sábado, 21 de septiembre de 2013

Posición de la FLG con respecto al "Bloqueo ruso a las adopciones y familias homoparentales".

Las familias homoparentales vivimos con empatía la preocupación y la angustia de las familias que actualmente se encuentran con obstáculos en su trámite de adopción en Rusia, debido al bloqueo del proceso de adopción de las hijas e hijos que tienen asignados. Todo ello con la excusa de que, en el caso de una hipotética segunda adopción, estas criaturas pudieran ir a parar a familias homoparentales.
A estas familias les queremos hacer llegar nuestra solidaridad, la cual expresamos diciéndoles que el derecho superior del niño a ser adoptado lo consideramos por encima de nuestra hipotética segunda opción de adopción. Si el Estado pacta esta excepción no lo lamentaremos.
Nos es fácil entender su preocupación y el esfuerzo que les supone precisamente porque nosotros también hemos sufrido muchas incertidumbres y obstáculos similares para conseguir llegar a ser madres o padres.
Además, no sería esta la primera excepción; hay muchas otras, como por ejemplo cuando se pacta con países que no admiten personas solas, o que condicionan la fe religiosa, o imponen otras limitaciones que están fuera de las leyes de nuestro país. El derecho superior del niño lo justifica siempre.
Ahora bien, la opinión pública, que también ha recibido con preocupación este hecho y comprende el sufrimiento de las familias adoptantes, tendría que saber que esta posición política de las autoridades rusas se produce en un contexto muy concreto: el de centenares de miles de criaturas en orfanatos, sin ninguna mínima perspectiva de adopción, porque sus autoridades se dedican a bloquearlas en función de una demagogia que lo único que consigue es impedir dar soluciones a estos niños que se van haciendo mayores en los orfanatos. Por otro lado, este tampoco es el primer caso de freno en los procesos de asignación de niños, puesto que no hace demasiado tiempo se pararon durante más de un año debido a cambios en la acreditación de las entidades que hacen la gestión del proceso. Y queremos recordar que hace aún más tiempo, en la guerra de Chechenia, el enrolamiento de huérfanos fue un procedimiento practicado en masa, para que los muertos de la guerra no fueran llorados por ninguna madre o padre, con el impacto consecuente en la opinión pública rusa.
Por otro lado, en nuestro entorno, la sociedad puede pensar que las familias homoparentales ya tenemos nuestros derechos materialmente consolidados. Pero nada más lejos de la realidad. Aunque es cierto que nuestros derechos legales son plenos, para nosotros los procesos de adopción nos están materialmente bloqueados. Casi un decenio después de que se hayan aprobado las leyes de igualdad en matrimonio y filiación, todavía no nos es posible obtener una certificación de idoneidad para adopción internacional como pareja.
En nuestro país, afortunadamente, son muy pocos los niños dados en adopción, por lo que la lista de familias, heterosexuales u homosexuales, que quiere adoptar es muy larga, tanto que ya ni se abren nuevos expedientes de valoración de la idoneidad, ante la posibilidad de que caduquen. Pero mientras las familias heterosexuales tienen la puerta internacional abierta, las homoparentales lo tenemos completamente vedado debido a la carencia de convenios por parte de la Generalitat o del Estado con países que admiten esta adopción; cuando, por suerte, estos países son cada vez más numerosos.
Nuestras instituciones solo nos dejan la opción de esperar aquí sin ninguna perspectiva real. Cabe aún, como hace diez años, la opción teórica de simular ser monoparental, pero con el peligro de ser descubierto por los psicólogos en el proceso de idoneidad y ser excluidos por “deslealtad o fraude”. Hace una década esta vía fue un procedimiento frecuente, pues las administraciones eran mucho más inexpertas o, simplemente, no entraban a “hurgar”. Pero ahora, con la justificación de que ya tenemos reconocidos nuestros derechos, nos fiscalizan al mismo tiempo que nos niegan toda opción de adopción internacional como pareja.
Nuestras administraciones nos deben derechos materiales reales y se ponen más medallas de la cuenta. Clama al cielo un trato respetuoso a una minoría que queda muy bien para usarla como formal lucimiento de liberalidad, pero que luego no ve traducidos todos estos derechos. Y ahora, para más inri, desde Rusia se nos usa para hacer una demagogia totalmente alejada de la realidad y de los derechos civiles.
Katy Pallàs,
Presidenta de la FLG
(Asociación de Familias Lesbianas y Gays)
 (Fuente: www.familieslg.org)

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