domingo, 26 de mayo de 2013

El pinchazo del "Boom"

     La adopción internacional en Extremadura lleva tiempo en caída libre, de hecho, hace un par de años que fue superada por la adopción autonómica --en número de solicitudes--, algo que no ha pasado desde el comienzo del proceso internacional. Los motivos son varios. Entre ellos están la crisis y también el endurecimiento de los requisitos por parte de los países de origen, que en los últimos años han emprendido cambios legislativos para limitar la salida de niños. China es un ejemplo claro de ello, cuentan técnicos de la Dirección General de Infancia y Familia del Gobierno regional.
     Eso es positivo, "ya que es bueno que los países tomen medidas para proteger a los niños y mantenerlos en su entorno; la adopción es la última medida a tomar". En el caso de Marruecos, donde no hay adopción sino 'kafhala', una tutela permanente, la reticencia es religiosa: se acusa a los padres adoptantes de borrar las raíces musulmanas de los menores.
     La adopción nacional --la que se hace dentro de cada comunidad-- es posible desde hace muchos años. Antes de que las comunidades asumieran las competencias en este materia, en el año 88, se realizaban adopciones simples, que eran acuerdos entre las propias familias para donar a los niños. La primera normativa tras asumir las competencias marcó un punto de inflexión y pretendía erradicar estas prácticas. Así se dio paso a un servicio profesionalizado y ya de adopción plena como último recurso para garantizar la protección de un niño. Años más tarde llegaron las adopciones internacionales. En 1993 la Junta de Extremadura registra la primera solicitud de adopción fuera de España y en 1995 llega el primer niño procedente de Costa Rica. Las primeras solicitudes llegaban para países de Sudamérica y Rumanía hasta que China irrumpió con fuerza en el año 96 y se convirtió en el continente que más adopciones internacionales ha concedido en Extremadura. Los primeros procesos apenas tardaron seis meses en resolverse hasta que llegó el 'boom'. En el 2005 fue el culmen: 274 familias extremeñas solicitaron en la Junta la adopción en China.

      De seis meses a 5 años
     En aquellos primeros años los niños llegaban en poco tiempo y las familias empezaron a optar por esta vía. Hubo tal cúmulo de peticiones en 2005 y 2006 (otros 217 solicitantes) que China empezó a imponer restricciones y ahora el proceso de adopción allí dura más de cinco años. "Aquellos solicitantes del 2004 y 2005 son los que ahora están recogiendo a sus hijos", cuentan desde Infancia y Familia. Esa espera ha desinflado la cifra de solicitantes desde 2005. En el 2011 hubo 70 solicitudes, el año pasado fueron 31.
     "La crisis económica también influye en el cambio de tendencia, ya que la adopción internacional sí tiene un coste", señalan desde el servicio extremeño, pero advierten que a muchos posibles adoptantes les ha desincentivado especialmente el incremento de las trabajas legales que demoran el proceso. Explican además que el tiempo depende del ofrecimiento de las familias, ya que muchos países priman la adopción de los casos más complejos, niños de mayor edad, hermanos, con enfermedad o discapacidad... "Hay niños que están esperando unos padres".
     Actualmente China ha perdido peso y la mayoría de solicitudes están dirigidas a Rusia, Colombia o Etiopía, que el año pasado cerró las adopciones por el cúmulo de peticiones también. Este 'boom' internacional lastró la demanda de adopción nacional, que comenzó a verse como un proceso más complejo. Sin embargo, en la actualidad la tendencia parece a la inversa a juzgar por los datos. El años pasado 72 familias solicitaron una adopción nacional, el doble que las demandas para internacional, una tendencia que no ocurría hasta ahora.
     Pero no es la adopción la única salida. "No debemos olvidar que es el último recurso y que ante todo hay que intentar preservar al niño en su entorno". Con ese fin funciona también el programa de acogimiento familiar en el que actualmente participan 300 familias extremeñas, la mayoría porque tiene algún vínculo con el menor. "Solos seis niños están con familias ajenas, que están haciendo una gran labor. Aquí no hay cultura del acogimiento y se necesita".
(Fuente: elperiodicoextremadura.com)

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