Tengo dos hijos, dos hijos adoptados y que estaban indocumentados, no se había registrado su nacimiento ni tenían un nombre legal en el momento en que los conocí. Uno no existió hasta casi los dos años de edad, el otro tuvo más suerte y antes de los 6 meses ya tenía documentación, nombre legal y nacionalidad. Recuerdo la sensación de tristeza y desesperación al ver que las personas que debían ocuparse de estos niños, de facilitarles el poder tener una familia, no hacían su trabajo.
Pero... durante el tiempo en el que tuve que esperar y tramitar su documentación, e incluso antes de esto, en otros orfanatos en los que he estado, he conocido otros niños y niñas que nunca han llegado a tener documentación, a I. que murió de malaria, no le pusieron la mosquitera, a R. que murió de deshidratación, nadie le dio de beber después de dos días con diarrea, a F. y H. que murieron de neumonía antes de cumplir los 6, no les llevaron al hospital a tiempo, a Y. que un día ya no apareció...
Resuena en mi cabeza aún el comentario de una trabajadora de una ECAI cuando empezaba con todo el proceso sobre un niño que acababa de conseguir sus papeles, a los 8 años, cuando llevaba desde recién nacido abandonado en un centro. Las cosas van lentas.
También recuerdo a A. condenado a no tener nunca papeles porque ha nacido en otra ciudad y como no mandan los papeles necesarios nadie va a ir a buscarlo, o a H. que no los tendrá porque es hijo de inmigrantes ilegales, abandonado, y nadie va a hacer las gestiones para inscribirlo, tampoco se le reconocerá la nacionalidad.
Mis hijos provienen de un país que ha cerrado las adopciones internacionales, no porque no existan niños en situación de ser adoptados, están allí, cada día más, incluso con documentación, sino por razones ideológicas y políticas. Entre estas razones no está las que esgrimen algunas organizaciones para evitar la adopción internacional, un niño sin papeles no puede ser el futuro de un país, un niño que no tiene una familia que lo protege, ni un govierno ni una sociedad que vela por él. Un niño sin papeles no existe, no tiene accceso a la educación, no tiene acceso a la sanidad, es el objetivo de cualquier tipo de abuso.
No se puede cerrar la adopción internacional en un país si no se dan a la vez las garantías de protección a estos menores, huérfanos o abandonados.
Es por estos motivos por los que este mensaje que compartimos y que ha sido publicado por la Plataforma en Defensa de la Adopción Internacional en su página de Facebook nos llega especialmente.
Esta mañana nos hemos despertado escuchando en la radio que la adopción internacional ya no es necesaria y que esta era la causa del llamado "desplome" de la adopción internacional ... y hemos pensado, ¿hemos viajado en el tiempo?!
El mes pasado hemos perdido 3 bebés en uno de los orfanatos con los que colaboramos, la misma semana, pero otros muchos correrán igual suerte, sin nombre ni identidad, por tanto sin aparecer en estadísticas en centros donde se acumulan niños que cada día solo esperan que llegue el día siguiente. Niños "sin papeles" que porque les falta un sello o una firma se quedan ahí, congelados en el tiempo, privados de los brazos de una madre y un padre que les esperan y les quieren sin conocerles.
¿Alguien sabe lo que supone que se te muera un niño en brazos a quien nadie quiere ni siquiera llevar al médico porque su nombre es X?
El decir que la adopción internacional ya no es necesaria en determinados países donde los orfanatos acumulan miles de niños es una gran falta de respeto hacia cada uno de esos niños que son borrados del mapa simplemente porque representan un gran problema que nadie sabe como resolver.
En su país, las autoridades no saben como mantenerlos, tampoco quieren que salgan a otro país, porque el orgullo nacional no permite reconocer que no pueden ocuparse de ellos. Esto sí es una realidad: molesta reconocer que los niños invisibles son reales por lo que esto implica, cada uno de ellos representa un cúmulo de desgracias, porque ninguna madre dejaría a su hijo en un orfanato si tuviese una mínima posibilidad de cuidarle.
Lo que es nuevo es que nuestras propias autoridades sean las que digan que la adopción internacional no es necesaria, simplemente por no asumir lo que implica que funcione. Un cambio de modelo radical y más apoyo para sensibilizar y luchar por ofrecer otra realidad a los niños invisibles que cada día desaparecen de este mundo sin que a nadie les importen.
Fuente: Artículo publicado en el Blog de Adoptivanet. (www.adoptivanet.blogspot.com)
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