Las adopciones de niños nacidos en el extranjero se han visto mermadas por la crisis económica y las nuevas legislaciones, más protectoras con la infancia, en los países de origen. Las cifras hablan por sí solas. Según datos facilitados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, en 2007, año previo al inicio de la crisis económica, tuvieron lugar 3.648 adopciones. Desde entonces la cifra ha ido cayendo anualmente hasta quedar en 2.573 durante 2011, último año cerrado y en el que se iniciaron 3.234 procesos de adopción, muchos de ellos aún no cerrados.
Fuentes de las entidades colaboradoras en adopción internacional, las llamadas ECAI, aseguran que los elevados precios de los billetes de avión y las largas estancias que algunos países exigen a los futuros padres antes de darles a los pequeños «han hecho mella en la solidaridad, amor y entrega de estas parejas», que deciden optar por la adopción en un niño o una niña que, en muchos de los casos, «tendría un futuro más que incierto». Pero a ello se suman las nuevas legislaciones promulgadas en los países de origen, que «aumentan las garantías de protección de los pequeños, potenciando las ayudas a las familias que iban a abandonarlos».
Los últimos datos oficiales ponen, por primera vez, a Asia a la cabeza del ránking con 978 niños adoptados en España, seguida por Europa del Este -que hasta ahora había ocupado el primer lugar- con 833 pequeños en 2011; África con 537 y América Latina con 225. En cuanto al país de origen de los niños, Rusia es el país con más adopciones al llegar a 712, seguido de cerca por China, con 677. A más distancia están Etiopia, con 441 adopciones; Vietnam, con 178; Colombia, con 148; Mali, con 77; Filipinas, con 63; Kazajistán, con 43; Ucrania, con 39; y India con 35. Con menor número de niños están Bulgaria (3), Hungría (23), Lituania (6), Moldavia (1), Polonia (3), Nepal (24), Sri Lanka (1), Burkina Faso (2), Costa de Marfil (8), Gambia (2), Madagascar (2), Senegal (5), Brasil (1), Chile (3), El Salvador (6), Honduras (2), México (7), Nicaragua (12), Perú (20) y República Dominicana (2).
A la crisis económica se están sumando otros contenciosos. A nivel internacional la legislación que manda es la del país de origen del menor. El contencioso más destacado es el abierto por las autoridades rusas, que han establecido un veto para conceder las adopciones en función de la sexualidad de las parejas que solicitan la adopción. Esta situación, y dado que Rusia es el principal país de procedencia de los niños adoptados en España, con 500 expedientes abiertos desde agosto a la espera de su resolución, el Ministerio de Sanidad ha tomado cartas en el asunto.
Acuerdo con Rusia
Tras reunirse con las autoridades del Ministerio ruso de Educación a principios de octubre, los representantes de Sanidad y Exteriores confían en que todo se solvente cuanto antes. El acuerdo alcanzado deberá ser aprobado por el Consejo de Ministros y el Parlamento, lo que podría tardar aún algunos meses, pero se confía en que esos más de 500 expedientes pendientes -entre los que se encuentran 150 niños que ya conocen a sus futuros padres (60 están a la espera de que se celebre la vista judicial)- puedan continuar su curso con normalidad. Para ello y hasta que el convenio esté en vigor, España emitirá certificado en el que garantiza la idoneidad de las familias a los jueces rusos encargados de hacer entrega de los menores.
Moscú pretendía pedir el seguimiento psicológico de adaptación a la nueva familia y al país a todos los niños adoptados hasta el momento y hasta que cumplan 18 años, momento en que pierden su nacionalidad de origen. Sin embargo, esto solo se aplicará finalmente a las futuras adopciones. Solo en España hay censados unos 10.000 niños rusos adoptados menores de edad, cerca de 5.000 llegados después de 2007. A ellos no se les aplicará esa normativa, salvo que el pequeño viva en condiciones excepcionales.
Todo este asunto comenzó cuando a principios de julio el Gobierno ruso prohibió la adopción por parejas de homosexuales o monoparentales y semanas después, el 28 de agosto, el Tribunal Supremo de ese país exigió la firma de convenios bilaterales con las naciones donde está autorizado el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Al contencioso ruso se suma ahora el asesinato de la niña china Asunta Basterra, en Santiago de Compostela. Días después de conocerse el crimen, por el que sus padres permanecen en prisión preventiva, el Gobierno chino exigió a las autoridades españolas que resolvieran «lo antes posible» la investigación y detuvieran «al asesino, para garantizar verdaderamente la seguridad y el derecho legal de los niños adoptados». Algunas asociaciones, que prefieren no identificarse, aseguran que las adopciones en China parecen haberse ralentizado en las últimas dos semanas.
(Fuente: elcorreo.com)
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