lunes, 28 de octubre de 2013

Hilos verdes que traen niños especiales que nacen del corazón.

Leonor y su marido Juan tenían dos hijos biológicos, la parejita, cuando decidieron adoptar a una niña en China. «La adopción había sido algo que siempre había dicho que haría, hasta que un día me dije, ¿y por qué no ahora?», comenta esta malagueña. En 2004, con apenas un año, llegó Julia, que hoy tiene 10 años, y que no tardó en adoptar a sus hermanos mayores, Héctor y Leonor. La adopción se tramitó por la vía ordinaria y el proceso apenas se prolongó un par de años desde que presentaron la solicitud en la Junta de Andalucía. Pero la familia, a pesar de ser ya numerosa, estaba coja y el matrimonio no tardó en plantearse volver a adoptar, pero la situación en China había cambiado.
La adopción nacional en el país iba en aumento y no todos los orfanatos tenían abierta la adopción, lo que rápido empezó a traducirse en una creciente demora en los tiempos de espera hasta que llegaba la asignación del menor. Entonces, recuerda Leonor, «me di cuenta de que los niños que necesitaban la protección de una familia no respondían al perfil de 0 a 2 años sano», que es el que más demandan las familias. Y es lógico. De entrada, uno busca adoptar a niños cuanto más pequeños mejor y sin problemas de salud, pero hay otra vía, la vía que en el año 2000 abrió el Centro Chino de Adopciones, a través de Pasaje Verde, y que ofrece la posibilidad de adoptar a niños con necesidades especiales que están en los orfanatos chinos, menores que hasta ese momento no eran incluidos en las listas de adopción.
No se trata de niños con grandes discapacidades, como erróneamente se cree. De hecho, bajo el epígrafe de «niños con necesidades especiales» se incluye a niños sanos, pero que superan los seis años, como también a grupos de hermanos, a pequeños con alguna discapacidad física, psíquica o sensorial y a enfermos crónicos e infecto contagiosos. Un niño con una quemadura en la mano, con un problema de audición, un diabético, un pie equino, un pequeño con estrabismo... el abanico de etiquetas es muy amplio, a la vez que desconocido. En el año 2008, Leonor decidió trazar uno de los primeros hilos verdes que ya han unido Málaga con China. Se llama Beltrán y hoy tiene siete años. Fue adoptado cuando tenía dos y su etiqueta era una patología congénita: labio leporino y fisura palatina, «un problema salvable» que ya ha sido atendido en Málaga y que ahora no tiene más complicaciones que girar visitas periódicas al ortodoncista.
Su proceso de adopción apenas duró un año y medio desde que sus padres formularon la solicitud de adopción a través de una ECAI (entidad colaboradora de adopción internacional), plazo habitual en este tipo de adopciones, y Leonor no duda en recomendar la experiencia porque «cuando tienes hijos te das cuenta de que no hay nada garantizado, de que la vida es muy frágil».
Pasaje Verde tienen actualmente a más de 2.000 niños en China que están esperando que una familia les adopte. «Tú decides para qué te ves preparado para adoptar», asegura, al tiempo que explica que la única diferencia respecto a una adopción ordinaria es que en ésta reza «niño sano en el expediente, y en el que se tramita a través de Pasaje Verde, pone algo».
Se trata de menores de hasta 14 años, muchos de los cuales arrastran problemas «fácilmente solucionables en España», pero que viven en una país donde la Sanidad no es gratuita, por lo que cualquier problema de salud, por pequeño que sea, hace que sean incluidos en la lista de adopción de niños con necesidades especiales». Afortunadamente, cada vez son más las parejas (muchas de ellas monoparentales) que adoptan a través de Pasaje Verde. En Málaga ya hay, que Leonor conozca, unas doce familias con hilos verdes. Pero está segura que hay muchas que no han dado el paso de adoptar a un niño con necesidades especiales porque no han conseguido superar sus miedos, miedos que, está convencida, desaparecerían en muchos casos si se informaran, «porque al final, por encima de tus miedos, está la vida de un niño», un niño que nace del corazón. «Te ofreces para ser padre y madre de un pequeño que realmente lo necesita y que como suele ocurrir con el resto de adopciones, es él el que al final te adopta a ti». Palabra de madre.
(Fuente: www.laopiniondemalaga.es)

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