Una de las hasta ahora cuatro familias españolas que se han quedado sin su hijo adoptado en Rusia es asturiana. La noticia se conoció anteayer y abre un nuevo capítulo, especialmente negativo, en la dramática historia de unas 120 parejas que, con los niños ya asignados, se han visto afectadas por el bloqueo ruso en los procesos de adopción. Dos de esas parejas son de Oviedo. A una de ellas su agencia de adopción internacional le acaba de confirmar que el niño al que ya habían conocido personalmente acaba de ser entregado en tutela a una familia rusa.
La tutela no implica adopción definitiva, pero los abogados locales dan muy escasas probabilidades de marcha atrás. Mientras tanto España espera que Rusia firme por fin el convenio bilateral de adopciones, que estuvo en un cajón durante cuatro años, y que se desbloqueó semanas atrás tras dos días de conversaciones de ambas delegaciones en Madrid. Se dice que la ratificación rusa se producirá previsiblemente en diciembre, pero por el camino comienza a haber víctimas.
Familias españolas afectadas por la polémica tienen previsto concentrarse hoy en Madrid, al mediodía, en la plaza de Colón, para pedir soluciones en un acto simbólico. Los padres recuerdan que Rusia se había comprometido a respetar las asignaciones de niños hasta la firma del convenio, cosa que no está haciendo.
El problema tiene punto de referencia. Es el distrito de Irkutsk, en Siberia, donde los jueces han firmado ya algunas sentencias positivas, pero también alguna en contra. De esa lotería incontrolable dependen decenas de familias españolas. No se trata de idoneidad ni nada parecido porque todas las parejas la tienen cuando logran por fin la asignación del niño o de la niña. El requisito clave es un juicio, donde se hace necesaria la comparecencia de las familias. No es mero trámite, pero sí es el último después de un maratón de gastos económicos y de desgaste psicológico. El coste medio ronda los 30.000 euros.
Las dos parejas asturianas -matrimonios residentes en Oviedo- están en permanente contacto con otros candidatos a padres y madres a través de las redes sociales. El Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales calla, quizá para evitar la polémica con la Federación Rusa, donde la opinión pública está mayoritariamente en contra de las adopciones internacionales. Los jueces y los políticos lo saben.
Rusia pone reparos a la cesión de niños en países que tengan regulado, por ejemplo, el matrimonio homosexual, como es el caso de España. Tampoco permite la adopción a personas solas.
En Asturias otras cuatro familias, al menos, están a la espera de la adopción en Rusia, aunque en fases administrativas anteriores. Rusia, con 17 niños, fue el año pasado el mayor vivero de adopciones internacionales hacia el Principado, más del 40% del total.
En 2012 llegaron 41 niños procedentes de ocho países, con horquilla variada de edades, desde los cinco meses a los diez años. Los países de origen fueron Rusia, China, Etiopía, Colombia, Chile, Marruecos, Perú y Polonia. Por cierto, de esos 41 menores adoptados, llegaron muchos más niños que niñas (27 por 14).
La primera familia española a la que su hijo asignado fue dado en tutela a otra familia rusa vive en Madrid. Aquel proceso administrativo casi coincidió con la reunión negociadora, en la primera semana de octubre. Sanidad y asociación de padres afectados intentan ahora salvaguardar los "119 casos más urgentes", tal y como señalaba recientemente el propio Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales. Son los padres con todo el proceso administrativo ya hecho, con el niño asignado, con viaje a Rusia realizado y a la espera de juicio.
España garantiza a Rusia que ningún niño va a parar a matrimonios homosexuales. Lo ha puesto por escrito. Incluso en aquellos rarísimos casos en que la Administración española retire la patria potestad a los padres adoptantes (no se da ni en el 1% de las adopciones internacionales). Rusia pretende, por otra parte, realizar un seguimiento del menor hasta que cumpla los 18 años (y con efectos retroactivos), pero la impresión que se tiene, tras las dos rondas de contacto del mes de septiembre, es que los rusos serían flexibles en este aspecto.
En el año pasado llegaron a España 479 niños procedentes de Rusia. España tiene acuerdo bilateral de adopciones con 34 países en todo el mundo. En el año 2004 esa cifra superó los 1.600 menores rusos. Las estadísticas menguan a pasos agigantados, lo que no impidió que en los últimos años Rusia fuera el principal emisor de niños para adopción en España, por delante de países como China, Etiopía o Ucrania. En el año 2004 se alcanzó el tope de adopciones internacionales en nuestro país, con unos 9.400 menores. La crisis económica ha tenido mucho que ver en la reducción de las cifras desde entonces, pero también las restricciones de los países de origen.
En Asturias se tramitaron el pasado año un total de 62 certificados de idoneidad para la adopción de menores procedentes de 15 países de Europa, África, Asia y América.
(Fuente: La Nueva España).
No hay comentarios:
Publicar un comentario