En Corea del Sur, ser madre soltera se considera algo vergonzoso, así que muchas mujeres jóvenes se ven incapaces de criar a sus hijos.
Y la adopción también está estigmatizada, por lo que muchos de estos niños nunca serán adoptados.
Jijoun, una mujer de 30 años, explicó a la BBC por qué tomó la decisión desgarradora de deshacerse de su hijo, algo que la llevó cerca del suicidio.
Su familia no sabe nada todavía de la existencia del niño.
Ella estaba en una relación cuando quedó embarazada, pero poco después su novio la abandonó.
Pensó que lo mejor sería dar a la bebé en adopción porque pensó que no podría criarla.
"La trabajadora social me dijo que cuando viera a la niña, cambiaría de opinión", explica Jijoun.
"Cuando me dieron a mi hija, justo después de dar a luz, era una bebé tan hermosa, tan adorable, que solo quería pasar más tiempo con ella", dice.
"Así que me la quedé durante un mes y medio. Me iba a dormir llorando todos los días. Me sentí tan mal que pensé en suicidarme, y estaba tan estresada que no podía dormir".
Jijoun sigue pensando mucho en la niña. "Todavía tengo fotos suyas en el celular. Cada vez que veo las fotos, la echo de menos".
La hija de Jijoun fue adoptada por una familia.
Presión legal
Un cambio reciente en la ley en Corea del Sur requiere que todos los nacimientos sean registrados, lo que significa también que el nacimiento figurará en los papeles oficiales de la madre y puede llegar a oídos de sus potenciales empleadores.
Algunas mujeres están tan decididas a no ser identificadas como madres solteras que dan a luz en lugares secretos y abandonan a sus hijos.
El pastor Jong-Rak Lee, de la Iglesia Comunitaria de Jusarang, a las afueras de Seúl, ha establecido un buzón de bebés en el que las madres que no tienen a quién recurrir pueden dejar a los niños de forma segura y anónima.
Cada semana, cuatro o cinco bebés son abandonados ahí.
El buzón está equipado con una cámara y unos sensores que alertan cuando alguien coloca allí un bebé.
Jong-Rak Lee explica que, desde los cambios legales, el número de bebés abandonados en este buzón ha aumentado en un 900%.
El 60% de las madres que abandonan a sus hijos son adolescentes solteras.
Los críticos dicen que el buzón empeora el problema porque hace más fácil el abandono, pero el pastor Jong-Rak Lee simplemente ayuda a gente que no tiene a quién recurrir.
"Si no existieran estas instalaciones, los abandonarían en la calle", dice el pastor.
"Los seres humanos no son basura".
El tabú del sexo
Hablar abiertamente de sexo es tabú en Corea del Sur y la educación sexual en las escuelas es limitada, por lo que mucha gente joven sabe poco de la anticoncepción.
Suji (la adolescente con el rostro pixelado de la primera foto de este reportaje), se quedó embarazada la primera vez que tuvo relaciones sexuales.
Lo escondió a todo el mundo salvo a su madre y ahora se enfrenta al dilema de qué hacer con el niño.
"Pensé en cómo abortar sin que mi madre lo supiera", explicaba Suji a la BBC antes de dar a luz.
"Mi novio me convenció para tenerlo, me dijo que él se haría cargo de los dos. Pero era una promesa vacía, luego cambió de opinión".
"Quiero tenerlo", decía. "No entiendo por qué la gente tendría prejuicios contra alguien como yo".
"Si pudiera dar marcha atrás, usaría anticonceptivos. Pero no sabía nada sobre ellos".
Suji tuvo una niña, pero todavía no está segura de que vaya a poder criarla.
Orfanatos
El gobierno da alguna ayuda a las madres solteras, pero no es suficiente para vivir.
Un-Hang Shin, jefe de la agencia gubernamental encargada de la adopción, dice que se necesita hacer más para ayudar a estas madres.
"No es fácil cambiar las actitudes. Todavía hay un estigma social sobre las mujeres que no se han casado y sus hijos, pero si el gobierno proporcionase alguna asistencia a la familia, creo que cambiarían las actitudes sociales", dice.
En el pasado, muchos niños abandonados fueron adoptados por extranjeros, a menudo estadounidenses, pero la ley cambió y ahora es más difícil.
Muchos coreanos, sin embargo, todavía ven con recelo las adopciones, así que miles de niños viven en orfanatos hasta que cumplen 18 años.
Sook-Hwa Kim es una de las madres adoptivas que decidió ignorar la presión social.
Ella y su marido ya tenían dos hijos, pero él quería una niña, así que decidieron adoptar a Sung Eun.
"Como mi madre nunca lo mantuvo en secreto, se lo dije a mis amigos y me sentí liberada", explica la niña.
"Algunos niños se ríen de mi, pero yo los ignoro".
"Estoy muy agradecida a mi madre".
(Fuente: www.bbc.com)
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