María y Teresa son hermanas gemelas de ocho años y viven en un pueblo de Valladolid. Una de sus pasiones es el baile flamenco, aunque su color tostado y sus grandes ojos oscuros delatan su procedencia: India. Como la mayoría de los niños adoptados, ellas pasaron por una unidad hospitalaria de adopciones para recuperar aquello que trajeron mermado de su país: la salud.
Cuando estas gemelas vinieron de India, el peso y la talla estaban muy por debajo de la media y presentaban algunas patologías por las que ingresaron en el Hospital La Paz-Carlos III de Madrid. Hoy en día, son niñas sanas, fuertes y llenas de vida.
La artífice de su recuperación, y de la de otros cientos de niños durante los últimos treinta años, es la doctora María José Mellado, jefa del Servicio de Pediatría Hospitalaria-Enfermedades Infecciosas y Tropicales del Hospital Universitario Infantil La Paz de Madrid. Esta especialista relata a Efesalud el proceso que siguen los niños adoptados y sus familias para estar sanos y libres de enfermedades.
María José Mellado transmite energía, trabajo y pasión al hablar de su profesión.“Es una gran satisfacción ver niños con patologías importantes que están como pajaritos y al año siguiente son otros, como si les hubiesen regado”, expresa orgullosa.
Niños con VIH, anemia grave, hepatitis crónica, malaria, tuberculosis o pérdida de alguna extremidad. La consulta de adopción de la doctora Mellado ha visto todo tipo de casos.
La experta aconseja siempre a los padres esperar una semana o diez días desde la ansiada llegada del niño para acudir a su consulta.
En la consulta de adopción se aplican dos protocolos: dirigido, común para todos, o específico para patologías más importantes.
Hemograma, bioquímica del hígado o el riñón, iones, calcio, despistaje de VIH, sífilis o hepatitis son algunos de las pruebas que el equipo de Mellado analiza en el protocolo dirigido.
También se comprueba qué tipo de vacunas llevan. “Traen un calendario pero nosotros ya sabemos si está bien o no, nos gusta que esté firmado por varias personas con colores y sellos distintos”.
Con las pruebas de audiometría y fondo de ojo, la doctora descubre al instante si existen enfermedades congénitas de la madre o tienen parásitos. También se estudia el desarrollo psicomotor, el peso y la cabeza.
A pesar de los años de experiencia, la jefa del servicio recuerda el caso que más le ha sorprendido en su carrera: “Una niña de Etiopía. Parecía que tenía cierto retraso psicomotor. Le hicimos un escáner y le faltaba medio cerebro. La niña hoy anda, se comunica, tiene mucha plasticidad”.
El trabajo de la Unidad de Adopción y Pre-adopción para sacar adelante a estos niños y niñas es crucial, así como los cuidados y atención de sus padres, hermanos y familiares que consiguen integrarlos.
(Fuente: www.vanguardia.com.mx)
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