«Todos hemos sido niños alguna vez. Y todos deseamos por igual el bienestar de nuestros niños, que siempre ha sido y seguirá siendo el anhelo más universal de la humanidad».
Nosotros, los niños: examen de final de decenio de los resultados de la Cumbre Mundial en favor de la Infancia. Informe del Secretario General.
El 20 de noviembre se celebra en todo el mundo el Día Universal de la Infancia y el aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada en 1989.
Ratificada por 192 países, la Convención sobre los Derechos del Niño supuso un hito, pues desde su aprobación la infancia es considerada, no como objeto de protección, sino como sujeto de pleno derecho. Un enfoque de desarrollo basado en los derechos de la infancia contribuye a que se produzcan las transformaciones sociales, económicas y jurídicas necesarias para hacer del mundo un lugar más justo y habitable.
Sin embargo, la Convención sobre los Derechos del Niño sigue siendo un documento insuficientemente conocido y los derechos que recoge aún distan mucho de convertirse en realidad en numerosos rincones del planeta. Días como el 20 de noviembre sirven para recordar que los derechos de la infancia están ratificados pero no garantizados.
Desgraciadamente se siguen violando diariamente los derechos de millones de niños y niñas en todos los países del mundo, y son muchos los retos que quedan hoy día y que se reflejan en estas cifras:
- 1 de cada 4 niños y niñas vive en condiciones de extrema pobreza, en familias con ingresos menores a 1 euro diario.
- 1 de cada 12 niños y niñas muere antes de cumplir los 5 años.
- Más de 120 millones de niñas y niños en edad escolar no asisten a la escuela, en su mayoría niñas.
- Cada minuto, un/a niño/a muere por una enfermedad vinculada al SIDA. Actualmente hay 15 millones de niños y niñas que han perdido a sus progenitores a causa del SIDA.
- 300.000 niños y niñas están sirviendo a gobiernos o fuerzas rebeldes como soldados.
- Más de 1,8 millones de niños y, sobre todo, niñas están sometidos a la explotación sexual.
En el día a día, la pobreza extrema es el escenario en el que 18.000 niños mueren cada día por causas que se pueden evitar, como la neumonía, las diarreas o el sarampión, con medidas como vacunas, medicamentos, acceso al agua potable o el tratamiento contra la desnutrición aguda, que está detrás de la mitad de estas muertes.
El trabajo a largo plazo de gobiernos, organizaciones como UNICEF y otras agencias de Naciones Unidas, y ONG ha alcanzado un logro histórico: en 22 años (1990-2012) lamortalidad infantil se ha reducido en un 47%, un dato que habla de 90 millones de vidas salvadas. Pero queda mucho por hacer hasta que ni un solo niño muera por causas que se pueden evitar.
(Fuente: Blog de Aipame)
No hay comentarios:
Publicar un comentario