lunes, 20 de abril de 2015

Las familias detectan carencias en la escuela para integrar a los adoptados.

El congreso 'Mirando al mundo de los niños’ ha puesto de manifiesto el potencial integrador que tiene la escuela para los menores adoptados o en acogimiento familiar y, a la vez, ha revelado las barreras que aún persisten dentro de la comunidad educativa para estos niños llegados de otros países o con un duro historial a sus espaldas. Problemas de idiomas, de racismo, de diferencias culturales o sociales, de falta de atención especial a sus necesidades o de empatía que dificultan los proceso de aprendizaje e impiden que la escuela cumpla plenamente la labor sanadora que necesitan niños, en algunos casos, con heridas afectivas muy profundas.
El coordinador General de la Federación de Asociaciones en Defensa de la Adopción y el Acogimiento CORA, Adolfo García Garaikoetxea, aseguró ayer en Segovia: “Nosotros nos reconocemos como padres terapéuticos que debemos reparar las huellas que el pasado ha dejado a nuestros hijos y pensamos que la escuela debe tener también carácter terapéutico y ayudar en esa recuperación”.
Con sentido más constructivo que reivindicativo, la clausura del congreso sobre adopción y acogimiento, que ha reunido a familias y profesionales, estuvo dedicada ayer a difundir el decálogo ‘Escuela y adopción’ elaborado por CORA con la intención de asesorar a los docentes y subsanar lagunas que existen en Ley de Educación Lomce, según explicó García Garaikoetxea.
Los padres entienden que en el proceso de incorporación al sistema educativo no debe hacerse tanto en función de la edad del menor como de su desarrollo psicoemocional y madurativo, y que se debe priorizar la adaptación familiar antes que la entrada inmediata en un colegio. Proponen un seguimiento coordinado de la evolución del niño y que los docentes tengan en cuenta las experiencias previas que ha vivido, muchas veces negativas y de las que no es responsable. “La mayoría suele reaccionar diferente al resto del alumnado ante uncastigo y funcionan mejor con refuerzo positivo” indica el decálogo CORA donde se reclama tolerancia cero ante el racismo. “Sigue habiendo casos de xenofobia, racismo, discriminación o conflicto”, señaló García Garaikoetxea quien pidió formación específica en materia de adopción para los docentes y un trabajo coordinado entre equipos educativos y familia.
Las familias y profesionales que han participado en el congreso destacan que la escuela debería ser un apoyo básico para niños expuestos a sucesos traumáticos. “Apostamos por una escuela abierta a las circunstancias especiales de los niños, una escuela comprensiva, que no discrimine, ni segregue, considerando la diversidad humana como un hecho de partida que nos enriquece, no como un problema a resolver”, señalaron los organizadores del congreso
Entre las conclusiones del encuentro celebrado en Segovia durante la pasa semana es que la “adopción y el acogimiento, nuevas formas de ser familias, es un medio para ayudar a corregir las grandes desigualdades y las situaciones extremas que vive hoy en día la infancia”. Además, los padres consideran fundamental que las intervenciones de protección “no sean tardías e inadecuadas” para que la recuperación del daño sufrido requiera menor esfuerzo y menor sufrimiento en los niños y en las familias.
(Fuente: El Adelantado de Segovia)

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