no les interesa, no sienten que es algo importante en su vida, que prefieren transitarla con los recuerdos desde donde comienzan su historia con los seres cercanos con quienes las han compartido. ¿Qué es mejor? Nada es mejor ni peor, es un sentimiento y una cuestión muy personal. Es bueno que sepan que la puerta está abierta para ambos caminos, que ellos lo elegirán y en el momento que quieran o no, que no es una obligación, y que de esa opción no depende de ninguna manera que sean ni mejores ni peores personas

(Fuente: www.eldia.com.ar)

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