Representantes de los gobiernos español y ruso se han sentado por fin a negociar el convenio bilateral que ha de regular las adopciones de menores rusos por parte de familias españolas, después de cuatro años de espera. A pesar de que hay “muy buena sintonía” entre las partes, el proceso es muy complejo, y no se espera que culmine antes de la primavera.
España ha decidido actuar en paralelo a la negociación para intentar desbloquear los 119 casos “más urgentes”, en palabras de un portavoz del Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales. Esto es, familias que ya tienen un niño asignado; que ya han viajado a Rusia en alguna ocasión y lo han conocido.
El gobierno español está enviando al gobierno ruso, a través del consulado, toda la documentación que acredita la idoneidad de estos padres.
Estas familias se ven afectadas por un dictamen del Tribunal Supremo de la Federación Rusa que recomienda no entregar a ningún niño a una familia española hasta que no se haya firmado el convenio bilateral, por lo que, de facto, las adopciones están bloqueadas en su último eslabón.
Pero hay excepciones y es esto lo que da esperanza a las familias que están esperando a su niño ruso. En los últimos días, un juez de Krasnoyarsk ha concedido la custodia de dos menores de la región a sus padres españoles. La sentencia subraya la “persistencia” de las familias, que han pasado un mes en Siberia en medio de una gran incertidumbre.
Así lo explica Luis Miguel García, portavoz de las familias afectadas.
Esta es la noticia positiva, pero también hay una negativa. Un niño de Irkustk que ya había sido asignado a una familia española, finalmente ha sido entregado a unos padres rusos.
Este es el principal temor que tienen los padres españoles, que los que ellos ya consideran hijos suyos vayan finalmente a parar a otra familia. “Nuestros niños constan en una base de datos como menores disponibles para ser adoptados”, señala con angustia Luis Miguel, quien hace cuatro meses conoció a Denís, de dos años de edad, y ni puede ni quiere olvidarse de él.
De lo urgente a lo importante Las familias esperan un gesto del Tribunal Supremo ruso que permita desbloquear la situación, pero ni el Ministerio ni las entidades colaboradores de adopción internacional (ECAI) se atreven a asegurar que este gesto llegará, a pesar del buen entendimiento entre las dos partes negociadoras.
“No hay que confundir lo urgente con lo importante”, asegura Antoni Mercadal, director de la ECAI Infància i Futur. Mercadal considera que lo importante es la garantía y la estabilidad a largo plazo que representa un marco como el del convenio bilateral. “Y si por el camino, el caso de estas 119 familias se resuelve favorablemente, mejor que mejor”.
Antoni Mercadal se muestra “razonablemente satisfecho” aunque a la vez “cauto” con las negociaciones emprendidas entre España y Rusia e insiste en que los procesos de adopción no están paralizados. “Hoy mismo, una familia de las Islas Baleares que se encuentra en Rusia ha conocido al hijo que le ha sido asignado”.
Recordemos que las principales preocupaciones de la parte rusa son dos: que algún niño pueda acabar en una familia homosexual si los padres adoptivos en primera instancia pierden la custodia por alguna razón (muerte o abandono, básicamente); y el seguimiento postadoptivo, que Rusia quiere alargar hasta los 18 años y que tenga efecto retroactivo.
En cuanto al primer aspecto, la misma Asociación de Familias Lesbianas y Gays de España ya hizo pública su voluntad de renunciar a adoptar niños rusos para desbloquear así el conflicto.
Un portavoz del Ministerio ha explicado a Rusia hoy que este punto quedará recogido en el convenio bilateral y ha confirmado que ninguno de los 119 procesos de adopción en standby tiene detrás una familia homoparental.
El portavoz ministerial ha manifestado que en un plazo de un mes, la parte española puede tener ya aprobado el convenio bilateral, tras pasar por el Consejo de Ministro y las Cortes Generales. Pero la entrada en vigor del mismo es probable que no se produzca hasta la primaveraY referente al segundo punto, esta misma fuente ha señalado que “todo parece indicar” que Rusia aceptaría que el seguimiento postadoptivo no tuviese efecto retroactivo; aunque se mostró “cauteloso” en cómo quedará redactado el convenio finalmente. “No es lo mismo hacer un examen de seguimiento cada 18 meses que cada tres años porque estos tests se pagan y eso afecta a las familias”.
(Fuente: Rusia Hoy)
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