Los más de dos años y medio de lucha de Montse y su marido Javi han sufrido en los últimos días un giro inesperado. El matrimonio se encuentra inmerso en un proceso de adopción que, en principio, apuntaba a finalizar este mes con la celebración del juicio que les convertiría oficialmente en padres del pequeño Álex, de apenas 21 meses.
Sin embargo, sus ilusiones han quedado en suspenso tras la decisión del Gobierno de Vladimir Putin de bloquear, desde el pasado 3 de septiembre, cualquier trámite que suponga la salida de un menor ruso hacia un país donde los matrimonios homosexuales son legales, como en el caso de España. "El 24 de mayo viajamos a Rusia para conocerlo y, después de presentar toda la documentación, nuestra idea era tenerlo en casa para Navidad, que además es su cumpleaños. Esta decisión hace que la espera sea todavía más dura. La angustia te come por dentro y estamos deseosos de tenerlo cuanto antes con nosotros", explica Montse, una aragonesa afincada en Madrid desde hace ya varios años.
La solución a esta situación inesperada, que afecta tanto a las parejas gais como a las heterosexuales, está a expensas de la aprobación de un convenio bilateral entre Rusia y el Ejecutivo español, que ya llevan cuatro años negociando un acuerdo que no acaba de llegar. Respecto al bloqueo a las adopciones rusas, la situación empezó ya el pasado junio, cuando las autoridades de ese país empezaron a rechazar expedientes de familias españolas monoparentales, al sospechar que podían estar encubriendo casos de homosexualidad. "Son los requisitos que piden y los tienes que aceptar. No es justo, pero no te queda otra que mantener la esperanza", dice Montse, quien asegura que "la sonrisa" de su hijo es lo que hace mantener la confianza.
"Estamos en contacto con más familias y entre todos nos apoyamos. Las noticias que nos llegan son alentadoras y parece ser que las comunidades autónomas están trabajando en el tema. Solo esperemos que se solucione cuanto antes, porque todos esos niños necesitan estar con sus familias y nosotros con ellos. Ya no solo los padres, sino que también esperan abuelos, tíos y demás que los consideran uno más", asegura.
Montse y Javier iniciaron el proceso en Madrid. En un principio, pensaron en adoptar en la India, pero no cumplían las condiciones. "Pedían un mínimo de cinco años de matrimonio", dicen. Finalmente, optaron por Rusia al considerarlo un país "rápido" en estos trámites y con "una adopción estable".
A la espera de un final feliz, este giro inesperado que ha tomado la adopción del pequeño Álex no rompe las ilusiones de Montse y su marido. "Sentimos que está más cerca de España que de Rusia. Estamos a un paso y solo nos queda confiar...
(Fuente: www.elperiodicodearagon.com)
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