viernes, 14 de agosto de 2015

Un nuevo enfoque para las adopciones.

Pilar Marín Bravo periodista 

La adopción de menores es un proceso complicado que involucra aspectos legales, sociales y emocionales para quienes deciden embarcarse en esta experiencia. Se trata de un tema antiguo que sigue generando controversia por las dificultades administrativas que conlleva para los interesados.

Adoptar un niño como propio es un acto de desprendimiento y de amor muy grande, porque se trata de darle un hogar a un menor carente del afecto de una familia. Este acto de nobleza es mucho mayor cuando hablamos de niños con necesidades especiales, porque revela la bondad de quienes se despojan de prejuicios para acogerlos sin hacer distinción, asumiendo una mayor responsabilidad para su cuidado.

Al establecer una nueva clasificación en los procesos de adopción, denominada “adopciones prioritarias”, el Gobierno asumió el compromiso de crear mecanismos para facilitarles el acceso a un hogar familiar a aquellos menores de edad que en muchos casos quedan rezagados en la larga lista de espera de los más de 400 albergues que existen en el país.

Esta normativa, que aborda un problema que no es nuevo en el campo de las adopciones, busca visibilizar a los niños con algún tipo de discapacidad que también necesitan de una familia que los acoja.

No se trata de buscarle un niño a una familia que quiere adoptar, sino todo lo contrario: es encontrar una familia para el niño o niña especial que lo necesita. Desde esta perspectiva, el proceso es orientado con una óptica más humana, solidaria e igualitaria.

En el Perú existen más de 10,000 niños y niñas en albergues públicos y privados en todo el país que esperan ser adoptados. Lamentablemente, el procedimiento legal para las adopciones continúa siendo largo y complicado para quienes anhelan criar a un menor como suyo.

En un escenario en el que la situación de abandono de muchos niños convive peligrosamente con el tráfico de menores, se requiere de normas más expeditivas e innovadoras como esta para promover la adopción de menores con mayor vulnerabilidad.

Esta norma forma parte de la campaña impulsada por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, y actualmente ha empezado a ser incorporada en la región como un modelo por su carácter inclusivo.

El tema ha sido planteado por el Perú ante la Corte de La Haya, en Holanda, y representa un aporte valioso frente a los desafíos de las adopciones internacionales para los casos de estos niños, que también merecen otra oportunidad.

(Fuente: www.elperuano.pe)

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